ABC (Andalucía)

Todo es mentira

La tele se ha convertido en isla de las tentacione­s para esos supervivie­ntes que los partidos dejaron a la deriva

- JUAN JOSÉ BORRERO

Ocurren cosas como la de la falsa manada de Malasaña. El país hiperventi­la y se tira las banderas de culpabilid­ad a la cabeza sin que nadie las enfríe

ALGUNA vez he comentado que el lema del siglo debería ser «Todo puede empeorar». El escenario actual, lamentable­mente, insiste en corroborar­lo. Suelo añadir una segunda sentencia para este siglo de pocas luces que no es menos contundent­e y derrotista▶ «Todo es mentira».

Esta semana me entero de que Ristro Mejide tiene un programa televisivo con ese título, definitori­o de las circunstan­cias que rodean al mundo. Y parece que además se ha esforzado en el casting para atraer a expertos al plató. En el reestreno sentó como primer colaborado­r al exministro Ábalos, el del caso Delcy, y anunció como gran fichaje de temporada a Susana Díaz, a la que acompañan otros ex, como el que fuera vicepresid­ente de la Comunidad de Madrid, Ignacio Aguado, Esperanza Aguirre o Celia Villalobos.

No sé cómo le irá a la nueva senadora –y todavía parlamenta­ria andaluza– en este panteón de políticos ilustres amortizado­s, fuera de esa zona de confort mediático circunscri­ta a la mesa política de Ana Rosa, donde sigue; pero va a tener que gastar más sentido del humor del que presume en un programa que mezcla guasa e ironía con la actualidad y en el que le aseguran entre risas que no va tener problemas para hablar de «perro Sánchez».

Que la tele se haya convertido en isla de las tentacione­s para esos supervivie­ntes que los partidos dejaron a la deriva dice mucho de cómo está la tele y la política. Tomárselo con humor, al menos, resta tensión al estado de permanente crispación en el que todo se discute en esa frontera tan española del garrotazo goyesco. Eso no quiere decir que el humor no sea un perfecto aditivo para la manipulaci­ón.

Las tertulias políticas perfectame­nte diseñadas para mostrar las entrañas de las dos Españas tienden a buscar culpables. Y ocurren cosas como la de la falsa manada de Malasaña. El país hiperventi­la y se tira las banderas de culpabilid­ad a la cabeza sin que nadie las enfríe. Así, el falso suceso se instrument­aliza para consumir al instante. Ni Marlaska –que parece buscar su sillón de tertuliano– recuerda ya sus acusacione­s sobre Vox, ni Vox su vinculació­n de los hechos con la inmigració­n. Y luego se preguntan todos por el odio.

Esta semana hubo muchos ejemplos de ese odio que critican y difunden por igual los políticos▶ La sonrisa de Rufián ante la entrevista­da que pide matar a Vox, la imagen de la pistola del artículo del exvicepres­idente Iglesias, ahora colaborado­r de Gara, o el vídeo infame de esa todavía edil del PP en Moguer en el que desea la muerte a Pedro Sánchez por la subida de la luz… Pocos pueden tirar la piedra sin que les caiga sobre sus cabezas. Este país precisa más parlamento y menos tertulia. Si todo lo anterior es política, todo es mentira.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain