Castilla-La Mancha y Extremadura investigan varios focos de ántrax
Han muerto decenas de reses y caballos y han hospitalizado, al menos, a dos veterinarios
La aparición de varios focos casi simultáneos de ántrax o carbunco en Ciudad Real y en Badajoz han hecho saltar las alarmas veterinarias. El primero de los brotes, registrado en la localidad manchega de Poblete afectó a 26 vacas (de una explotación de 339), y todas las que resultaron contagiadas acabaron muriendo, informó la Red de Alerta Sanitaria Veterinaria (Rasve) del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA).
Según comunicó España a la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), este primer brote se dio por controlado el pasado 3 de septiembre. La OIE sospecha que su origen puede estar relacionado con el paso de los animales por una zona de pasto habitualmente cubierta por el río Guadiana, que ha quedado descubierta por la sequía que registra la comarca.
De momento, el brote que continúa abierto se localiza en seis focos registrados en Navalvillar de Pela y en Talarrubias (Badajoz), donde han muerto ya 12 caballos. La Gerencia del Área de Salud de Don Benito y Villanueva de la Serena de la Consejería de Sanidad de Extremadura ha emitido una alerta epidemiológica tras la aparición en la zona de varios posibles casos de ántrax, tanto en animales como en humanos.
Desde el Colegio de Veterinarios de Cánceres confirman que aunque existen varios casos bajo sospecha, aún no tienen comunicación oficial de ningún tipo, más allá del primer caballo que se envió a la Facultad para practicarle la autopsia. Así, confirman también que la veterinaria infectada ya ha salido el hospital después de pasar, junto a otros compañeros, un ingreso hospitalario de manera preventiva.
Poco peligro en humanos
El ántrax es conocido tras utilizarse como arma biológica en 2001, tras el atentado de las Torres Gemelas, cuando cuatro cartas contaminadas por esporas de carbunco fueron enviadas por correo provocando la muerte de cinco personas. Los humanos pueden contagiarse por vía inhalatoria, gastrointestinal (al comer carne, por ejemplo, de un animal contaminado), cutánea (contacto de alguna herida con esporas de la bacteria) o incluso se han dado casos de propagación tras ser inyectada a través de determinadas drogas contaminadas por estas esporas.
«Le llaman carbunco porque las lesiones cutáneas que produce la forma epidérmica recuerdas al carbón», cuenta a ABC Santiago Vega, catedrático de Sanidad Animal en la Universidad CEU Cardenal Herrera. Ántrax hace referencia, por su parte, a la palabra griega «anthrakis» .
Lo más llamativo es que la bacteria que lo causa (’Bacillus anthracis’) puede sobrevivir hasta 200 años en el suelo, ya que la presencia de oxígeno lleva a que la bacteria presente en forma vegetativa en el cuerpo del animal esporule. «Si hay grandes lluvias o inundaciones que remueven el suelo, las esporas salen a la superficie y se exponen a que sean ingeridas por los animales», añade el catedrático.
La Organización Mundial de la Salud cifra entre 20.000 y 100.000 personas
Los cambios en la superficie, provocados por inundaciones o la sequía exponen las bacterias que pueden infectar al ganado
las que fallecen cada año debido a la exposición al carbunco. «Se trata de una zoonosis desatendida, que se da en países pobres donde el hombre tiene un contacto más estrecho con los animales, y en zonas donde el acceso a la sanidad no esta disponible. Allí es más fácil que estos se infecten y se transmitan a las personas», expone Vega.
Hasta estos nuevos focos, en España los últimos dos casos registrados datan de 2019, ambos en ganaderos. Para prevenirlo existen vacunas, tanto para humanos como para animales, y en el caso de resultar infectados se puede tratar con antibióticos. Dependiendo de la gravedad, este requerirá más o menos tiempo para eliminar la infección.
«Esto nos pone en alerta. Tenemos que establecer medidas de precaución, pero lo primero es transmitir tranquilidad. No existe riesgo ninguno en las grandes ciudades», pidió en declaraciones a los medios un portavoz del Colegio de Veterinarios de Cáceres.