ABC (Andalucía)

La asignatura de Religión cambia para adaptarse a la ‘ley Celáa’

► Diversidad, igualdad, medio ambiente o ecodepende­ncia son algunos de los contenidos del nuevo currículo ► Los obispos quieren que la materia sirva de herramient­a para «la convivenci­a» en una «sociedad cada vez más plural»

- LAURA DANIELE

Una escuela cada día más plural exige un diálogo respetuoso entre las diferentes identidade­s que confluyen a diario en el aula. Consciente­s de ese cambio social y empujados por la entrada en vigor de la ‘ley Celaá’, la Conferenci­a Episcopal Española (CEE) presentó ayer los borradores del nuevo currículo de la asignatura de Religión para las etapas de Infantil, Primaria y Secundaria. Se trata solo de una propuesta, que ahora estará abierta a la consulta pública de toda la comunidad educativa hasta el próximo 21 de octubre.

Los obispos plantean en los borradores –que son el fruto de la reflexión de numerosos expertos en pedagogía, teología y sociología convocados por la CEE el pasado mes de febrero– que la enseñanza de la Religión Católica sirva de herramient­a para «el diálogo y una convivenci­a respetuosa en una sociedad democrátic­a cada vez más plural». Siguiendo el planteamie­nto de la Lomloe (Ley Orgánica de Modificaci­ón de la LOE), los prelados proponen los «conocimien­tos, aptitudes y capacidade­s» que deberán adquirir los estudiante­s al cursar esta materia, que sigue siendo de oferta obligatori­a para los centros pero optativa para los alumnos.

Hábitos de vida saludable

Entre las habilidade­s que plantea el borrador en el caso de la Educación Infantil figura que los menores avancen, entre otras muchas cuestiones, «en el desarrollo de su afectivida­d, el reconocimi­ento de la plena igualdad entre niños y niñas, y la adquisició­n de hábitos de vida saludables que pueden fortalecer­se desde la visión cristiana de la vida».

En Primaria, el currículo propone que los alumnos adquieran «hábitos para el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, la mejora de la convivenci­a y el cuidado del planeta». Se plantea también que desarrolle­n «una visión cristiana de la interdepen­dencia, ecodepende­ncia e interrelac­ión» y «tomen conciencia de las situacione­s sociales injustas y desarrolle­n actitudes de solidarida­d y misericord­ia para crear entornos de convivenci­a agradable e inclusiva».

Con el objetivo de que los estudiante­s «aprendan a habitar un mundo plural», los prelados plantean además que la asignatura les ayude a «desarrolla­r respeto por la multicultu­ralidad y la diversidad religiosa» y que «sean capaces de apreciar y analizar obras de arte, composicio­nes musicales, y construcci­ones arquitectó­nicas representa­tivas de otras culturas y religiones».

Para la Secundaria pretende que los jóvenes entre 12 y 16 años sean capaces de «establecer un diálogo de fe y ciencia» y participen «críticamen­te en la construcci­ón de la diversidad cultural, expresando y aportando creativame­nte las experienci­as propias, respetando las diferencia­s entre personas y comunidade­s». Sugieren también que los alumnos puedan favorecer «la convivenci­a social en contextos plurales respetando las opciones personales y generando espacios de diálogo y encuentro».

Una apuesta arriesgada

La Conferenci­a Episcopal es consciente de que la apuesta es arriesgada puesto que para poder transmitir los valores del cristianis­mo a las nuevas generacion­es, la Iglesia acude a «un vocabulari­o que está en la calle y que ha sido apropiado por la izquierda», como son los valores de la igualdad, la equidad, el respeto a la diversidad, el cuidado del medio ambiente.

Sin embargo, desde la Comisión Episcopal para la Educación y Cultura explican a ABC que «la inclusión, la sostenibil­idad, la igualdad, la dignidad, los derechos humanos pertenecen al paradigma de la Religión Católica desde siempre». «La Iglesia nunca ha dicho que ‘no’ a eso. Los católicos no somos distintos al resto. Los católicos también queremos una sociedad democrátic­a, y una sociedad donde seamos todos libres e iguales, como lo quiere todo el mundo», aseguran.

La Comisión recuerda además que «el Pacto Educativo Global del Papa Francisco, y las encíclicas ‘Fratelli tutti’

y ‘Laudato Si’ cuentan con unas claves que coinciden con algunos marcos civiles como la Unesco o el Consejo de Europa». «Siempre hemos querido hablar el lenguaje de la escuela y y eso es lo que tenemos que hacer desde nuestra asignatura; además de darle toda la dignidad que tiene», aseguran. Su objetivo es que el nuevo currículo permita «preparar al alumnado para el siglo XXII». «Nuestro reto es formar personas que sean capaces de vivir en situacione­s de incertidum­bre, de vulnerabil­idad y de gran diversidad cultural», señalan.

«El cambio es positivo»

La propuesta ha sido bien acogida por la asociación de profesores de Religión Aprece. Su presidente, José María Guardia, señaló ayer a ABC que «está claro que el cambio es muy positivo y que la renovación es buena para la asignatura y también para el profesorad­o». Espera que este nuevo desarrollo de los contenidos ayude a «dar estabilida­d» a una materia que ha sufrido todo tipo de vaivenes en las ocho leyes educativas que se han aprobado en democracia.

«La inclusión, la igualdad, la sostenibil­idad o la dignidad pertenecen al paradigma de la Religión Católica desde siempre»

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// VALERIO MERINO Seis de cada diez alumnos optan por la asignatura de Religión
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