ABC (Andalucía)

La morosidad de las administra­ciones públicas estrangula a pymes y autónomos

La deuda pendiente de pago supera los 5.000 millones y son los pequeños negocios los que más sufren Los ayuntamien­tos son los que más se retrasan con una media de 69 días, más del doble del límite legal

- SUSANA ALCELAY

Algo más de 5.000 millones debían las administra­ciones públicas a pymes y autónomos a final de julio. Son los ayuntamien­tos los que más retrasan los pagos, una media de 69 días, más de doble de lo que exige la Ley de Morosidad.

Erepunte de los impagos de las administra­ciones a los proveedore­s se convirtió en una bomba de relojería en la crisis financiera de 2008 y fue la causa del cierre de una tercera parte de las empresas que desapareci­eron. Hoy, la morosidad sigue uno de los graves problemas que tienen que encarar pymes y autónomos en España, un obstáculo que puede compromete­r de forma severa su economía y, en el peor de los casos, su viabilidad. Y la situación es ahora más dramática por el Covid y la situación que se vive en el delicado ecosistema empresaria­l español, que aún sigue derruido y registrand­o niveles inferiores a los de febrero de 2020 en términos de empresas activas. En la actualidad, España tiene 62.451 negocios menos que antes de la pandemia.

Los datos del Ministerio de Hacienda reflejan que las administra­ciones debían a pymes y autónomos algo más de 5.000 millones a finales de julio. Los ayuntamien­tos son los que más tardan en pagar a sus proveedore­s. La administra­ción local, para la que trabajan la mayoría de los autónomos, afronta sus facturas en una media de 69 días, aunque hay municipios que registran datos mucho peores. Es el caso de Jaén, que sigue siendo el que más tarda en pagar de España, una media de 624 días. Esto quiere decir que un autónomo que realiza un trabajo para este ayuntamien­to cobrará, de media, casi dos años después de presentar la factura.

Más de un año de media esperan también los proveedore­s en el caso de Parla (385 días), más de diez meses los autónomos que han emitido una factura al ayuntamien­to de Jerez de la Frontera (302,14) y algo más de ocho los de El Puerto de Santamaría (211,32 días). Le siguen los consistori­os de Badalona

(196,45 días), Telde (168,17 días) y Las Palmas (158 días). En el lado opuesto se sitúan ayuntamien­tos como el de Alicante (4,4 días), Talavera de la Reina (4,2 días), Las Rozas, en Madrid (5,7 días) o Roquetas de Mar (6,3 días).

De los datos que recopila cada mes Hacienda se desprende que las comunidade­s autónomas son las administra­ciones que más morosidad acumulan con sus proveedore­s. Las regiones suman en deudas 3.425 millones, con un promedio de pago de 23,19 días, dentro del límite legal. Por su parte la Administra­ción central tarda 29,27 días en pagar sus facturas con una deuda acumulada de 656 millones. Y, por último, la deuda acumulada de los ayuntamien­tos y corporacio­nes locales asciende a 965 millones de euros.

Desde hace años las organizaci­ones de autónomos insisten en la necesidad de poner en marcha un régimen sancionado­r contra los impagos, te

niendo en cuenta que no hacer frente a las facturas sale gratis a los morosos. ATA reitera cada ejercicio la puesta en marcha de mecanismos de control y las sanciones correspond­ientes para estos incumplido­res. Defiende también que aquellas empresas que se demoren en los plazos no puedan acogerse a determinad­as ventajas fiscales o se les penalice fiscalment­e. En marzo de 2020 el presidente del Gobierno se comprometi­ó ante la Asamblea de ATA a reformar la Ley de Morosidad para acabar con la demora de los impagos con el objetivo de «asegurarno­s —dijo— de que proteja a los autónomos ante las deudas con empresas». Esta modificaci­ón aún no se ha producido.

Autónomos y pymes siguen, por tanto, sufriendo la morosidad de las administra­ciones en un momento en el que, además, luchan contra las restriccio­nes de Covid y la caída de ventas. Menos ventas en muchos casos, pero muchas cargas impositiva­s en un momento en el que afrontan facturas astronómic­as de la luz. En agosto un autónomo pagó 300 euros más que el año pasado.

Y en el horizonte, el alza del salario mínimo, que supondrá un nuevo revés para el colectivo porque, por un lado, encarecerá los costes laborales de sus trabajador­es y, por otro, supondrá mayores cotizacion­es para el colectivo que crea y sostiene el empleo en España. El alza que se prepara incrementa­ría el SMI, fijado en 950 euros mensuales, en hasta 19 euros este año, a lo que habría que sumar 62 euros más hasta 2023, año en el que este indicador quedaría en 1.030 euros. Y, además, esta subida llevará aparejado un alza de las bases mínimas de cotización para los autónomos de entre tres y doce euros al mes.

Desde que gobierna Sánchez el salario mínimo ha crecido un 34%, porcentaje que escalará hasta casi el 46% con los crecimient­os que pretende aplicar Yolanda Díaz. La subida de SMI dejará la base mínima de los autónomos en 290 euros y la de los societario­s en 366 euros.

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// GUILLERMO NAVARRO España tiene 62.451 negocios menos que antes del Covid

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