Hay que aprender a gastar
El sanchismo prepara la inclusión de la Educación Financiera en la escuela para enseñar a echar cuentas
A la portavoz de la comisión de festejos del 40 Congreso del PSOE, Eva Granados, le tuvieron que escribir ayer en un papel las cosas que tenía que decir de la economía española. «Robusta», dijo de oídas y leídas. Es lo que tiene renunciar al aprendizaje memorístico, en plan Celaá. El compromiso del sanchismo con la educación no se queda, sin embargo, en la redacción de una ley que instaura el igualitarismo, la vida muelle, la chuleta y el dictado, sino que de forma transversal pretende integrar en el sistema de enseñanza toda la experiencia del Ejecutivo, ‘know how’, en lo que podría pasar por desconocimiento del medio. Nadia Calviño anunció ayer que su departamento se incorporará al Plan de Educación Financiera de la CNMV y el Banco de España «para concienciar e informar a los ciudadanos sobre los riesgos de sus inversiones», empezando por la escuela. De eso se encarga el secretario de Estado de Educación, que ya anda –dijo– preparando los planes de estudio de la ESO y Bachillerato para que los niños tomen conciencia de las virtudes de la sostenibilidad financiera. Que Calviño se sume a este programa de Educación financiera es toda una garantía para que la próxima generación sepa en qué consisten el gasto, el déficit y la deuda y cómo luego se pide dinero, pasando la gorra y el escudo social por Europa, para ir tirando de manera resiliente e inclusiva. Falta solo que se sume a este magno proyecto el Instituto Nacional de Estadística, cuando un día de estos abandone el negacionismo, lo metan en vereda y aprenda a hacer las cuentas como dice Calviño y corea la compañera Granados.