ABC (Andalucía)

Biden comienza a deportar de modo masivo a haitianos que buscan asilo en EE.UU.

Los vuelos a Haití comenzaron ayer, y la Casa Blanca espera llegar a ocho diarios

- CORRESPONS­AL EN WASHINGTON DAVID ALANDETE

La Administra­ción Biden ha comenzado a fletar vuelos diarios de deportació­n de haitianos que entraron en EE.UU. en los últimos meses en busca de asilo político, siguiendo la línea de devolución ‘en caliente’ de Trump.

La respuesta de Joe Biden a la llegada masiva de haitianos que huyen de la miseria y violencia en su país es devolverlo­s a este, en una campaña de deportacio­nes aéreas que confirma el continuism­o en política migratoria con respecto a la Administra­ción de Donald Trump y que contradice todo lo que el hoy presidente prometió en campaña.

Son ya más de 15.000 los inmigrante­s, en su inmensa mayoría haitianos, que se hacinan en un campamento insalubre bajo un puente que une México y Estados Unidos en la localidad tejana de Del Río. Ayer hubo tres vuelos de repatriaci­ón a Haití, según fuentes oficiales. Se espera que este lunes haya cuatro.

Haití, un país de 11 millones de habitantes, ha sido golpeado recienteme­nte por el asesinato del presidente Jovenel Moïse en julio y un terremoto de magnitud 7,2 en agosto que destruyó miles de hogares. Ya antes era la nación más pobre de toda América Latina, hundida en una recesión continua. Los haitianos huyen como pueden a otros países americanos y cruzan México para pedir asilo en EE.UU. Por su parte, México se niega a aceptarlos si son deportados, por lo que Biden ha optado por aumentar los vuelos a Haití.

Lo cierto es que los vuelos de repatriaci­ón a ese país son habituales, aunque no cosa diaria. Sí que quedaron anulados tras el terremoto de agosto.

Según dijo el departamen­to de Seguridad Nacional el sábado, se espera poder habilitar al menos ocho vuelos diarios con hasta 120 deportados en cada uno de ellos. Estas personas suelen pedir asilo, pero el expresiden­te Trump dictó al inicio de la pandemia un decreto que permite la expulsión en caliente de todos los que crucen por razones sanitarias. Biden ha mantenido esa medida, al igual que mantiene la prohibició­n de entrada de extranjero­s desde Europa.

Hija de inmigrante­s

El mensaje de esta Administra­ción, como en muchos otros apartados, es muy similar al de Trump. Una portavoz del departamen­to de Seguridad Nacional, Marsha Espinosa, dijo el sábado en un correo electrónic­o «Hemos repetido que las fronteras no están abiertas, y no deberían hacer ese peligroso viaje. La inmigració­n irregular supone una grave amenaza a la salud y el bienestar de las comunidade­s en la frontera y las vidas de esos propios emigrantes, y no debería acometerse».

La política sigue siendo, por lo tanto, que esos inmigrante­s, huyan de lo que huyan, no vengan a EE.UU. Es lo que dijo —«no vengan»— la vicepresid­enta Kamala Harris, ella misma hija de padre jamaicano y madre india tamil, durante una polémica visita a México para asegurarse la cooperació­n de Andrés Manuel López Obrador en mantener políticas similares a las de Trump. Es cierto que Biden trató de anular el programa de deportació­n a México de peticionar­ios de asilo, pero lo hizo de una forma tan apresurada que la Corte Suprema lo reinstauró.

Los cruces ilegales de la frontera desde México han alcanzado este verano su punto máximo en 20 años, a pesar de que la zona ha experiment­ado temperatur­as muy elevadas. En agosto, los agentes fronterizo­s detuvieron a 208.807 personas, según cifras oficiales publicadas esta semana por la agencia de Aduanas y Protección Fronteriza. En Julio fueron 212.672. En total, desde que Joe Biden asumió la presidenci­a, han sido detenidos más de 1.2 millones de personas tras cruzar la frontera.

El problema de los niños que cruzan sin adultos se ha agravado también. Según esos datos oficiales, el mes pasado, 18.847 adolescent­es y niños cruzaron la frontera solos, un 1% menos que en julio.

Estas duras medidas contrastan con los planes iniciales de Biden, que pasaban hasta por ofrecer una amnistía a los 11 millones de indocument­ados que viven en EE.UU. Varios republican­os culpan a aquellas promesas de Biden de haber creado un efecto llamada. «Cuando decenas de miles de inmigrante­s ilegales cruzan la frontera, Joe Biden les promete la ciudadanía. Está empeorando mucho esta crisis», dijo el viernes en Twitter el senador Tom Cotton.

La izquierda también se ha revuelto contra Biden. Medio centenar de diputados demócratas, encabezado­s por Alexandria Ocasio-Cortez, le han enviado una carta a Biden en la que piden que suspenda las repatriaci­ones.

Pulso político

Dice la misiva «La Administra­ción Biden no puede afirmar que está haciendo todo lo posible para apoyar a la comunidad haitiana mientras continúa deportando injustamen­te a los haitianos cuando la isla atraviesa su peor crisis política, de salud pública y económica hasta ahora».

El hacinamien­to en Del Río ha provocado tensión entre la Casa Blanca y el gobernador de Texas, Greg Abbott. Este último dijo el jueves que había ordenado a los policías estatales y a la Guardia Nacional de Texas cerrar seis puntos de entrada a lo largo de la frontera sur a petición de la agencia de Aduanas y Protección Fronteriza. Después se desdijo, y la mencionada agencia negó haber pedido nada. Abbott, un aliado de Trump, ha dicho en un comunicado que «la Administra­ción Biden es un completo desastre y está gestionand­o la crisis fronteriza tan mal como la evacuación de Afganistán».

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// EFE Un grupo de haitianos esperan en México, junto al Río Grande, la oportunida­d de pasar a Estados Unidos
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