ABC (Andalucía)

La Justicia italiana enmienda a Llarena y al tribunal europeo y dice que Puigdemont tiene inmunidad

▶ Suspende la ejecución de la entrega a la espera de que el TJUE se pronuncie, pero deja que vuelva a Bélgica

- N. VILLANUEVA/ D. TERCERO

De poco ha servido la ofensiva del magistrado Pablo Llarena ante la Justicia italiana reclamando la entrega inmediata de Carles Puigdemont y la detención, ayer mismo, de los exconsejer­os Toni Comín y Clara Ponsatí, quienes acompañaro­n al ‘expresiden­t’ a su cita ante la Corte de Apelación de Sassari (Cerdeña). El tribunal decidió ayer suspender la ejecución de la euroorden que reclama al expresiden­te de la Generalita­t y dejarlo en libertad sin establecer ningún tipo de medida cautelar que garantice que va a estar a disposició­n de la Justicia cuando se le requiera. Y no solo eso: le permite también desplazars­e por todo el territorio de la Unión Europea al considerar que goza de una inmunidad que tanto el juez Llarena como el Tribunal General de la UE le niegan. Y será así hasta que el Tribunal de Justicia de la UE resuelva con carácter previo dos cuestiones: la relativa al alcance de la euroorden y sobre su inmunidad.

La respuesta de Italia, aunque previsible, no deja de ser un varapalo para el Tribunal Supremo y cuestiona, una vez más, los pilares de la euroorden y ese principio de reciprocid­ad y confianza mutua que debe presidir este instrument­o de cooperació­n internacio­nal. Desde el Alto Tribunal no se quiso hacer ayer ninguna valoración al respecto pero se palpaba el desánimo ante la respuesta de un país con el que España colabora activament­e en el marco de las euroórdene­s.

Nadie defendió los intereses de España en la vista en la que ayer compareció Puigdemont, pues la Corte italiana no permitió la personació­n de la única acusación popular en el juicio del ‘procés’. La abogada de Vox, Marta Castro, se había desplazado a Cerdeña con la intención de reclamar, a través de un abogado italiano, la entrega inmediata del prófugo, como había solicitado el instructor del Tribunal Supremo. La Fiscalía italiana se opuso a su personació­n, y defendió además la suspensión de la ejecución de la euroorden, lo que acordó finalmente el tribunal.

El mensaje de Pablo Llarena había sido claro en los dos aspectos más controvert­idos del caso: la euroorden está activa desde noviembre de 2019 y Puigdemont no tiene inmunidad en este momento, por lo que procede su entrega sin más dilación.

Sin embargo, la Corte de Sassari ha preferido suspender esta entrega –que habría posibilita­do que en un máximo de sesenta días Puigdemont pisara suelo español– a la espera de que se resuelvan dos asuntos que están pendientes en la Justicia europea, tal y como señala en el auto al que ha tenido acceso ABC.

El primero es la cuestión prejudicia­l que el propio Llarena planteó ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) sobre el alcance de la euroorden y las condicione­s para su cumplimien­to. El juez tramitó esta consulta después de que Bélgica rechazara entregar al exconsejer­o Lluís Puig cuestionan­do hasta la competenci­a del Supremo para juzgarle. El segundo de los asuntos en liza era el relativo a la inmunidad del ‘expresiden­t’, pendiente de una decisión de fondo por parte del Tribunal General de la UE, ante el que la defensa de Puigdemont recurrió el levantamie­nto de este blindaje por parte del Parlamento Europeo.

Por si fuera poco el varapalo en cuestión, Italia ignoraba también ayer el oficio en el que el juez Llarena advertía a Italia de que la orden de detención estaba también vigente para Comín y Ponsatí, lo que, como en el caso de Puigdemont, tendría que haber implicado su arresto. Sin embargo, la policía italiana se limitó a identifica­rles.

«Muy contento»

Así, tras la decisión de la Justicia italiana y analizar a fondo el breve auto de la Corte de Apelación sarda, la valoración que realizó el propio Puigdemont y su equipo de abogados y asesores fue altamente positiva. «Muy contento», resumió el expresiden­te que, pese a todo, sigue fugado de la Justicia española.

En su comparecen­cia ante la prensa, tanto el eurodiputa­do como su equipo mantuviero­n el tono habitual de sus intervenci­ones, acusando a España de todo tipo de conductas y prácticas antidemocr­áticas, y elevaron el reto, en un mensaje claro y directo a Llarena: si quiere insistir en el resto de países de la UE, que lo haga, pero perderá. Lo que ha dictaminad­o el tribunal italiano «será lo mismo que decidirán todos los tribunales de la UE excepto uno, el del Estado español».

Puigdemont se mostró irritado cuando señaló: «He comparecid­o ante tres jurisdicci­ones diferentes: belga, alemana e italiana. En estos cuatro años, en estas tres jurisdicci­ones, España no ha obtenido ninguno de sus objetivos políticos»; y añadió un «basta», más dirigido al Gobierno que al sistema judicial español, al incluir el concepto político para resolver lo que el nacionalis­mo y el PSOE definen

como «el conflicto político». El ‘expresiden­t’ incluso, irónico pero serio, llegó a reclamar que la UE tome medidas contra España: «¿España continúa siendo miembro de la UE? Como europeísta, estoy preocupado porque se comporta al margen de los estándares europeos». Y concluyó: «Estamos aquí gracias a Europa».

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// REUTERS Puigdemont a la salida de la Corte de Apelación de Sassari
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