Ruido de opas
La semana pasada se anunció la oferta de Otis sobre las acciones que no tiene de su filia española, Zardoya. Es una de esas operaciones que tienen todo el sentido pero que no terminaban de pasar. Hasta que pasan. Y son probablemente los motivos que han llevado a que suceda los que merecen la pena dar una vuelta.
Se pueden diferenciar dos grupos de razones. Por un lado, las que son comunes al resto de mercados y que son las que están detrás del aluvión de operaciones que se están produciendo en todo el mundo. La velocidad a la que se ha recuperado la propensión marginal a la inversión y que el mercado de capitales esté a pleno rendimiento. Una va de la mano de la otra y son dos circunstancias definitorias de esta crisis y que sin duda están detrás de la velocidad y fortaleza de la recuperación. Y por otro lado hay que destacar, y en concreto esta operación constituye un magnífico ejemplo, el descuento con el que en muchos casos cotizan las compañías españolas con respecto a sus homónimas de otras geografías por el mero hecho de cotizar en España. Las dos compañías involucradas son del todo comparables. Las dinámicas que influyen en su valoración las mismas. Por lo que el abultado descuento con el que cotiza la española es difícilmente justificable. Esta ineficiencia del mercado es lo que ha propiciado que la matriz se lance a hacer la oferta. Desde el punto de vista financiero, cuando compras algo por debajo de tu valoración creas valor automáticamente para tus accionistas a no ser que haya gato encerrado. No parece ser el caso porque el nivel de conocimiento de Zardoya tras todos los años que llevan en el accionariado es total.
El movimiento de Otis es una buena pista de lo que puede estar por llegar. Han sido de los primeros en mover ficha y sacar tajada por lo cerca que están de la realidad del mercado español. Otros les seguirán porque las razones que están detrás de esta oferta son extrapolables a otros muchos sectores.
Así las cosas, en la Bolsa española debería acelerarse el lío corporativo a medida que a las compañías se les vaya soltando el brazo. En general los descuentos son en todos los sectores aunque haya determinadas empresas en las que su composición accionarial las convierte en mejores candidatas. Es un tema que nos seguirá dando que hablar.