Tezanos infla en sus encuestas hasta 20 puntos a los partidos de izquierdas
▶ En las últimas elecciones del 4-M, la desviación a favor del PSOE rozó los 15 puntos ▶ El exdirigente del PSOE ha cambiado de método cinco veces y ha registrado sonoros fracasos
Ha cambiado de método en al menos cinco ocasiones en tres años rompiendo todas las series históricas del CIS
En las últimas elecciones del 4-M, la desviación a favor del PSOE estuvo cerca de llegar a los 15 puntos
El exdirigente socialista ha suprimido las preguntas sobre la valoración del Gobierno
Una de las primeras decisiones que tomó Pedro Sánchez cuando ganó la moción de censura a Mariano Rajoy fue nombrar a su sociólogo de cabecera, José Félix Tezanos, presidente del CIS. No llevaba ni un mes en el poder, pero había prisa por controlar este organismo autónomo adscrito al Ministerio de la Presidencia, encargado de tomar el pulso a la sociedad y marcar las tendencias de voto, justo cuando la convocatoria de generales era aún una incógnita. Sánchez eligió a un militante socialista, miembro de su dirección en esos momentos y responsable de Estudios y Programas. Antiguo guerrista y volcado en el sanchismo desde que se produjo el relevo en la secretaría general del PSOE en 2014. Aquel año, saludó la llegada de Sánchez con una encuesta en la revista ‘Temas’ que daba como ganador a su partido, con 10 puntos de ventaja sobre el segundo, que no era el PP, sino Podemos. A los populares los dejó terceros, 14 puntos por debajo del PSOE. Luego la realidad le desmintió en las urnas.
Tezanos siempre ha hablado de las encuestas con desdén. En una ocasión las tachó de «brujería» y de «parasociología», y en otra aconsejó a los españoles no confiar en ellas. Pero esa crítica no le ha impedido multiplicar los barómetros de voto del CIS y hacerlos mensuales (antes eran trimestrales), sin disimular un sesgo a la izquierda y con errores garrafales como en las madrileñas del 4-M, donde se desvió casi 15 puntos a favor del PSOE.
Sesgo inicial
En las generales de noviembre de 2019, los bloques de la izquierda (PSOE, Unidas Podemos, sus marcas y Más País) y el centro-derecha (PP, Vox, Ciudadanos y Navarra Suma) empataron en votos: 43,1 por ciento. Sin embargo, en el CIS de Tezanos el recuerdo de voto está claramente inclinado hacia la izquierda, hasta llegar a una diferencia de 20 puntos, que invalida el resultado final. El empate en votos de ambos bloques se convierte ahora en una ventaja de la izquierda de 4,8 millones, en el supuesto de una participación similar a las últimas elecciones. El sesgo se observa también en la autoubicación ideológica de los encuestados, entre el 1 (más a izquierda) y el 10 (más a la derecha). Más del 70 por ciento se ha situado en la mitad izquierda y apenas un 25 por ciento, en la mitad derecha.
Desviación de voto
Ese sesgo muestral lleva a una estimación de voto sobrevalorada para el PSOE encuesta tras encuesta, que excede el margen de error y es sistemática. En las andaluzas de 2018, se desvió 11,6 puntos a favor del PSOE; en las valencianas de 2019 llegó a 10,5 puntos; en las últimas generales el desvío fue de 6,8, y en las madrileñas alcanzó los 14,6 puntos, su mayor error hasta el momento, y además reiterado. En las generales de 2016, la diferencia del PP sobre el PSOE fue 2,3 puntos superior a la que marcó el CIS, aún sin Tezanos. Los errores entonces no eran sistemáticos y solían estar en los márgenes previstos.
Cambio de método
Una de las principales críticas que se dirigen a Tezanos es el cambio continuo de método a la hora de realizar la estimación de voto. Cuando Sánchez lo colocó al frente del CIS, empezó sin incluir estimación, y solo ofreció intención directa de voto, sin ningún tipo de ‘cocina’, lo que rompía la serie histórica e imposibilitaba analizar la evolución de los partidos. Más tarde optó por empezar a ‘cocinar’ los datos a su manera. En el barómetro ‘flash’ de Cataluña no incluyó reparto de escaños, pero sí márgenes de estimación de voto. En el caso de Madrid, por primera vez la estimación de escaños no se calculó según la ley electoral, sino con fórmulas paralelas, que no se explicaron. Tezanos ha cambiado de método al menos en cinco ocasiones en apenas tres años.
Eliminación de preguntas
Desde 1996, el CIS preguntaba en sus barómetros de voto por la gestión del Gobierno, para que los ciudadanos pudieran valorarla. Se creó así una serie histórica que adquirió valor al poder analizar su evolución. Pero Tezanos decidió suprimir esa pregunta cuando se declaró la pandemia. La última vez que se formuló esa cuestión fue en el barómetro de marzo de 2020: «En su conjunto, ¿cómo calificaría Ud. la gestión que está haciendo el Gobierno de coalición del PSOE-Unidas Podemos: muy buena, buena, regular, mala o muy mala?». El 22,8 por ciento respondió que buena (21) o muy buena (1,8), mientras que el 34,2 por ciento señaló que era regular, y el 33 por ciento, que mala (19) o muy mala (14).
En el último barómetro publicado, del mes de septiembre, también decidió suprimir la pregunta sobre la valoración de los ministros, entre los que había novedades después de la remodelación del Gobierno de julio.
Cuestiones dirigidas
En una encuesta la formulación de la pregunta suele ser decisiva a la hora de obtener un resultado concreto. Se puede hacer de forma sutil, o al estilo Tezanos, como en esta realizada en la pandemia: «¿Cree Ud. que los partidos y líderes de la oposición tienen que colaborar y apoyar al Gobierno, dejando sus críticas o discrepancias para otros momentos, o que deben continuar criticando y oponiéndose al actual Gobierno en todo lo que consideren?» Casi el 90 por ciento respondió que los partidos debían apoyar al Gobierno sin criticar en este difícil momento.
El argumentario de Tezanos
«El PSOE es el partido más votado y Pedro Sánchez, el político mejor valorado por la ciudadanía». El titular sería válido para el CIS actual, pero encabezaba el ‘argumentario’ de la encuesta de ‘Temas’ en 2014. «Pedro Sánchez es el líder que tiene mejor imagen pública», «el PSOE ha empezado a recuperarse para ser alternativa socialdemócrata», añadía. Luego, en 2015, el PSOE obtuvo su peor resultado: 90 escaños. En 2016, bajó a 85.