No hubo milagro y la lava derruye la iglesia de Todoque
▶ Una de las coladas se reactiva, derriba el campanario y avanza hacia el mar a 100 metros por hora, según Involcan ▶ Regresan a sus hogares los 160 vecinos de los tres últimos barrios desalojados por la rebaja que registra la sismicidad
La iglesia de Todoque se había convertido en un símbolo de resistencia. Los bomberos habían tratado de salvarla de la fuente de lava abriendo zanjas y poniendo vallas de obras como obstáculos a su alrededor. El padre Alberto Hernández, párroco también de La Laguna, Las Manchas y Puerto Naos, contaba hace unas horas a ABC que la parroquia tiene apenas 60 años de vida, aunque el templo es casi centenario. Era, hasta ayer a media tarde, cuando una colada se reactivó, avanzó unos metros y la imagen sorprendió a todos en vivo y en directo. No hubo milagro y el volcán se tragó el templo.
Las tallas del interior, de nueva construcción, habían sido retiradas de la parroquia a principios de semana, con la misma premura con la que se desalojó el pueblo entero. Quince minutos y la amenaza del volcán de Cumbre Vieja ya estaba ahí. «Las tallas y el resto de misales, crucifijos y pertenencias no tienen mucho valor artístico, pero sí afectivo», repetía el padre Hernández.
El Cumbre Vieja, que hasta hace una semana era un edificio volcánico estimado en la isla, se ha llevado por delante este emblema de una pedanía en la que residían 1.310 personas. La iglesia es solo un inmueble de los casi 500 que se han tragado en los últimos siete días los torrentes de lava activos. Ayer, cuando se cumplía una semana de la erupción que el pasado domingo desencajó a la isla, se contaban por más de 6.200 los vecinos evacuados y 496 las edificaciones e infraestructuras dañadas o perdidas. El derrumbe del campanario de la resistencia se produjo a última hora de la tarde y cuando parecía que las buenas noticias llegaban por fin a la ‘isla bonita’ con la vuelta a sus hogares de los 160 vecinos desalojados el viernes de Tacande de Abajo, Tacande de Arriba y Tajuya y la disminución de la presión ejercida por el magma dentro del volcán.
Desde el Instituto Geográfico Nacional (IGN) de Canarias, su directora, María José Blanco, informó ayer por la mañana de que la sismicidad en la isla es baja, con una «estabilidad mantenida» ya a lo largo de varias jornadas, lo que no impidió el avance de la lava. Desde el mismo organismo y ya por la tarde, Carmen Solana informaba a la televisión canaria de que la nueva colada de lava avanzaba mucho más rápido, en torno a unos 100 metros por hora y discurriendo sobre la anterior.
En la misma línea, el presidente del Cabildo de La Palma, Mariano Hernández Zapata, lamentó en rueda de prensa la pérdida de uno de los símbolos de Todoque, como era su iglesia, tras la rápida entrada de la lava. Hernández Zapata detalló que en la tarde del domingo y durante unas horas se había producido «un importante flujo de lava que avanzó rápidamente por el flanco norte y que se unió a la colada principal», que era la que ya había llegado a Todoque, mientras que el flanco sur también se ha unido al principal. Con las nuevas aportaciones, esta ha avanzando hacia la costa, aunque se desconoce si llegará al mar, y amenaza una de las prin
cipales carreteras de la isla.
Por su parte, el director técnico del Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca), Miguel Ángel Morcuende, explicó que pese a la ceniza que está cayendo en la isla procedente del volcán, la calidad del aire es buena y no tiene afección sobre la salud de los palmeros. «Otra cosa son los daños a la hora de manejar las cenizas, como al limpiar las azoteas o los tejados. Hay que tener cuidado para evitar levantar polvo porque puede provocar problemas bronquiales o a los ojos», expuso, para reclamar de nuevo el uso de gafas, mascarilla, guantes y ropa de manga larga.
Ola de solidaridad
En cuanto a las numerosas muestras de solidaridad que han llegado a la isla procedentes de todos los puntos del resto del país, los responsables del dispositivo recordaron que los habitantes no necesitan donaciones de ropa, ni mantas o juguetes, porque no se encuentran «ante una catástrofe».
Ayer en el acuartelamiento de El Fuerte ya no quedaba ninguna persona que hubiera sido desalojada de su casa, ya que todos se encuentran realojadas en hoteles o con familiares. «Lo que necesitamos es colaborar con la economía local, y eso empieza con la ayuda monetaria. No hacen falta mantas, la isla tiene comida suficiente y las comunicaciones en barco están aseguradas», explicó el director del Pevolca.
También desde El Vaticano, el Papa Francisco manifestó ayer su «cercanía y solidaridad con los damnificados. Durante su encuentro con millares de fieles para el rezo del Ángelus en la plaza de San Pedro, el Santo Padre añadió que piensa especialmente «en quienes se han visto obligados a abandonar sus casas». E invitó a rezar a María, «venerada en esa isla como Nuestra Señora de las Nieves, por esas personas sometidas a una prueba tan dura, y por el personal de socorro», informa J. V. Boo.
Hasta lo acaecido en Todoque, la jornada de ayer se presentó presumiblemente tranquila. El Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan) explicó que la deformación registrada por la Red Geodésica Canaria en las últimas 24 horas muestra un «proceso de deflación» del volcán, que indicaría una disminución de la presión en el sistema magmático del Cumbre Vieja. También apuntó que eso no implica que la erupción se esté acercando a su fin, ya que «se necesitarán más datos y diferentes parámetros para hacer previsiones correctas».
El aeropuerto de La Palma, que se encontraba cerrado por la acumulación de cenizas que cubrían 250.000 metros cuadrados de superficie, volvió ayer a estar operativo, según confirmó el gestor AENA. Sin embargo, por la tarde los vuelos desde y hacia el aeródromo de La Palma continuaban suspendidos, a la espera de una mejora de la situación. Las compañías decidieron no usar las instalaciones.
Lo que sí continuó es el éxodo de palmeros y turistas por mar. Las compañías navieras estiman que alrededor de 3.000-3.200 personas abandonan la isla en ferri cada día, dejando sobre el terreno una sensación de vacío que será difícil de superar.