«La evolución en las próximas horas o días es impredecible»
El experto del IGN cuenta desde la zona cero, cómo se vigila el flujo de lava para proteger a la población
«Lo peor ya ha pasado». El vulcanólogo Stavros Meletlidis del Instituto Geográfico Nacional (IGN) respira por primera vez en siete días, cuando La Palma empezó a temblar y se desplazó con su equipo a vigilar la actividad sísmica de la isla. Lo dice con calma, aunque el caos se ha desatado con la evacuación de miles de personas y la lava ha empezado a invadir las viviendas más cercanas. Él está tranquilo. Al menos, por ahora. «Lo peor es la incertidumbre, muchos de los que estamos aquí sentimos un alivio que no sentíamos desde hace una semana. No sabíamos con exactitud cuál sería el primer punto de emisión, por dónde iba a salir el magma», confiesa.
Habla con ABC a escasos 600-800 metros en línea recta desde el volcán que vomita magma por varias bocas. «Es una distancia prudente, ¿oyes las explosiones?». Desde la zona cero cuenta cómo se escuchan las detonaciones y se ven con claridad las grietas por donde se abre paso la lava. No se nota más calor, pero sí cae una lluvia de ceniza que arrastra el viento hacia el oeste, relata.
La isla ha vivido un episodio telúrico rápido que ha desembocado en una erupción. Lo hace medio siglo después del Teneguía, hasta ahora el volcán más joven de España. La buena noticia es que el volcán ha surgido en
√ «Lo peor era la incertidumbre de hace días cuando no sabíamos cuál iba a ser el punto de emisión»
una zona de monte no habitada. «Por ahora no hay daños personales, no ha habido derrumbes. Nuestro objetivo es que no se pierda una vida humana. Si las cosas se hacen bien, no hay por qué tener miedo. Los servicios de emergencia y los cuerpos de seguridad han funcionado muy bien. Todo está previsto para saber responder y prever la evolución», asegura Meletlidis.
El río de lava sigue avanzando y ha dañado algunas localidades. Las cenizas también están generando pequeños incendios forestales. «Pero insisto, el objetivo es que no se pierda ninguna vida humana», dice este vulcanólogo quien asegura que no hay previsión para lo que pueda ocurrir en las próximas horas o días. Los volcanes son los fenómenos naturales más impredecibles. «No tenemos una bola de cristal. Puede seguir días y llevarse fincas por delante. La clave es que no haya daños humanos y, por ahora, no tenemos ningún herido».
El equipo de Instituto Geográfico Nacional seguirá tomando medidas de forma continuada para predecir el avance del flujo de lava. Es una situación de emergencia, pero para ellos es también un acontecimiento histórico y científico que les ha tocado vivir en directo.
Frente a otros eventos similares, este es más especial porque, por primera vez, se está monitorizando en su totalidad, por tierra, aire y agua. «Tendremos datos muy valiosos, no solo para vigilar su evolución, sino para aprender del vulcanismo canario. Otro dato para la tranquilidad▶ lo ocurrido en La Palma, no es un aviso para lo que pueda sobrevenir en otras islas del archipiélago, asegura Stavros Meletlidis. «Están cerca pero no conectadas».