Objetivo: Madrid
La ‘descapitalización de Madrid’ es en realidad la decapitación de España. Dicho de otra forma el regalo oculto que Pedro Sánchez hace a los secesionistas
¿Ha declarado Pedro Sánchez la guerra a la Comunidad de Madrid? Él lo niega con la rotundidad y el aplomo del anuncio, en vísperas electorales, de que Pablo Iglesias en el Gobierno le quitaba el sueño, o que la pandemia del Covid-19 había sido derrotada. Pero luego el presidente del Gobierno defiende repartir la capitalidad por ‘la España vacía’, como forma de equilibrar la población y el desarrollo económico, mientras su portavoz habla de «compartir país y Estado». Es más, desde La Moncloa se advierte que, de ocurrir tal cosa, se instalarían fuera de Madrid los «nuevos organismos de la Administración». Como si no tuviera bastantes, y fuese el principal problema de España.
Estamos ante una maniobra a la vez de distracción y de ataque, en las que Pedro Sánchez es maestro. La Comunidad de Madrid se ha convertido en la plaza fuerte de la oposición, bastaba oír los insultos y gritos con que fue acogido en el desfile de ayer para comprobarlo. Aparte del motor económico de España, desplazando a Cataluña. La principal causa no es su capitalidad política, sino su ambiente ‘friendly to business’, que ha atraído todo tipo de empresas, con las catalanas a la cabeza, y una fiscalidad más beneficiosa para negocios y particulares, empezando por el no existente impuesto de sucesiones.
A Madrid se le acusa y acosa por ambos flancos. La quieren descapitalizar llevando parte de la Administración estatal a otras ciudades, y obligarla a adoptar los impuestos de las demás comunidades. Cuando lo que deberían hacer es justo lo contrario bajar los impuestos en otras regiones para movilizar la actividad empresarial, que permite ingresar a Madrid varias veces más que Cataluña.
En cuanto al eslogan de «compartir país y desarrollo», permítanme advertir lo siguiente viví los años cuarenta del pasado siglo en una ciudad de provincias, donde la radio (quienes la tenían), el cine, el ‘paseo’ vespertino y la banda de música, domingos y jueves, eran las únicas distracciones para los vecinos, con alguna compañía teatral que pasaba de Pascuas a Ramos. Hoy, tales capitales tienen orquesta filarmónica, teatro, exposiciones, conferencias y la posibilidad de acercarse a Madrid o Barcelona en muy pocas horas. Aparte del enorme lujo de poder ir al trabajo a pie y de tomarse una copa con los amigos antes de cenar.
O sea, que la ‘descapitalización de Madrid’ es en realidad la decapitación de España. Dicho de otra forma el regalo oculto que Pedro Sánchez hace a los secesionistas de todo tipo en nuestra geografía, ya que no puede darles lo que le piden la autodeterminación. Listo que es el chico. Pero ellos no quieren ser madrileños, sino independientes.