Las incógnitas del Presupuesto 2022
El presidente andaluz pide apoyos a izquierda y derecha para sacar adelante las cuentas públicas. El PSOE quiere negociar y ayer se reunió con Hacienda
Está por ver si finalmente el Gobierno andaluz llega a un acuerdo con el PSOE para aprobar el Presupuesto autonómico para 2022. Hasta ahora todo son buenas palabras por ambas partes. El presidente de la Junta, Juanma Moreno, pedía ayer el apoyo «tanto a la derecha como a la izquierda» para sacar adelante las cuentas más importantes de la legislatura. Sus palabras no eran vanas porque lo decía al tiempo que Juan Bravo, su consejero de Hacienda, se reunía con la portavoz del PSOE, Ángeles Férriz, en el primer encuentro sobre el Presupuesto andaluz para el próximo ejercicio. Una reunión «técnica» según la consejería y «de cortesía» según el PSOE. Pero una primera toma de contacto en cualquier caso.
Hay consenso en varios asuntos. Ni el Gobierno andaluz ni el PSOE quieren una prórroga del Presupuesto 2021, una opción factible que ya está encima de la mesa tal y como ha confirmado públicamente el consejero de la Presidencia, Elías Bendodo. La llegada de los fondos europeos extraordinarios es una oportunidad que ninguno de los partidos quiere perder. Los que conforman el Ejecutivo regional porque entienden que frenaría el crecimiento económico, y el PSOE porque considera que la prórroga de las actuales cuentas mermaría sensiblemente la inversión en la educación y la sanidad públicas, que se han reforzado de manera extraordinaria con motivo del Covid.
La Junta y el PSOE también coinciden en destacar que las cuentas de 2022 marcarán el futuro económico de Andalucía para los próximos años. Porque el próximo ejercicio debe ser el de la recuperación de la economía y el empleo, el del crecimiento económico que se inició en la comunidad autónoma hasta que llegó la pandemia.
Pero poco más. Porque las diferencias también son enormes. Juanma Moreno afirmaba ayer que «los presupuestos no son ideológicos, sino de todos los andaluces y para todos los andaluces», al tiempo que está pendiente de aprobar en el Parlamento andaluz una ley para reducir la presión fiscal a los andaluces, una medida que rechaza tajantemente el PSOE.
«Nosotros queremos hablar sobre la recuperación económica que hay que llevar a cabo. Queremos saber para quién, a qué velocidad, cómo se va a lograr y cuándo porque es fundamental que se produzca en términos de igualdad», afirmaba la portavoz del PSOE, Ángeles Férriz.
En cualquier caso, ambas partes han quedado emplazadas a la reunión prevista entre Juanma Moreno y Juan Espadas sobre este asunto. Estaba prevista para esta semana pero dependerá de cómo evolucione el incendio en Sierra Bermeja. Tras este encuentro, y si hay voluntad de acuerdo, los socialistas quieren un calendario de reuniones y una metodología de trabajo. ¿Será capaz Espadas de llegar hasta el final y darle un balón de oxígeno político a Moreno? ¿O es que quizás el socialista es el más necesitado de estabilidad en la Junta?
El papel de Vox
Una de las claves de toda esta negociación está en Vox, hasta ahora socio preferente de Moreno y de Marín —y con el que han aprobado los tres presupuestos de la legislatura— pero con el que ahora hay serias dudas. El partido de Abascal ha dado una de cal y otra de arena llevado por las discrepancias que mantiene en Madrid con Pablo Casado.
El consejero de Hacienda, Juan Bravo, se va a reunir con el portavoz andaluz de Vox, Manuel Gavira, para trasladarle la misma información que ayer entregó al PSOE y abrir también un canal de negociación. También hará lo propio con Unidas Podemos, aunque lo hará por cortesía parlamentaria.
El Gobierno andaluz está dispuesto a incluir propuestas de Vox como ha hecho hasta ahora; el problema está en que este partido quiere pasar revista a los acuerdos que ha firmado en el pasado y que, según su interpretación, no se han cumplido.