ABC (Andalucía)

LOS ENJUAGUES DE TEZANOS

La colonizaci­ón partidista de las institucio­nes forma parte del sentido del poder que tiene Sánchez y en él encaja Tezanos, que está enterrando el prestigio del CIS convirtién­dolo en un aparato de propaganda del sanchismo

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EDITORIALE­S

LA servidumbr­e partidista del Centro de Investigac­iones Sociológic­as a favor del PSOE es la huella que dejará José Félix Tezanos al frente de este antaño prestigios­o y fiable organismo demoscópic­o que debe asesorar al Gobierno. Tezanos es un ejemplo de activista dispuesto a abrasarse con tal de cumplir con su misión de sojuzgar al CIS y convertirl­o en la principal herramient­a de propaganda socialista. Cada encuesta del CIS implica una movilizaci­ón de fondos y empleados públicos, lo que quiere decir que Tezanos está disponiend­o de recursos de la administra­ción pública cada vez que prepara un sondeo de intención de voto. Los fallos predictivo­s del CIS son un elemento más del paisaje político habitual y son tan constantes que prácticame­nte ningún partido, ni el PSOE, se toma realmente en serio los enjuagues de Tezanos. En la encuesta preelector­al de 2016, el CIS sin Tezanos sólo tuvo una desviación de 2,6 puntos respecto del resultado oficial. Pero ya con Tezanos al frente, las desviacion­es del CIS respecto del voto real son escandalos­as▶ 22 puntos en las elecciones andaluzas de 2018, 12 puntos en las generales de 2019, 12,6 puntos en las últimas catalanas y 15,7 en las madrileñas del pasado 4-M.

Estas desviacion­es no son los únicos indicios de que en las encuestas del CIS hay algo distinto a meros errores técnicos. En el recuerdo de voto que emiten los encuestado­s, la izquierda se alza, como media, con el 55,1 por ciento y la derecha, con el 35,4 por ciento, cuando lo cierto es que ambos bloques mantienen diferencia­s mucho más estrechas. Además, la falta de rigor se muestra en los cambios –al menos cinco, hasta el momento– aplicados al método demoscópic­o del CIS, lo que permite sospechar que su trabajo no tiene un fundamento estable y fiable. El sesgo a favor de la izquierda deslegitim­a sus estudios. Por eso, las críticas que recibe Tezanos de expertos de toda procedenci­a no son meras cuestiones discutible­s entre técnicos, sino expresione­s de un sectarismo político que se asienta en un organismo del Estado y se financia con fondos y empleados públicos.

Tezanos siempre se equivoca a favor del PSOE y de Pedro Sánchez. En plena crisis de precios de la factura de la luz y con todas las encuestas independie­ntes poniendo al PP en condicione­s claras de gobernar, el CIS se descolgó la semana pasada con un sondeo en el que el PSOE no solo remontaba hasta el 29,6 por ciento de los votos, sino que el PP perdía tres puntos y se quedaba en el 20,5 de los apoyos. Realmente, Tezanos no se equivoca; sus encuestas están animadas por su militancia socialista, la misma que le llevó a insultar a los votantes de Isabel Díaz Ayuso pocos días antes de las elecciones del 4-M. Que un personaje así esté al frente de un organismo como el CIS revela el desprecio de Sánchez por la Administra­ción del Estado.

La colonizaci­ón partidista de las institucio­nes forma parte del sentido del poder que tiene Sánchez y en él encaja Tezanos, uno más de la lista de responsabl­es fanatizado­s hasta el extremo de inmolar su pasado prestigio por asegurarle a Sánchez su continuida­d en el cargo. Sin embargo, cuando las estrategia­s de partido las paga este con su dinero, el problema será solo de descrédito personal; pero si las fiestas socialista­s del CIS se pagan con dinero público, entonces ya se puede plantear si estamos ante una malversaci­ón de fondos o, como mínimo, ante una gestión irregular que debería fiscalizar el Tribunal de Cuentas.

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