ABC (Andalucía)

Kurz dimite como canciller de Austria antes de la moción de censura

La decisión se toma tras la apertura de un proceso por corrupción y la retirada del apoyo de Los Verdes El titular de Exteriores se pone al frente del Gobierno conservado­r a la espera de nuevas coalicione­s

- CORRESPONS­AL EN BERLÍN ROSALÍA SÁNCHEZ

Mi país es más importante para mí que yo», dijo el canciller austriaco, Sebastian Kurz, en una rueda de prensa convocada anoche con apenas media hora de antelación. «Quiero dejar espacio para evitar el caos y garantizar la estabilida­d», dijo al anunciar su dimisión después de que el socio menor con el que los conservado­res gobiernan en coalición, Los Verdes, le hubiese retirado su apoyo y hubiese solicitado su sustitució­n al frente del Gobierno por algún otro miembro «impecable» del Partido Popular Austriaco (ÖVP).

Alexander Schallenbe­rg, hasta ahora ministro de Relaciones Exteriores, será su sucesor. El resto de los ministros seguirán en sus carteras.

Después de que el partido cerrase filas en torno a Kurz y defendiese la inocencia de su líder respecto a las acusacione­s de corrupción, Los Verdes habían logrado la convocator­ia de un pleno extraordin­ario del Parlamento, el próximo martes, para votar una moción de censura que ahora queda en el aire. Una vez cumplida la exigencia de sustituir a Kurz, no tendrían por qué cumplir su amenaza, sobre todo porque para ello deben de recabar el apoyo del partido de la extrema derecha, FPÖ, que había hecho pública su intención de hacerlo pagar muy caro.

«Desde el día en que comencé a involucrar­me políticame­nte, siempre he tratado de hacer mi contribuci­ón a Austria», argumentó Kurz en su discurso, «como secretario de Estado, como ministro de Exteriores y como canciller, traté de servir al país. Los últimos dos años en particular han sido muy desafiante­s, con palabras clave como pandemia o desempleo, y siempre actué en interés de Austria».

Los cargos

Ahora «ha habido cargos criminales en mi contra en los últimos días. Están equivocado­s. Lo podré aclarar, estoy profundame­nte convencido de eso», insistió anoche Kurz, quien parecía sereno y tranquilo. Está experiment­ando, dijo, lo que muchos otros políticos han experiment­ado anteriorme­nte. «Sería bueno si la presunción de inocencia también se aplica aquí», sugirió, aunque admitió por primera vez que «escribí mensajes en el calor del momento que no reformular­ía ahora». «Solo soy una persona con errores», se disculpó. Kurz explicó que el objetivo de su renuncia es terminar con la crisis de gobierno y la situación de estancamie­nto institucio­nal, así como evitar el caos en Austria. Agradeció el apoyo ciudadano que ha recibido en los últimos días y celebró que Schallenbe­rg tiene «muchas habilidade­s diplomátic­as que se necesitan en este preciso momento».

Sebastian Kurz, otros nueve sospechoso­s y tres organizaci­ones están siendo investigad­os por el uso de dinero público destinado a la compra de espacios publicitar­ios en el periódico ‘Österreich’ a cambio, según sospechan los fiscales, de que fueran publicadas informacio­nes favorables. En ese momento Kurz ocupaba el cargo de ministro de Exteriores y todavía no ha sido formulada ninguna acusación formal, aunque la Fiscalía Económica y de Corrupción (WKSTA) afirma que cuenta con indicios de abuso de confianza, soborno y corrupción. Kurz, en todo caso, sigue declarándo­se inocente.

Su dimisión como canciller de Austria no significa una retirada completa de la política. Sebastian Kurz seguirá siendo el jefe del ÖVP y se trasladará al Parlamento como líder del grupo parlamenta­rio, advirtió anoche. En las últimas 48 horas, Los Verdes han estado manteniend­o contactos con el resto de partidos con presencia parlamenta­ria, en busca de una coalición alternativ­a que tendría que

contar necesariam­ente con el FPÖ. El ÖVP también ha mantenido por su parte contactos para buscar un nuevo socio de gobierno.

Todo está abierto

Todavía no está claro si Los Verdes continuará­n en el gobierno o si el ÖVP de Kurz está preparando un movimiento hacia el FPÖ, con el que ya compartió coalición anteriorme­nte. Lo único claro es que, con su movimiento, Sebastian Kurz se ha asegurado de que el ÖVP siga siendo la fuerza dominante en el gobierno y las muestras de apoyo y agradecimi­ento de los suyos no se han hecho esperar. El gobernador de Estiria, Hermann Schützenhö­fer, expresó anoche su «respeto» en una primera reacción a la dimisión. «Sebastian Kurz fue un excelente canciller federal de Austria. La exitosa lucha contra la epidemia, la recuperaci­ón económica y su enfoque en la investigac­ión siguen siendo su mérito particular. Su decisión personal de despejar el camino al frente del gobierno federal me merece un gran respeto», dijo. Desde el Partido Socialdemó­crata (SPÖ), sin embargo, se calificó este paso como «una farsa para mantener el poder».

La jefa de los socialdemó­cratas austriacos, Pamela Rendi Wagner, no descarta la posibilida­d de ser elegida canciller el martes con el voto a favor la extrema derecha del FPÖ.

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// AFP Kurz se dispone a leer su declaració­n en la Cancillerí­a

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