Los militares se ponen al volante mientras la normalidad vuelve al país
Los conductores de vehículos pesados son tan escasos ahora mismo en el Reino Unido que 200 soldados, la mitad de ellos conductores, fueron desplegados este lunes en las carreteras de todo el país para asegurar que el combustible llegue desde las refinerías hasta las estaciones de servicio, en un intento del Gobierno de poner fin a una crisis que empezó el pasado 23 de septiembre, cuando la empresa BP cerró algunas gasolineras debido a problemas con el suministro por la falta de chóferes. Esta noticia provocó un aumento excesivo de la demanda debido a las compras de pánico de la población, que hicieron que todavía ayer una de cada cinco estaciones de servicio estuviera sin carburante de ningún tipo, según datos de la Asociación de Minoristas de Gasolina, que representa a 5.500 de las 8.320 gasolineras de todo el país.
La asociación reconoció que ha habido una importante mejora general de la situación, con una crisis que ha llegado «prácticamente a su fin» en Escocia, el norte y las Midlands, donde solo el 6% de las estaciones de servicio están vacías, pero que sobre todo en Londres y el sureste de Inglaterra continúa siendo «desafiante». No obstante, los síntomas de alivio se van haciendo evidentes, con compañías como EG Group anunciando la eliminación del importe máximo de 30 libras que se impuso a los consumidores para la compra de gasolina en sus establecimientos. Gordon Balmer, director ejecutivo de la asociación, dijo que se encuentran «agradecidos por el apoyo del Gobierno a través de su provisión de conductores militares», pero advirtió de que es necesario que se tomen «más medidas para abordar las necesidades de las áreas desproporcionadamente afectadas». Los militares, que forman parte de la llamada operación Escalin, tuvieron que hacer un curso de entrenamiento con la empresa de suministro Hoyer, en Essex, para poder asumir una labor considerada de alto riesgo, que incluyó maniobras de conducción de camiones cisterna y procedimientos de seguridad. La operación se diseñó como preparación para una posible escasez de combustible tras la salida del Reino Unido de la UE, y se suma al despliegue de la flota de camiones cisterna del Ejecutivo conducidos por civiles.
Precauciones adicionales
Fuentes del Gobierno declararon que aunque en la capital y el sur el suministro se está recuperando a un ritmo «ligeramente más lento», hay «signos de mejora» y de que la demanda «sigue estabilizándose». Según un portavoz, «estamos trabajando en estrecha colaboración con la industria para ayudar a aumentar las existencias de combustible y hay signos de mejora en las existencias promedio de las estaciones de servicio en todo el Reino Unido», dijo. Por su parte, el ministro de Finanzas, Rishi Sunak, declaró a LBC Radio que la medida de poner al Ejército tras el volante de los camiones cisterna es una «precaución adicional» ya que «la situación está mejorando y a medida que la demanda vuelve a niveles más normales». Una encuesta de YouGov reveló que un 23% de los encuestados culpan al Gobierno de esta crisis, mientras que un 47% creen que es culpa de los medios.
En Escocia, el norte y las Midlands solo el 6% de las gasolineras están vacías; la situación es peor en Londres y el sureste