Arthur Rambo y Camila, dos personajes a tener en cuenta… de Twitter
Laurent Cantet e Inés María Barrionuevo presentan dos filmes muy en sintonía con la moral actual
El programa oficial reunió en las últimas horas un par de películas que coincidían en presentar dos asuntos que mantienen al mundo en ascuas, el empoderamiento de las redes sociales y la sororidad de la mujer. Una era la francesa ‘Arthur Rambo’, de Laurent Cantet, y otra la argentina ‘Camila saldrá esta noche’, de Inés María Barrionuevo, y ambas defendían bien su idea y alertaban sobre una actualidad que le exige al individuo estar a la altura no solo de sí mismo sino también al nivel de la cantidad de minas personales que impone la moralidad social a cada paso que da, sea de comportamiento o de pensamiento, y que forma ese extraño conglomerado de ‘tics’ que llamamos ‘libertad’.
Cantet es un cineasta con buen ojo para las alertas, las sociales y laborales en títulos como ‘Recursos humanos’ o ‘El empleo del tiempo’, o las educativas en ‘La clase’. Y aquí se tira en plancha sobre la glotonería de las redes sociales, concretamente Twitter, que devora fama, prestigio y horizonte en lo que tarde en prender un incendio, tal y como le pasa al personaje protagonista, un joven escritor con futuro, cuando en su minuto uno de celebridad aparecen unos incomodísimos tuits firmados con un pseudónimo, Arthur Rambo, racistas, homófobos y extremistas que lo dejan listo para que la sociedad demuestre con él su destreza con la escobilla de váter.
Un director listo y que considera también lista a su audiencia permitiéndole detectar la razón, la sinrazón, la hipocresía de un mundo tan presto al halago como al escupitajo, y su historia se esfuerza en presentar a su hombre como una víctima de su dudoso ingenio y como una moraleja andante del piensa lo que escribes y escribe lo que piensas; es decir, una máxima que está bajo mínimos en la cultura de la velocidad digital, la agilidad de dedos y la necesidad de ‘amigos’.
La directora Inés María Barrionuevo ha hecho una película de chicas, ‘Camila saldrá esta noche’, pero también de ese islote despoblado y lleno de trampas que es la adolescencia, en el que uno se busca a sí mismo y a saber qué es lo que encuentra. Camila vive en ese islote con gesto adusto y muy atenta a la exploración de fronteras que abrir o cerrar a su alrededor, con amigos, compañeros de colegio y familia, especialmente su madre (los mejores momentos de la película están ahí, en ambas, y qué gran actriz es la madre, Adriana Ferrer).
El guion presiona las teclas convenientes para que del relato salten las sugerencias previstas, desde la incomunicación hasta el abuso, la libertad sexual, estética y emocional, y dentro de un empuje y jurisdicción feminista. En ese terreno de la sororidad y el empoderamiento (para qué buscar otras palabras si estas son las ‘guais’) femenino, la película busca más eficacia que innovación, pero el retrato que revela de la adolescencia y su actitud de diva del bel canto lo deja a uno perplejo, especialmente si no fue ayer, ni antes de ayer, cuando interpretaba arias, o tal vez coplillas.