Traición al lenguaje
Algunos acontecimientos recientes me han hecho recordar tiempos pasados. En concreto he retrocedido hasta la segunda mitad del siglo pasado en España, cuando el terrorismo etarra sembraba de muertos nuestras ciudades. Los medios de comunicación, supongo que contagiados por el lenguaje de los asesinos, se referían a ellos calificándolos de comandos, circunstancia que nos causaba un profundo disgusto a los militares. Comando es un término militar aplicado a soldados especialmente preparados para llevar a cabo acciones arriesgadas, normalmente con gran riesgo para sus vidas, y en un escenario de guerra entre países. No se debió nunca aplicar este término a quienes cobardemente asesinaban con un tiro por la espalda, o con una bomba bajo un automóvil, y en tiempos de paz.
Hoy nada parece haber cambiado respecto a los usos de los medios de comunicación escritos y visuales, pues leemos y oímos cómo se califica a Puigdemont de ‘expresident’, en lugar de lo que es, un prófugo, haciendo el juego a los independentistas, sin caer en la cuenta de que con ello privan de dignidad al cargo, ya bastante deteriorada tras la huida, metido en un maletero, y por las actuaciones de los que le han seguido en el cargo. Presidente de una comunidad es un cargo institucional que forma parte del Estado español y que merece todo el respeto; jugar con ello no hace sino dar una pobre visión de España en el exterior. Creo que los profesionales de los medios de comunicación deberían ser más precisos al usar el lenguaje en lugar de copiar la terminología de los grupos interesados en distorsionar la realidad.
LUCIANO IBAÑEZ ZARAGOZA