30 años de un amor que empezó siendo clandestino
Comiendo lentejas en
Casa Mona surgió el flechazo entre Miguel Boyer e Isabel Preysler. «Siempre había pocas mujeres en mis almuerzos. Un día una amiga me llamó para decirme que a Isabel le apetecía venir a mis lentejas y le dije que encantada. Así se conocieron», contó la propia
Mona a ABC. Ambos estaban casados y lo que comenzó siendo clandestino terminó en una boda secreta en los juzgados de la calle Pradillo de Madrid el 2 de enero de 1988 a las nueve de la mañana. Preysler aportó al matrimonio cuatro hijos de sus dos anteriores matrimonios hubo posibilidad de resolverlo pese a las súplicas que le hizo el PG (presidente del Gobierno».
Manglano traza así una gran crónica de lo sucedido. Su fuente es su jefe, el ministro de Defensa, Narcís Serra: guerra política, desavenencias, súplicas, ofertas y recelos.
Una semana después continúa el análisis de la crisis que desencadenó la dimisión de Boyer, esta vez recogiendo el enfrentamiento con Alfonso Guerra y, principalmente, los motivos personales.
Cuando el nuevo Consejo de Ministros cumple una semana, Manglano se ve con un informante, que le cita a Isabel Preysler como la China, obviamente por los rasgos asiáticos de la hispanofilipina. Si el director del Cesid fue muy bueno en la crónica política narrando y Boyer otros dos del suyo. Fruto de su unión nació Ana, en abril de 1989 a la que su padre le inculcó su pasión por la economía aunque ahora no ejerza como tal. Hasta su separación Boyer vivió en un chalé de El Viso, regalo de los padres de su primera mujer. Miguel era un hombre rico con fama de pobre. No empezó a ganar dinero hasta que se incorporó en 1993 como vicepresidente de FCC, imperio de las hermanas Koplowitz. Uno de los errores que cometió la pareja fue mostrar en 1992 en la revista ¡Hola! toda la mansión que se habían construido en Puerta de Hierro. Un reportaje que la crisis de Gobierno, será extraordinario en la social▶
«Miguel Boyer llegó un lunes a casa de su mujer para decirle que lo había pensado bien y que volvía con ella. Llevó con él paquetes y maletas. Elena estaba encantada y arrepentida. Al día siguiente dijo que le había llamado la China para decirle que no podía vivir sin él. A él le ocurría lo mismo, y se fue de su casa a casa de un hermano. Allí es donde parece que la China le dijo que iba a pedir la separación o el divorcio del marqués de Griñón. Este verano veranearon juntos en Marbella. Elena pedirá el divorcio (ya han hablado)». La guinda la pone con la guerra con Guerra, valga la redundancia▶ «Boyer dijo que él no podía hacer su política económica sin manejar poderes. Felipe le había prometido la vicepresidencia secoincidió con el décimo aniversario de la llegada de los socialistas al poder.
Esto les dañó mucho la imagen. Se vendieron un millón de ejemplares y muchos amigos del PSOE le dieron la espalda y juraron no hablarle más: la economía española hacía aguas por todas partes. Pero el matrimonio pudo con eso y con más. En febrero de
2012, el exministro sufrió un ictus y su mujer se convirtió en su mejor apoyo. No escatimó en cuidados y atención para su marido del que solo se separó en tres contadas ocasiones. Un amor que duró 30 años y que separó por la muerte de Miguel Boyer en septiembre de 2014. Sus últimos días fueron una eterna luna de miel en casa viendo películas antiguas. gunda. Al enterarse Alfonso Guerra, este dijo que si le dan a Boyer la VP ‘yo me marcho’».
Es Boyer quien, finalmente, tiene que marcharse. No está dispuesto a seguir en el Gobierno sin adquirir plenos poderes en el área económica.
Además, a Felipe González le reconoció que está «cansado». Como consecuencia, se convierte en la diana de innumerables críticas internas por su desapego con el socialismo. Su vida personal, el cotilleo, es y será la reina de las salsas.