Armengol ordena reabrir el caso de la médica que trató a un paciente en castellano
La presidenta balear desautoriza al Servicio de Salud, que había dado por cerrada la supuesta «agresión lingüística»
La presidenta de Baleares, Francina Armengol, desautorizó ayer al Servicio de Salud por cerrar la investigación y exonerar a la doctora que atendió a un paciente en castellano. Se consideró que la atención sanitaria fue correcta, pero Armengol dijo claramente que la investigación «no está cerrada».
La crisis del catalán no se acaba en el seno del Govern balear. Después de que el Servicio de Salud (IB-Salut) cerrara de puertas para adentro la investigación y exonerase a la doctora del centro de salud de Son Pisà de Palma acusada de cometer una «agresión lingüística» contra una paciente de 79 años por hablarle en castellano, la presidenta Francina Armengol obligó ayer al departamento de salud a reabrir el caso. De este modo, la socialista se posicionó del lado de sus socios nacionalistas de Més, desautorizando a la Consejería de Salud que dirigen sus compañeros de partido y poniendo en la picota al director general, Juli Fuster, cuyo cargo está ahora en solfa.
La socialista dijo públicamente ayer que «no es una investigación cerrada» sino que se «está mirando qué sucedió exactamente» y advirtió de que «se tomarán las decisiones que se tengan que tomar». Apenas 24 horas antes, Salud había confirmado a los medios locales que la investigación había concluido y que la doctora había dado una atención sanitaria correcta y dentro de la ética profesional, después de que ABC desvelara el domingo que se había dado carpetazo a la investigación de forma interna y sin difusión pública a favor de la doctora.
Salud acreditó que «la profesional proporcionó una consulta adecuada desde el punto de vista de la atención sanitaria, con entendimiento entre ambas partes en todo momento, y prueba de eso es que la paciente acabó la visita con la prescripción del tratamiento adecuado para la dolencia que presentaba y cita reservada para su seguimiento». Sin embargo, para Armengol y sus socios el trámite no acaba ahí y el expediente tiene ahora que pasar un nuevo trámite ante la Oficina de Defensa de los Derechos Lingüísticos «para ir todos a una en la defensa de esos derechos». Según Política Lingüística, área gobernada por el ala más radical de Més –el que milita en ERC–, «el caso no se puede dar por resuelto sin tratar el motivo que origina la reclamación, que es el hecho de que un paciente haya tenido que renunciar al derecho de expresarse en catalán para recibir atención sanitaria».
Cascada de reacciones
Todo empezó el pasado 30 de agosto cuando el periodista Bartomeu Font, a través de Twitter, denunció que la doctora no quiso «atender en catalán» a su madre de 79 años y eso suponía «una falta de respeto para los mallorquines». La semana pasada, Salud abrió una «información reservada» para analizar si esta queja tenía fundamento. La doctora negó la «agresión lingüística» y aseguró que entiende perfectamente el catalán y que sólo informó a la señora de que iba a dirigirse a ella en castellano porque, aunque lleva años en Mallorca, se maneja mejor en su lengua materna.
Este supuesto caso de discriminación lingüística originó una cascada de reacciones del catalanismo en Baleares, desde pintadas en una pared del ambulatorio hasta amenazas de movilizaciones, pasando por la difusión de los datos de las denuncias recogidas por la Oficina de Defensa de Derechos Lingüísticos o la publicación de un artículo de opinión firmado por esta y no por un cargo con nombre y apellidos. La crisis en el seno del pacto de Gobierno, formado por PSOE, Unidas Podemos y los nacionalistas de Més, se cerró de momento el pasado lunes con una reunión exprés tras la que el Ejecutivo balear se comprometió, entre otras cosas, a abrir expediente informativo –y si es necesario después sancionador– a cualquier sanitario denunciado ante la Oficina de Derechos Lingüísticos.