Diga mesa, diga ventana
PSOE y ERC no pueden llegar a acuerdo alguno, el objetivo es alargar el chicle
TÓMENSELO con calma, porque esto lo van a hacer durar. Es muy probable que ya les parezca demasiado, pero Pere Aragonès apenas lleva cien días como presidente de la Generalitat. En ese tiempo ha evitado en lo posible exponerse y hacer el ridículo, él y la institución –nada que ver con la presidencia del muy folklórico Quim Torra–, aunque también se ha bastado solito para echar por la borda, habrá que ver si de manera definitiva, 1.700 millones de inversión en El Prat por unas marismas que, lo dijo el otro día Alejandro Fernández (PPC), ciertamente no son Doñana. Triste balance. Si a los lectores de ABC estos cien días les parecen ya muchos, para Aragonès, y para una Esquerra que no tenía un presidente de la Generalitat desde la República, con tres meses no les alcanza, claro.
Es desde esta perspectiva que debe leerse el gran ejercicio de ilusionismo que es esta mesa de diálogo, no otra cosa que un pacto de supervivencia entre el Gobierno de España y la mitad de la mitad de Cataluña, que es a quien viene a representar ERC siendo muy generosos. Una mesa que es en realidad un artefacto condenado al fracaso, porque su objetivo no es otro que el de su propia existencia, una manera de alargar el chicle de la legislatura, en Madrid y en Barcelona, porque cuando no hay punto de encuentro posible, porque cuando lo que propone una parte no tiene encaje ni a machamartillo en el marco constitucional, podríamos tanto hablar de mesa como de ventana.
No hay plazos, no hay calendario, la previsión es que esto dure... patada hacia adelante. Sabiendo que no hay acuerdo en el horizonte, a no ser que ERC se conforme con un Estatut 2006 ‘reloaded’ –no parece probable–, o que el PSOE arruine aún más su horizonte electoral con una propuesta invendible fuera de Cataluña, la estrategia de socialistas y republicanos es tan descarada como el ujier de Palau retirando ayer la bandera española antes de hablar Aragonès▶ aguantar, tras las municipales de 2023 ya veremos, nuevo capítulo del ‘manual de resistencia». ERC y el PSOE se tejen una red se socorro mutuo. Aragonès solo lleva cien días.