Peter Daszak, juez y parte en la investigación del origen del Covid
Este zoólogo británico es miembro del equipo de la OMS pese a que su ONG trabajó en Wuhan
A principios de marzo del año pasado, cuando el coronavirus empezaba a hacer estragos en Europa y América tras haber estallado en enero en Wuhan, se escucharon las primeras sospechas sobre los laboratorios de dicha ciudad. Junto a la opacidad habitual de China, era demasiada coincidencia que la pandemia se hubiera desatado justo en el lugar donde su mayor laboratorio nacional, el Instituto Nacional de Virología, investiga precisamente con coronavirus de murciélago. Para acallar estas voces críticas, 27 reputados científicos firmaron en la revista ‘The Lancet’ un manifiesto apoyando a sus colegas chinos. Además de mostrarles su solidaridad, condenaban «las teorías de la conspiración que sugieren que el Covid-19 no tiene un origen natural».
Este respaldo científico cerró gran parte del debate. Pero ahora, un año y medio después, la teoría del laboratorio vuelve a ganar peso mientras más tiempo pasa sin que se encuentre ese origen natural. Además, la opinión de dichos científicos ya no suena tan contundente porque, según ha descubierto ‘The Telegraph’, 26 de los 27 firmantes tenían relaciones profesionales o incluso proyectos con el Instituto de Virología de Wuhan y con investigadores chinos. El más notorio de todos es el zoólogo británico Peter Daszak, presidente de la ONG EcoHealth Alliance y miembro de la misión de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que intentó averiguar en enero el origen del coronavirus en Wuhan. A través de sus numerosos contactos en la comunidad científica, Daszak fue el impulsor del manifiesto, pero ocultando que EcoHealth Alliance estaba detrás.
Aunque su organización colaboraba habitualmente con el superlaboratorio P4 y él es buen amigo de sus principales responsables, como la doctora Shi Zhengli, no declaró que hubiera un conflicto de intereses en dicho escrito. EcoHealt Alliance tiene como misión buscar alianzas con centros de investigación que trabajan en el área de las enfermedades infecciosas, especialmente con las del sudeste asiático, la zona del mundo que se ha convertido en un caldo de cultivo para el nacimiento de nuevas amenazas víricas
Imparcialidad científica
Finalmente, en junio tuvo que reconocer en un añadido a la carta sus lazos con Wuhan tras salir a la luz sus correos electrónicos orquestando su redacción. Por las dudas sobre su imparcialidad científica, también fue destituido de sendas comisiones de la ONU y de ‘The Lancet’ sobre los orígenes del coronavirus, pero no del equipo investigador de la OMS. Junto a él, otros cinco firmantes trabajaban para EcoHealth Alliance y tres más para la organización británica Wellcome Trust, que también ha financiado proyectos en el Instituto de Virología de Wuhan. Su director, sir Jeremy Farrar, ha publicado estudios con Gao Fu, director del Centro de Prevención y Control de Enfermedades de China, al que considera un viejo amigo, a tenor de ‘The Telegraph’.
Otros firmantes, como las doctoras Linda Saif y Kanta Subbarao, han dado conferencias organizadas por el Instituto de Virología de Wuhan, y el profesor John Mackenzie, de Australia, formaba parte de uno de sus comités científicos asesores. Entre los firmantes, también figura el español Luis Enjuanes, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). En declaraciones a ABC, Enjuanes, uno de los científicos más reputados en el estudio de coronavirus, resta importancia a los vínculos con los investigadores de Wuhan. «Tengo 76 años y llevo 40 años trabajando con virus, 35 de ellos con coronavirus. Me han invitado a dar conferencias en todos los países del mundo y tengo colegas que son amigos en China, Reino Unidos, Estados Unidos... Todos colaboramos y trabajamos juntos porque así avanza la ciencia más rápido. Eso, en ningún caso, se puede considerar un conflicto de interés», explica.
«No se concluye nada»
Enjuanes asegura que en ningún momento se sintió presionado para firmar el manifiesto en ‘The Lancet’, donde defendían el origen natural del nuevo coronavirus. Ni por Peter Daszak ni por nadie. «A mis años ya no es fácil que alguien me haga decir algo que no quiero. Quien lea esas cartas comprobará que no concluimos nada. Afirmamos que no se tiene la seguridad absoluta sobre el origen del virus, pero que la mayor parte de los indicios apuntan a un origen natural más que a un escape o accidente de un laboratorio. Solo pedíamos que no se hicieran especulaciones políticas interesadas, que aún faltaba evidencia científica. Y me reafirmo en ello, basándome en las publicaciones científicas que se han realizado hasta la fecha. Todas llegan a la misma conclusión. Hoy volvería a firmar esas cartas, lo considero un deber profesional».
Enjuanes habla con ABC tras una jornada extenuante de 12 horas de trabajo. Desde que comenzó la pandemia, no se permite un descanso. Su principal objetivo es llevar a la clínica una vacuna contra el Covid-19 más eficaz que las actuales. «Aún no he comido, estamos al límite de nuestras posibilidades y debemos ser muy selectivos en donde concentramos nuestra atención. No perdamos el tiempo en especulaciones interesadas», pide a este periódico.
Daszak impulsó un manifiesto firmado por 27 científicos negando que el coronavirus procediera de un laboratorio