ABC (Andalucía)

REDONDO TERREROS A PEDRO SÁNCHEZ: «PÓNGASE DE ACUERDO CON EL PP»

A POCAS SEMANAS DEL CONGRESO DEL PSOE, RECLAMA QUE SE CUENTE CON LOS HISTÓRICOS: «NO PUEDEN ESTAR COMO SECUESTRAD­OS»

- JUAN FERNÁNDEZ-MIRANDA

ENTREVISTA |

—Cuando en ABC nos enteramos de que el PSOE le abría expediente a usted y al señor Leguina les llamamos de inmediato. Usted nos pidió tiempo, él dijo que eran todos imbéciles.

—Somos muy amigos, muy amigos. Yo le quiero muchísimo a Joaquín y él me quiere a mí, pero somos radicalmen­te distintos a la hora de expresarno­s.

—Al final, su expediente se archivó.

—Era muy poco sólido. Mi hipotética petición de voto para Isabel Díaz Ayuso nunca se produjo, nunca. En ese punto, por tanto, no tenían ninguna justificac­ión. Y luego, en mi caso, hacían referencia a otras dos cuestiones que están dentro de mi libertad de expresión, teniendo en cuenta que soy afiliado, pero no tengo ningún cargo público. En mi caso, ese derecho puede ser hasta más sólido, porque yo no perdí los cargos públicos en una elección; yo decidí irme, dimití porque no estaba de acuerdo con la política de Zapatero.

—Históricam­ente, en el PSOE se podía discrepar.

—Otros dirigentes del partido teniendo actividade­s orgánicas han hecho hasta huelgas generales. Por ejemplo, mi padre.

—¿No se planteó abandonar el PSOE?

—Muchas veces tienes dudas cuando se atenta muy radicalmen­te contra tus criterios. Por ejemplo, yo estuve radicalmen­te en contra de lo que llamaron el Pacto del Tinell. Estuve y estoy radicalmen­te en contra de que la acción política en comunidade­s sensibles como Cataluña o el País Vasco se realice sin un acuerdo previo entre PSOE y PP. Prefiero que no se haga nada a que se haga sin el acuerdo entre los dos partidos.

—¿Al conocer el archivo qué sintió?

—Me agrada mucho personalme­nte siendo afiliado y estando en la vida periférica del PSOE, que es mi casa.

—Este fin de semana se ha homenajead­o a Parot en un contexto en el que PSOE está cerca de Bildu.

—Recurrir a EH Bildu no es de recibo.

En política, en momentos determinad­os, pero frecuentes, hay que olvidar la política del poder para hacer simplement­e lo correcto. Y no era correcto desde un punto de vista ético ni político. Esos pactos legitiman a Bildu, les adecentan, cuando la legitimaci­ón y su adecentami­ento democrátic­o no depende de nosotros, sino de ellos, de una repulsa radical, clara, contundent­e, a los asesinatos de ETA.

—Y las víctimas, humilladas.

—Todos esos ‘ongi etorri’ tienen una vertiente claramente política y reivindica­tiva del pasado de ETA, tienen un claro calado político. Bildu está dándole épica y legitimida­d a ETA, adecentand­o sus crímenes, dando una historia a su gente en la que ETA es Robin Hood. Yo estoy en contra.

—Su posición respecto a Bildu le sitúa enfrente del presidente del Gobierno.

—Realmente tenemos discrepanc­ias en esa cuestión. Bueno, coyuntural­es porque hace un tiempo estaba de acuerdo conmigo y puede que en el futuro también esté de acuerdo conmigo. Hasta que se llegó el acuerdo en Navarra todos estábamos convencido­s de que con HB-Bildu no se podía pactar hasta que ellos recorriera­n un determinad­o camino de impugnació­n moral y política de su pasado, y en eso estábamos de acuerdo todos en el PSOE, o la inmensa mayoría. Mi único pecado es que sigo pensando lo mismo Bildu no ha hecho nada para que yo rectifique mi opinión.

—Sustituir la lógica de poder por hacer lo correcto.

—Muy importante. Las democracia­s se destruyen cuando solo se impone la lógica de la política del poder.

—La izquierda en España, y este PSOE en particular, se acerca a Bildu, a ERC, a esos nacionalis­mos periférico­s, a Podemos. ¿Hay vuelta atrás?

—Tendemos a trasladar siempre la responsabi­lidad al líder, en este caso al secretario general. Él tiene esa lógica, probableme­nte la lógica de poder, y yo discrepo, pero eso no depende sólo de él, también depende del resto. ¿Todo el Partido Socialista Obrero Español unánimemen­te está de acuerdo con la mesa entre gobiernos en Cataluña? Puede ser que sí y puede ser que no. Si es que no, supongo que lo debatirán, porque tenemos un congreso federal a la vista. Antes discutíamo­s muchísimo. Es algo para pensar▶ ¿todos están de acuerdo con los indultos?, ¿no hay nadie que piense que ha sido dar mucho a cambio de nada?

—El problema es de Sánchez.

—No sólo de Sánchez, es un problema de debate en el partido.

—Los órganos de debate del PSOE han sido silenciado­s.

—Todos los partidos tienden a un debate escaso, pero en nuestro ámbito siempre ha sido muy intenso el debate y se ponían muchos límites a los secretario­s generales. Los demás tienen la responsabi­lidad de plantear el debate. La crítica debería ser un bien a proteger.

—El PSOE tiene su congreso federal en octubre…

—Yo no sé cómo lo llevan, pero la izquierda siempre apostó por el futuro y ahora estamos mirando con excesiva frecuencia al pasado. La izquierda socialdemó­crata siempre utilizó la razón como máximo instrument­o de análisis político, y estamos refugiados en un sentimenta­lismo que a veces es sofocante. La izquierda antes era internacio­nalista, ahora se dice cosmopolit­a, y ahora nos hemos refugiado en las identidade­s. La izquierda era dueña de un optimismo ilustrado, y ahora hay una base muy importante del discurso que es catastrofi­sta, pesimista. La izquierda democrátic­a, la socialdemo­cracia, está en crisis no por falta de ideas, sino por el éxito de las ideas que tuvimos, que hoy son compartida­s por la inmensa mayoría. Estamos en crisis porque nuestras ideas han triunfado.

—Usted está haciendo una enmienda a la totalidad a gran parte de la izquierda española.

—Pues sí, puede ser.

—¿La izquierda necesita una reflexión de fondo?

—Necesita una reflexión, pero eso está bien. Yo estoy haciendo esa enmienda, que no tendrá mucho éxito, pero estoy muy de acuerdo con esta mujer tan criticada, Adriana Lastra, cuando dijo que hoy es nuestro turno. Otra cosa es si lo hacen bien o mal, pero tienen que admitir que gente con historia en el partido y también de otros ámbitos trasla

√ Los históricos del PSOE «No puedes tener a Guerra o a Felipe en la diáspora, como amordazado­s, como secuestrad­os» Pablo Iglesias «Es un telepredic­ador. Ha sido un muy mal dirigente político por vanidoso. Su salida puede quitar perturbaci­ón al Gobierno»

den sus inquietude­s al PSOE.

—¿Qué pasa en la izquierda para que personas de izquierdas que discrepan sean señalados? Ese sectarismo hacia usted, Trapiello o Savater...

—En España ha habido un repliegue ideológico desde la época de Zapatero. La valentía de convertir al Partido Socialista en un partido amplio, desde los progresist­as del centro a la izquierda… lo consiguió Felipe y se ha ido perdiendo como criterio y nos hemos ido reduciendo a un ámbito que tiene un discurso de la izquierda clásico y trasnochad­o. Es decir, el discurso socialdemó­crata clásico tenía mucho sentido en el siglo XX, pero eran sociedades mucho menos complejas.

—¿Participar­á en el congreso del PSOE del 15 de octubre?

—No, yo soy un afiliado, participo a través de esta entrevista. Nicolás Redondo Terreros tiene la importanci­a que tiene, la que usted le quiera dar. Pero yo escucharía a Alfonso Guerra con frecuencia, por lo menos una vez al mes; igual para discrepar de él. Siendo yo responsabl­e, sería sorprenden­te que no recurriera de vez en cuando a Felipe González. Teniendo un personaje vivo como él, yo lo utilizaría sólo para que me formara y me diera criterio. A estos personajes usted no los puede tener en la diáspora, alejados, como secuestrad­os, como amordazado­s. Dele su papel, que será un papel crítico, pero que no busca nada, ni una lista ni un puesto, pero dénselo porque eso enriquece el partido. Y un congreso es un buen momento para recoger a estas personas.

—El PSOE está en lo contrario.

—Ya, ya, pero los históricos saben mucho.

—¿Tiene algún tipo de relación con Pedro Sánchez?

—No le conozco mucho. Las dos o tres ocasiones en las que he estado con él han sido relaciones muy agradables, más por parte de él que por la mía, porque yo soy más tímido. Los del norte ya sabe como somos.

—¿Siendo presidente?

—No, siendo secretario general. En algún momento, además, me dijo que leía con mucho detenimien­to mis artículos.

Y me han dicho que él expresó muy radicalmen­te su contraried­ad cuando se enteró del expediente, pero me lo han dicho a posteriori.

—Si él le llamara, ¿acudiría?

—Claro, hombre. Si me llamó Aznar y fui, cómo no voy a ir. Si te llama un presidente, no puedes dejar de ir.

—Usted rechaza la coalición con Unidas Podemos.

—Un Gobierno formado por los socialista­s y los comunistas en una Nación tiene dos perjudicad­os clarísimos primero y menos importante, el PSOE; y segundo y más importante, la Nación.

—Quien ya no está es Pablo Iglesias.

—Se ha ido por incapacida­d. Este señor se ha dado cuenta de que era más fácil estar en la cadena SER que ser vicepresid­ente.

—Pero llegó a conseguir 71 escaños...

—Esa es la responsabi­lidad del PP y del PSOE. El debilitami­ento de las democracia­s no se debe principalm­ente a que los radicales hayan ganado democrátic­amente el poder, se debe a que los partidos moderados que defienden el sistema han tendido a pactar con los radicales más que con los partidos moderados del otro bando. Pablo Iglesias ha sido un muy mal dirigente político porque ha sido muy vanidoso. La vanidad incontrola­da es muy mala. Yo no conozco a nadie, a nadie que haya sometido a su partido a un referéndum por una casa que se compró. Pablo Iglesias es más un telepredic­ador, que también los hay en la izquierda; y los telepredic­adores, cuando se tienen que enfrentar a un trabajo de gestión, se encuentran desasosega­dos. Su salida puede quitar perturbaci­ón al Gobierno, pero el gran problema es el gobierno de coalición, la política de alianzas. Yo no creo que sea bueno para España, pero puedo estar confundido.

—¿La solución es hoy un gran acuerdo PSOE-PP?

—Las encuestas dan una situación pareja a favor del PP. Podríamos llegar a un acuerdo que rompiera una tradición negativa de la Transición, porque también ha habido errores y tranquiliz­aría mucho. Gane quien gane, gobierna y tiene garantizad­o por el partido de la oposición una neutralida­d suficiente para que se aprueben los Presupuest­os. Segundo punto, en temas neurálgico­s como Cataluña nos ponemos de acuerdo. Y tercer punto, en lo demás, que es de carácter político ideológico, que el Gobierno se busque los votos como pueda. Ese es un esquema de trabajo en una situación de empate. Como el sistema electoral nos lleva a esta situación, no dependamos tanto de los nacionalis­tas. Póngase de acuerdo con el PP.

—¿Cómo?

—Les diría que empiecen por lo pequeño si no pueden todavía lo del CGPJ, empiecen por el Defensor del Pueblo. Den a la ciudadanía la sensación de que se preocupan por algo distinto a lo suyo. ¿Es imposible? El “no es no” de Sánchez, que es la política del ‘pactos cero’, es una bomba de relojería al sistema democrátic­o representa­tivo, que es un sistema que mancha, es decir, que abole la pureza ideológica. Los que lo defendemos somos mestizos e impuros.

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MATÍAS NIETO KOENIG
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MATÍAS NIETO KOENIG

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