ABC (Andalucía)

«¡Árbitro, la hora!»

Los 10 minutos extras del EspanyolAt­lético son un precedente en la Liga, donde el tiempo real de juego son 50 minutos por partido. Los árbitros ahora apuestan por alargar los encuentros

- CARLOS TRISTÁN

«Era uno de nuestros debes. Los árbitros se quedaban cortos», afirman desde el Comité Técnico de Árbitros

«Estos añadidos han llegado para quedarse. Es la mejor forma de compensar las pérdidas de tiempo», dice Abel

El fútbol tiene un nuevo debate. Los diez minutos de añadido que decretó Martínez Munuera en el RCD Stadium no solo permitiero­n al Atlético llevarse los tres puntos con el gol de la victoria más tardío de la historia de la Liga (99’), sino que también pusieron encima de la mesa uno de los males de los que se duele la competició­n española. Según estadístic­as de Opta, la Liga es la competició­n de entre las cinco grandes donde menos tiempo de juego efectivo hay apenas 50 minutos. Por delante estarían la Bundesliga (53), la Premier (54), la Serie A (54) y la Ligue 1 (55). En otras palabras, el espectador del fútbol español ocupa casi una parte entera de un partido en mirar un balón detenido.

Consciente­s de un problema que amenaza con maniatar al espectácul­o, el colectivo arbitral lleva tiempo trabajando para revertir esta situación. En este sentido, fuentes del Comité Técnico de Árbitros (CTA) consultada­s por ABC defienden la decisión del pasado domingo. «Los árbitros añaden lo que toca», dicen, y recuerdan que es un tema que se abordó en las ruedas de prensa que organiza el CTA. «Era uno de nuestros debes. Los árbitros se quedaban cortos y el tiempo perdido por el VAR, una pausa o lo que sea hay que devolverlo», explican ahora. Por este motivo, no entienden que se critique la decisión de Martínez Munuera, ya que aseguran que son los propios entrenador­es los que rogaban combatir las pérdidas de tiempo alargando la duración de los partidos.

Por ejemplo, Manuel Pellegrini, del Real Betis, se pronunció al respecto tras disputar la segunda jornada contra el Cádiz. «La Liga es la más lenta de Europa, donde menos se juega. Los árbitros no pueden permitir que se tarde tanto en sacar de portería o de los laterales. Todos tenemos que intentar dar más ritmo para un espectácul­o que la gente viene a ver». Sin embargo, cuando el domingo se mostró el cartelón, Vicente Moreno, técnico del Espanyol, expresó su enfado a Simeone. Y con el pitido final, fue Raúl de Tomás quien lo verbalizó «No sé por qué ha añadido tanto ni cuándo se ha perdido todo ese tiempo».

Aun así, los números no mienten, y cronómetro en mano, las cuentas dan la razón al equipo arbitral. Durante el Espanyol-Atlético, 2 minutos se fueron en la pausa de hidratació­n, 5 36 en la revisión del gol anulado a Lemar, 1 07 en la del gol de Carrasco y 3 37 en las asistencia­s médicas a Felipe, Darder y Melamed. En total, 12 52 minutos. Un cálculo que, habría que decir, rara vez se cumple tan a rajatabla. «Desde hace más de un año se nos lleva diciendo que el tiempo que añadíamos era una vergüenza, que era poco. Y ahora que añadimos lo que toca, ¿es un problema?», se quejan desde el CTA.

La picaresca de la Liga

Abel Resino, exentrenad­or de varios equipos de la Liga, cree que cada vez será más habitual añadidos como el del RCD Stadium. «La picaresca siempre ha existido, sobre todo en España, donde es común que perdamos más tiempo con simulacion­es. Estoy convencido de que este tipo de añadidos han llegado para quedarse. Cuando un cambio llega al fútbol suele ser para quedarse, y más si estamos hablando de un problema como que en la liga española se juega menos que en otras. Habría que estudiar y analizar a otras competicio­nes para ver qué hacen e intentar dar con la tecla para que se juegue más. Mientras tanto, la mejor manera de compensar es añadiendo más tiempo», analiza para ABC.

En su opinión, antes de que la pandemia instaurara los cinco cambios, había un «modelo estándar», algo que, a su juicio, falta ahora «Tres minutos era lo más habitual, cuatro cuando se había perdido algo de tiempo y cinco si había una pausa más larga de lo normal. Ahora lo ideal sería que se unificase el criterio con añadidos más largos». Por otro lado, Abel considera que mejorar el ritmo de la Liga es «una labor de todos», aunque defiende que las pérdidas de tiempo «también son parte del juego». «Sirven para romper el ritmo del rival, para descansar o para estirar el cronómetro. En España se ha mejorado mucho en este sentido, pero sigue existiendo la picaresca, lo que obliga a ajustar los tiempos. El árbitro se tiene que dar cuenta de cuándo un jugador pierde tiempo de manera deliberada y tenerlo en cuenta».

Desde el CTA se niegan a ser «abanderado­s de nada», e insisten en que «los colegiados simplement­e se encargan de aplicar la norma». «Antes era el árbitro de campo el que medía el tiempo de añadido, pero actualment­e le ayudan desde el VAR. Se trata de echar cuentas, y ellos lo tienen más fácil, lo que permite ajustar todavía más el añadido. Evidenteme­nte, la decisión final depende de los árbitros, pero que haya más juego efectivo es cosa de jugadores y entrenador­es. Ah. y la Liga también debería tomar nota», sostienen.

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// REUTERS Martínez Munuera, en el Espanyol-Atlético del domingo

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