ABC (Andalucía)

La variante Delta vuelve a colarse en China pese a sus férreos controles

Pekín sospecha que trajo el virus un hombre que pasó 21 días de cuarentena

- PABLO M. DÍEZ

Con sus fronteras cerradas para los turistas y visados de negocios y cuarentena­s de tres semanas con una decena de pruebas, podría parecer que China está blindada contra el Covid-19.

Pero el coronaviru­s es tan escurridiz­o, sobre todo su variante Delta, que sigue colándose en este país y provocando pequeños brotes. Tras atajar el último que hubo en julio, que se propagó a 48 ciudades de 18 provincias y fue el más grave desde el estallido de la pandemia en Wuhan, un nuevo brote sacude a la región costera de Fujian.

Desde el viernes se han detectado ya un centenar de contagios. De ellos, 54 presentan síntomas y 47 no, por lo que no computan como positivos para las autoridade­s chinas. Tras los 32 confirmado­s y 32 asintomáti­cos contabiliz­ados hasta el pasado domingo, ayer se registraro­n otros 22 positivos y 15 que no mostraban signos de la enfermedad, según informa la Prensa oficial china.

Casi todos ellos están localizado­s en Putian, una ciudad de tres millones de habitantes que es un importante centro mundial de fabricació­n de zapatos. Desde allí, el virus se ha propagado hasta Quanzhou, que está a cien kilómetros y es la mayor urbe de la provincia, y también a Xiamen, popular destino de vacaciones por su agradable clima costero.

Lo chocante de este caso es que las autoridade­s sospechan que el virus lo trajo de Singapur un hombre apellidado

A menos que se haya contagiado por una fuente todavía desconocid­a, el supuesto «paciente cero» sería un caso excepciona­l

Lin, padre de un estudiante infectado en Putian. A tenor del periódico oficial ‘Global Times’, Lin llegó a Xiamen el 4 de agosto y pasó las dos semanas de cuarentena obligatori­a encerrado en una habitación de hotel y la tercera y última vigilado en su casa. Durante todo ese tiempo fue sometido a nueve pruebas del ácido nucleico y serológica­s y dio negativo en todas ellas. Pero el viernes, dos semanas después de acabar la cuarentena, dio positivo.

De confirmars­e que él es el «paciente cero, se trataría de un rarísimo periodo de incubación extremadam­ente largo porque la mayoría de los contagios se detectan en los primeros 14 días. A menos, claro, que el señor Lin se haya infectado tras salir de la cuarentena por una fuente todavía desconocid­a. Para impedir que el brote siga extendiénd­ose, las autoridade­s han vuelto a confinar las zonas afectadas y a ordenar pruebas masivas entre la población.

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