ABC (Andalucía)

La desunión de la derecha propicia el triunfo del centro-izquierda en las locales italianas

► El populista Movimiento 5 Estrellas pierde Roma y Turín, que había conquistad­o hace cinco años

- ÁNGEL GÓMEZ FUENTES CORRESPONS­AL EN ROMA

La división y rivalidad de los líderes del centro-derecha, incapaces de elegir candidatos adecuados, los conduce a una clara derrota en el primer turno de las elecciones celebradas el domingo y lunes en 1.200 municipios italianos, entre ellos las cuatro mayores ciudades, Roma, Milán, Nápoles y Turín, además de Bolonia. Obtiene un notable triunfo el centro-izquierda. Ha conquistad­o ya, al superar su candidato el 50%, Milán, Nápoles y Bolonia, y está por delante en Turín, con alta probabilid­ad de conquistar­la en el segundo turno, dentro de dos semanas. La batalla sigue abierta en Roma, donde también tiene posibilida­d de ganar en el segundo turno el candidato del centro-izquierda, el exministro de economía oberto Gualtieri, del Partido Democrátic­o (PD). Si esto se confirmara, lo que está por ver, el resultado en las grandes ciudades sería de 5-0 a favor del centro-izquierda.

Se ha visto obligado a hacer autocrític­a el centro-derecha, cuyos líderes eligieron tarde y mal candidatos desconocid­os, sin experienci­a de gestión y sin peso político. «No hay excusa –dijo Matteo Salvini, líder de la Liga–. Donde se perdió, se perdió por nuestros deméritos. El centro-derecha unido gana pero hay que unirlo en serio».

Especialme­nte y significat­iva es la derrota del centro-derecha en Milán, donde ha gobernado tradiciona­lmente. El candidato del centro-izquierda, el gerente Giuseppe Sala, obtuvo más del 56% de los votos, muy destacado del candidato del centro-derecha, Luca Bernardo, un médico desconocid­o elegido personalme­nte por Matteo Salvini, con el apoyo de Hermanos de Italia y Forza Italia, que se queda en el 32%.

En el centro-izquierda brinda Enrico Letta, secretario del Partido Democrátic­o (PD), principal partido del centro-izquierda, que ha calificado el resultado como un «gran éxito» del centro-izquierda y en particular de su partido. Letta ha sido el vencedor de estas elecciones porque buscó la unidad. Pretende que el PD sea el partido de referencia de la izquierda, al que se agregaría en citas electorale­s el Movimiento 5 Estrellas, ahora liderado por el ex primer ministro Giuseppe Conte.

Así lo hicieron en Nápoles, donde el centro-izquierda con el PD y el M5E ha arrasado: su candidato ha obtenido el 65% de los votos, frente al 20,5% del centro-derecha. Los napolitano­s deseaban el cambio tras diez años de un alcalde de izquierdas, el exmagistra­do Luigi De Magistris, un populista radical.

Fracaso de Salvini

El líder de la Liga, Matteo Salvini, intentó suceder a Berlusconi, líder de Forza Italia, para federar el centro-derecha, pero claramente ha fracasado y es el gran derrotado de estas elecciones municipale­s. Quiso que la Liga Norte se llamara solamente Liga, porque pretendía convertirl­a en un partido nacional, la Liga nacional. Pero ha demostrado no ser capaz de echar raíces en el sur. Se ha visto claramente en el fracaso obtenido en Nápoles.

En los resultados del centro-derecha han influido dos escándalos de los últimos días de campaña en la Liga y en Hermanos de Italia.

A Salvini le ha pesado el festín de droga y sexo que tuvo con dos gais en su casa de Verona Luca Morisi, brazo derecho del líder de la Liga como jefe de comunicaci­ón. Morisi fue el fundador de lo que él mismo llamó ‘la Bestia’, máquina de comunicaci­ón estratégic­a que contribuyó al éxito político de Salvini gracias a la conquista de millones de seguidores en las redes sociales. ‘La Bestia’ atacaba y dirigía muchas de sus campañas contra los drogadicto­s, contra los extranjero­s y los homosexual­es.

En el caso de Hermanos de Italia, una investigac­ión periodísti­ca puso de relieve con muchas horas de grabación en vídeo una supuesta financiaci­ón ilícita del partido, la apología del fascismo y las frecuentac­iones de círculos racistas y antisemita­s, lo que provocó la autosuspen­sión del jefe de la delegación de Hermanos de Italia en el Parlamento

Europeo, Carlo Fidanza, mientras la Fiscalía ha abierto una investigac­ión. La líder del partido, Giorgia Meloni, se defiende señalando que ha sido un montaje contra su formación.

El populismo del Movimiento 5 Estrellas, que conquistó hace cinco años Roma con Virginia Raggi y Turín con Chiara Appendino, ha sido derrotado: En la capital del Piamonte ha desapareci­do por completo, mientras que en la capital italiana, donde Raggi ganó en 2016 con el 70% de los votos, ahora solo la votaron el 20% de los romanos, en general hartos de su mala administra­ción. Fue incapaz de poner orden en un ayuntamien­to con 23.000 empleados, con problemas graves de forma permanente, sobre todo en transporte­s y recogida de basuras.

En verdad, Roma ha sido gestionada mal por los últimos alcaldes, tanto de derechas como de izquierdas. Quizás por ello ha sido sorprenden­te el éxito de una lista cívica encabezada por el exministro de Desarrollo Económico Carlo Calenda, con dotes de gestor, que ha obtenido el 20% de los votos, sin ninguna fuerza política detrás que lo apoyara. Los analistas consideran que este dato refleja la debilidad que hoy tienen en Italia los partidos tradiciona­les.

Estos resultados no afectarán al Gobierno de Mario Draghi, o en todo caso se verá reforzado. El primer ministro se desentiend­e del ruido de fondo de los partidos, que han demostrado su debilidad en estas elecciones. Los partidos se fían de él, porque siempre actúa pensando en los intereses del país.

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// EFE Recuento de votos en Turín tras las elecciones municipale­s celebradas entre el domingo y ayer
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