Montero no es Clavero
Cada día Andalucía, Valencia o Murcia tienen que asumir costes de servicios públicos que deberían financiar esos ingresos estatales que no llegan
CUATRO millones perdidos al día, casi 11.000 millones pendientes a cuenta de lo impagado en los últimos años, a los que habrá que añadir los más de 2.000 millones que la Junta echa en falta en el último balance de los fondos procedentes del Estado… Las cifras definen el engaño a Andalucía de la España asimétrica de las autonomías que negoció José Luis Zapatero con los independentista de ERC en 2009 al aplicar un modelo de financiación que sigue vigente a pesar de demostrar año tras año que penaliza a algunas autonomías.
Cada día Andalucía, Valencia o Murcia tienen que asumir costes de servicios públicos que deberían financiar esos ingresos estatales que no llegan. La reclamación no es nueva, no es un invento del nuevo gobierno andaluz. No es un argumento nuevo para la confrontación. El Parlamento andaluz ya lo reivindicó cuando el PSOE gobernaba la Junta en tiempos de Susana Díaz. Entonces la consejera de Hacienda, María Jesús Montero, pedía al Gobierno de Mariano Rajoy el pago de 4.000 millones por la infrafinanciación de la comunidad en una jugada política que pretendía dejar al PP andaluz en fuera de juego. Juanma Moreno no picó, el PP votó a favor de la declaración y le coló un gol tan histórico como la deuda a la ahora ministra, actual responsable de que la situación persista.
No es una cuestión de dinero sino de interés político. Difícilmente este Gobierno podrá convocar una reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera para negociar un nuevo modelo porque a ese foro ni siquiera acuden ya Cataluña o País Vasco. Sanchez no pondrá en evidencia a sus socios de investidura en lo que queda de Legislatura. Prefiere negociar en las mesas de camilla bilaterales con los que quieren romper el Estado.
Andalucía y Valencia, con gobiernos de distinto signo político, se unirán mañana para reivindicar un modelo justo de financiación autonómica. Esta unidad inédita debe superar las reticencias de las direcciones de PP y PSOE y procurar adhesiones de otras comunidades para evidenciar que hay una mayoría de ciudadanos hartos de un sistema en el que siempre ganan más los mismos, los que viven bien del Estado al que repudian. Y ya está bien.
Montero no tiene excusa, prometió cambiar el modelo y no ha sido capaz siquiera de compensar el dinero que reclamaba para Andalucía en 2018. Peor, le recorta. Cuando Pedro Sánchez le dé por amortizada sabremos el valor de su palabra. Dudo que antes consiga un nuevo marco de financiación autonómica justo en esta España desequilibrada en todos los sentidos. Evidentemente, Montero no es Clavero. No esperen que dimita para defender los intereses de Andalucía.
Esta unidad inédita debe superar las reticencias de las direcciones de PP y PSOE y procurar adhesiones de otras comunidades