Los quereres
Ayuso no es Aguirre. Pese a su actitud, da impresión de debilidad
NIÑATOS y chiquilicuatres, ¿cómo están ustedeeeees? Dice Esperanza Aguirre que en Génova hay niñatos y chiquilicuatres. En la entrevista con Juanma Lamet le ha faltado señalar algún tolili, nuestro adjetivo favorito recuperado por Florentino. Tampoco se pueden ofender mucho los señoritos de Génova. Ni los de Ferraz. La excelencia en la política (y en el periodismo, vale) es un bien escaso. No porque no la haya, sino porque no siempre se la deja desarrollarse. Esa ‘Mediocracia’ (Turner) de la que escribe Alain Denault es lo normal. La mediocridad. La mediocridad disfrazada de otra cosa que parece algo bueno. Ahora que ha muerto Adlai Stevenson III, me acuerdo de Adlai Stevenson II, el mejor presidente que EE.UU. nunca tuvo. Un demócrata de alta gama, como Woody Allen lo califica en sus memorias cuando lo conoció en casa de Arthur Krim. Escribe Galbraith en ‘Con nombre propio’ que ningún político, ni siquiera Roosevelt o Kennedy, ha contado con una camarilla de partidarios más fiel que Adlai Stevenson. Pero no llegaba a las grandes audiencias. Se presentó dos veces a la Presidencia. En 1952 y 1956. Las dos veces perdió. Los soviéticos hablaron con él a través del embajador con un mensaje de Kruschev. Le ofrecieron ayuda para que se presentara otra vez en 1960. Lo preferían a Nixon. Por supuesto, dijo de manera educada que no, gracias. Más tarde se enfrentaría a ellos en la ONU (cuando la ONU era importante) siendo el representante estadounidense durante la crisis de los misiles.
Su brillantez no era apta para la masa. Su habilidad en la discusión y la oratoria no había quien las superara. Creía de manera generosa que el pueblo es inteligente. Él estaba por encima de las ordinarieces políticas. Seguro que ni en Génova ni en Ferraz lo promocionarían. Lo más parecido que ha tenido Génova es Cayetana Álvarez de Toledo. Y ya saben.
Hace unos meses, Casado dijo a las autonomías gobernadas por el PP que copiaran el ‘modelo Ayuso’. Cantaba Manolo Escobar que el cariño verdadero ni se compra ni se vende. No hay en el mundo dinero para comprar los quereres. Y si no se puede copiar a Belén Esteban o a Messi, ¿en qué cabeza cabe que se pueda copiar a Ayuso? Como sigue siendo una de las pocas cabezas no huecas del PP, cuando a Cayetana le preguntaron por las ideas que destacaría en Ayuso, le faltó llevarse las manos a la cabeza▶ «¿Ideas?» Reconoció que lo que tenía era actitud. Algo, me temo, que tampoco se puede copiar. No sé si los militantes pensarán lo mismo que los votantes, pero los votantes se acordarán de que los niñatos y chiquilicuatres quieren boicotear a Ayuso en su idea de ser presidenta del PP de Madrid. Ayuso no es Aguirre. Pese a la actitud, da impresión de debilidad y eso la gente lo percibe. Niñatos, chiquilicuatres y matones tratando de que Ayuso no sea la delegada de la clase.