Dura batalla en la capital entre dos figuras en ascenso de la política portuguesa
El actual alcalde de Lisboa, Fernando Medina, ha calculado sus más recientes movimientos con claras intenciones de ampliar su popularidad entre los habitantes de la capital portuguesa. Se sabe favorito, pero le corresponde lidiar la batalla más complicada contra el conservador Carlos Moedas, quien gana fuerza en medio de la zozobra a la que ha conducido Rui Rio al PSD.
Por eso, se afanó Medina en inaugurar la estación metropolitana de Arroios, cuatro años cerrada por unas obras que tampoco es que hayan revolucionado su aspecto, tal cual comprueba la población en la concurrida línea que viene de Cais do Sodré y Rossio antes de pasar por la intersección de Alameda, camino del aeropuerto.
Y la misma causa le ha llevado a un golpe de efecto que toca la sensibilidad de los lisboetas, pues los dos cantantes de fado más populares del momento han dado un paso público en apoyo de su candidatura. Se trata de Mariza y de Camané, que se han apuntado al ‘estilo Medina’.
En cualquier caso, el político socialista toca ya techo municipal y reclama un mayor protagonismo en el Largo do Rato, la plaza (equivalente a Ferraz) donde se alza el edificio central del PS. Todos los indicios internos lo señalan como el sucesor más probable de António Costa al frente de la formación mayoritaria e incluso con la mira puesta en el cargo de primer ministro. Solo Pedro Nuno Santos y Mariana Vieira da Silva parecen discutirle el hipotético liderazgo.
Y eso que Medina se vio envuelto hace unas semanas en una fuerte polémica, cuando salió a la luz que autorizó a comunicar datos de opositores rusos y venezolanos durante su periplo como convocantes de manifestaciones de protesta. El escándalo no se hizo esperar, pero la maquinaria propagandística socialista ha conseguido dar un vuelco al efecto negativo que semejante revelación comenzó a generar.
El problema para el PSD es que su estrategia de oposición no parece la más brillante, lo cual lleva al exsecretario de Estado Francisco Almeida Leite a concluir▶ «Lo cierto es que ningún proyecto alternativo al socialista se plasmará sin la sociedad civil en Portugal, sin influencia en las universidades, sin el impulso de los empresarios y sin el apoyo de unos medios de comunicación libres e independientes, cosa que ahora no sucede». Los conservadores necesitan sumar fuerzas, algo que en realidad acontece únicamente en el archipiélago de Madeira, donde se ha reeditado a nivel autonómico su alianza con el Centro Democrático y Social, con la figura de Pedro Calado manos a la obra para ocupar la alcaldía de Funchal.
Todo lo que no sea una plácida noche para los socialistas entra dentro del terreno de la sorpresa, en principio. Sí, porque a Carlos Moedas no le dado tiempo a desplegar sus recursos. O sea, al PSD le podrían haber venido bien unos meses más para afianzar sus posiciones, toda vez que este candidato suscita consenso gracias a su apuesta por la moderación real, en las antípodas de Chega o de Iniciativa Liberal.
El alcalde socialista, favorito, espera que otra victoria local catapulte su protagonismo para alcanzar cotas mayores