El precio de no llevarse con EE.UU.
Los altibajos de Sánchez con Washington se traducen en aranceles
PAGAMOS los españoles un precio muy alto por los vaivenes del actual gobierno con Estados Unidos. No es algo solo simbólico, mucho más que un bochornoso paseo de Pedro Sánchez junto a Joe Biden por un pasillo de Bruselas o que España quede fuera de la lista de agradecimientos por el apoyo en Afganistán, en la que entró hasta Albania. El de las malas relaciones con Washington es un precio real, el de unos aranceles que seguirán haciendo un daño muy grave a sectores cruciales como las eólicas, la siderurgia y el campo, si Sánchez no lo remedia.
Hace apenas unos días, el gobierno estadounidense confirmó que considera que España está subvencionado injustamente su aceituna, lo que implica que los aranceles sobre ese sector se van a prolongar, un drama para los exportadores. Hace unos meses, un informe de la Administración norteamericana revelaba que la siderurgia española es la más afectada por los aranceles al acero europeo, aprobados por Trump y mantenidos por Biden. Semanas después, EE.UU. aplicaba aranceles del 73% sobre torres eólicas fabricadas en España. Y lo peor está por venir▶ el 29 de noviembre deben entrar en vigor aranceles del 25% sobre mariscos, cinturones, carteras, calzado, sombreros y cristalería, la respuesta de EE.UU. a la polémica tasa digital que el gobierno de coalición español tramitó tan apresuradamente.
Sánchez, sin embargo, tiene una oportunidad única de negociar. La Casa Blanca ha expresado una gratitud sincera por el apoyo español a la evacuación de refugiados de Afganistán. Biden ha nombrado embajadora en Madrid a la que ha sido jefa de gabinete de su mujer en la Casa Blanca, señal de que le da importancia a la plaza. La misma mujer del jefe de gabinete de la Casa Blanca, Ron Klain, es española.
Sánchez visita ahora EE.UU. para acudir a la Asamblea General de Naciones Unidas. De él y su equipo depende si es capaz de organizar algo más que 20 segundos en un pasillo, para hablar de los problemas que de verdad necesitan solucionar ambos socios, sobre todo en materia de comercio. Si no puede, el precio para los españoles solo irá en aumento.