Nacho Palau retoma su actividad artística de la mano de un buen amigo
La expareja de Miguel Bosé reanuda su proyecto con el estudio de Daniel Perandrés, en Paterna (Valencia)
El arte se ha convertido en el mejor refugio de Nacho Palau para encarar un otoño gris, marcado por el juicio que le enfrenta a su expareja Miguel Bosé por la filiación de sus hijos. El próximo mes de noviembre el cantante tiene una cita en la Audiencia Provincial de Madrid por el recurso que interpuso Palau, después de que desestimasen su petición de que los cuatro niños sean considerado hermanos.
El escultor valenciano ha reanudado su colaboración con el estudio de Daniel Perandrés, ubicado en Paterna (Valencia). «Va a hacer piezas de cerámica y escultura. Él se va a encargar de la parte creativa. Empezamos este proyecto hace dos años, pero se paralizó por la pandemia. Yo le conozco desde hace mucho tiempo porque somos amigos», declara Daniel Perandrés a ABC.
Daniel Perandrés (Granollers, 1978) representa a la segunda generación de la empresa familiar. «Desde muy joven acompañado de la mano de mi padre, observando siempre a los mejores, la experiencia de los años, y sacrificio en cada uno de los trabajos realizados, me han aportado los conocimientos necesarios para consolidarme como profesional en el sector». Entre otros proyectos cabe destacar los realizados a Hilton, Loewe, Louis Vuitton, Joyería Suárez, Celine o Dior, además de una serie de viviendas.
Nacho Palau trata de llevar en Chelva (Valencia) un vida tranquila con sus dos hijos Ivo y Telmo, al margen de las informaciones que sigue generando su relación con Miguel Bosé. Según sus propias palabras trabaja duro para sacarlos adelante y después de cuatro meses trabajando como cocinero en una residencia de ancianos, empezó en una fábrica de embutidos. Mientras él se vuelca en la faceta profesional, Miguel Bosé protagoniza la portada de la revista ‘Quién’ de México. En una entrevista íntima habla de su papel como padre y de su reciente separación. Sobre Palau reconoce que su separación fue «traumática después de 25 años de relación de convivencia, no de pareja». Por eso dice que quiso ser padre biológico de sus dos hijos para que nadie se los pudiese quitar nunca.