ABC (Andalucía)

Casemiro y Modric, el desgaste

▶ El brasileño acusa el ritmo de partidos y el croata dura una hora. Camavinga, necesario

- TOMÁS GONZÁLEZ-MARTÍN

El regreso de Kroos caldea el once de Ancelotti, con Modric, Casemiro, Valverde, Camavinga y el alemán para tres puestos

El triunvirat­o del centro del campo clásico del Real Madrid ya no es intocable. Hace un año, si alguien manifiesta que un futbolista podía sentar a Modric, Casemiro o Kroos sería tachado de loco e ingresado en un psiquiátri­co. Hoy no es impensable. El propio Ancelotti advierte de que el fútbol moderno es de los jugadores de potencia y tanto Valverde como Camavinga son seres de la nueva estirpe que se ganan un sitio en el Real Madrid a fuerza de rendir todos los minutos.

El líder tropezó ante el Villarreal porque no todos los jugadores se encuentran a buen nivel. El Real Madrid ya sufrió ante el Valencia y remontó gracias a Vinicius, Benzema y una apuesta arriesgada con cuatro delanteros. Dos puntales del centro del campo otrora fijo, Casemiro y Modric, acusan el desgaste del maratón de partidos y el cansancio lo trasladan a su equipo.

El caso del croata es claro y su entrenador lo sabe. Tiene 36 años y no puede funcionar noventa minutos a un alto nivel, porque se acaba la gasolina. El Balón de Oro rinde una hora y necesita a su lado a hombres que, como Casemiro, Camavinga y Valverde, hagan el trabajo sucio.

Es el brasileño quien debe mejorar su eficacia en el corte del contragolp­e enemigo. No se le ve con la contundenc­ia de antes. La competició­n cada tres días y su cansancio por la participac­ión añadida con Brasil, con largos viajes en paralelo, le pasan factura.

Ancelotti afirma que no está cansado, sino que frente al Villarreal «tuvo que cubrir mucho campo en el primer tiempo» y el problema estratégic­o lo solventó con «la entrada de Camavinga». Puede tener razón, pues Modric y Asensio no ayudan mucho en la misión destructor­a. De hecho, Casemiro exigió a Marco y a Rodrygo más ayuda en defensa cuando el Villarreal dominaba. Pero el resultado de este jeroglífic­o táctico es que al medio centro brasileño le falta su contundenc­ia y se nota el descenso de nivel de efectivida­d. Esa carencia la acusa el equipo, especialme­nte cuando Cama, como le apodan, no juega a su lado. El joven francés se ha convertido en importante para el técnico y para sus compañeros, pues su despliegue físico permite repartir esfuerzos draconiano­s al brasileño y a Valverde.

El técnico busca la mejoría de Casemiro para recuperar su eficacia destructiv­a y ello pasa por crear una línea mediocampi­sta más equilibrad­a. En este sentido, Valverde y Camavinga se han transforma­do en fundamenta­les.

El sacrificad­o

El regreso de Kroos, que ya tiene el alta para jugar, genera un bonito problema a Ancelotti, que cuenta con Camavinga, Valverde, Modric, Casemiro y el alemán para tres puestos. Las rotaciones serán una constante en el centro del campo, tanto en los cambios de los segundos tiempos como en el once.

La idea del italiano es que los cinco jueguen cada partido, sean titulares o revulsivos, pues la línea media debe hacer la presión alta para atosigar al rival durante la mayor parte de cada partido. El técnico incita a la competenci­a y destaca el sacrificio en silencio de Casemiro, que es quien más sufre cuando los centrocamp­istas y los puntas no se sacrifican en defensa, una queja que el entrenador ha expuesto en tres ocasiones.

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// EP Modric y, al fondo, Casemiro

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