ABC (Andalucía)

Las recetas económicas de Sánchez alejan a España de Europa

► Desde su llegada a La Moncloa, el PIB per cápita español está un 5,26% más lejos de la media europea ► Los expertos coinciden en que sí importa quién manda. Por ejemplo, dicen, «Mario Draghi suma, no resta»

- CARLOS MANSO CHICOTE

El viaje de España hacia el corazón de Europa sigue inconcluso, con varias idas y venidas en las últimas décadas. Según un estudio realizado por el presidente del Foro de la Sociedad Civil, Jesús Banegas, a partir de la evolución de la renta o PIB per cápita en valores constantes –es decir, sin tener en cuenta la inflación– en las etapas de los expresiden­tes Felipe González, Aznar y Rajoy, España se aproximó de forma importante a la media europea, mientras que durante los últimos mandatario­s socialista­s (Rodríguez Zapatero y Pedro Sánchez) el movimiento es justo el opuesto.

En el mandato de Rodríguez Zapatero (2004-2011) y, más recienteme­nte, con Pedro Sánchez (desde 2018) la homologaci­ón con Europa se ha invertido, según los datos recogidos. En concreto, con el primer presidente del Gobierno del PSOE (1982-1996), se avanzó en casi cinco puntos en materia de convergenc­ia hacia Europa. En concreto, se progresó un 0,35% anual, mientras que bajo el del popular José María Aznar (1996-2004), el PIB per cápita español se acercó a la media europea un 0,57% anual dando un salto de casi cinco puntos adicionale­s. Estos avances se frustraron con el ex secretario general socialista en La Moncloa, entre 2005 y 2012, cuando se retrocedió prácticame­nte lo adelantado en las dos décadas anteriores, perdiendo 9,85 puntos en materia de convergenc­ia. En términos anuales, nuestro PIB se alejaba de la media europea un 1,40%.

Tampoco ayudó la crisis financiera de 2008-2011, en la que el PIB acumuló una caída del 9% y disparó la tasa de paro del 9,6% del primer trimestre de 2008 al 24,19% de inicios de 2012, aunque el desempleo tocaría su techo histórico con un 26,94% durante los tres primeros meses del año siguiente. Para entonces, el Ejecutivo popular ya había aprobado la reforma laboral y los ajustes de mayor calado. Pero, sobre todo, fue una política económica que no rindió los resultados esperados –Plan E, mayor endeudamie­nto, la concentrac­ión de las cajas de ahorro– la que forzó al líder socialista a congelar las pensiones, así como los primeros tijeretazo­s al gasto público en mayo de 2010.

El presidente del Consejo General de Economista­s, Valentín Pich, observa que «en 2009 ya estábamos creciendo por debajo de la Unión Europea, cuando en los cinco años anteriores lo hacíamos siempre muy por encima de las previsione­s». Con el retorno de los populares al poder con Mariano Rajoy (2011- 2018) tuvo lugar un nuevo viraje hacia Europa y una ganancia del 2,2% entre 2012 y 2017, estrechand­o la distancia que nos separaba de la media europea, según la evolución del PIB per cápita recogida en el citado estudio.

Desandar el camino

Más recienteme­nte, con Pedro Sánchez en La Moncloa desde 2018, España ha vuelto a desandar su camino y, en solo tres años, el PIB per cápita se ha distanciad­o un 1,75% anual, acumulando una pérdida del 5,26%, malogrando lo conseguido por Rajoy. Para Jesús Banegas, todos los datos anteriores demuestran que, «en igualdad de condicione­s, hay países que funcionan bien y otros mal».

En su estudio, el presidente del Foro de la Sociedad Civil también compara la situación de España con la de vecinos como el Reino Unido, Francia, Alemania e Italia. Frente al liderazgo alemán en Europa, especialme­nte tras la unificació­n y las reformas de principios de siglo, destaca la creciente divergenci­a de Italia y de Francia respecto de las cifras comunitari­as. En opinión de Banegas, los ingredient­es detrás del éxito alemán son la ausencia de desequilib­rios presupuest­arios, la carencia de deuda y un mercado laboral inclusivo. Todo lo contrario de las políticas, opina, en las que estarían incurriend­o España, Francia e Italia en mayor o menor grado endeudamie­nto, peores regulacion­es, desempleo, etc.

El profesor de Economía, Finanzas y Contabilid­ad de Esade, Pedro Aznar, teme que España se quede «en tierra de nadie», aunque logre atraer inversione­s hacia determinad­os sectores muy dinámicos como el del automóvil y el agroalimen­tario.

Similar opinión tiene Gregorio Izquierdo (IEE), quien avisa de que «en algunos ámbitos se ha anunciado la posibilida­d de revertir algunas de las reformas que tanto han dinamizado el proceso de recuperaci­ón anterior a la pandemia». Una referencia directa a las pretension­es de Unidas Podemos y, en concreto, de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, de derogar la reforma laboral de 2012.

«Es verdad que hemos vivido una crisis sobrevenid­a –el Covid– y que estamos inmersos en importante­s retos como la digitaliza­ción y la transición energética, pero no por ello podemos descuidar las medidas que configuren un clima favorable a la empresa», matiza el director general del IEE.

Entonces, ¿es importante la identidad del timonel, de quién toma las decisiones? Banegas no alberga ninguna duda «España, cuando se ha gobernado bien, el resultado es magnífico y, cuando se ha hecho mal, el producto es pésimo». Mientras que Aznar (Esade) recuerda que quien gobierna genera «un impacto directo e indirecto en la inversión», en referencia a la percepción del riesgo país por parte de los inversores internacio­nales. El profesor de Esade explica que «en la economía funcionan las expectativ­as y, una parte importante, es la seguridad jurídica».

Como ejemplo de lo anterior menciona al actual primer ministro italiano Mario Draghi –y expresiden­te del Banco Central Europeo (BCE)–, cuya figura reúne el consenso de la clase política italiana e inspira una visión positiva a los mercados. «Suma, no resta», concluye.

Por ejemplo, para el director gene

«En economía funcionan las expectativ­as y una parte importante es la seguridad jurídica», dice Pedro Aznar, de Esade

ral del IEE, los últimos cambios regulatori­os en el mercado eléctrico no lanzan un buen mensaje al exterior y recuerda que la inversión empresaria­l en España todavía sigue lejos de registros prepandémi­cos.

En esta línea, Izquierdo apuesta por «la mejora de la eficiencia de los mercados de bienes y servicios», así como por medidas liberaliza­doras en el ámbito laboral. A su juicio, las reformas más urgentes deben aumentar el nivel educativo y la seguridad jurídica, fomentar el emprendimi­ento y una «fiscalidad competitiv­a», para hacer más atractiva a España para los inversores. Para este experto, también se debe «empezar a plantear una estrategia de política fiscal» que refuerce la sostenibil­idad presupuest­aria a medio y largo plazo.

Por su parte, Valentín Pich (Consejo General de Economista­s) reconoce que las últimas tres crisis han tenido un fuerte impacto sobre la economía española. Solo la pandemia provocó un desplome histórico del PIB de un 10,8% en 2020 y avisa de que, de nuevo, estamos perdiendo competitiv­idad. Por este motivo, argumenta que «como país no hay recetas milagrosas» y apuesta por «revisarlo todo». Lo que, en su opinión, incluye desde dejar de arrastrar unas elevadas cifras de paro a introducir cambios en la gobernanza universita­ria y, sobre todo, en el marco institucio­nal «para que el Estado no complique las cosas».

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// EFE Mario Draghi, primer ministro italiano
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