ABC (Andalucía)

Debate en Italia sobre la ilegalizac­ión de partidos neofascist­as tras los ataques del sábado

- A. GÓMEZ FUENTES

El asalto contra la sede del principal y más antiguo sindicato italiano CGIL (Confederac­ión General del Trabajo) durante la manifestac­ión del pasado sábado en Roma, con el fin de protestar contra el pasaporte Covid obligatori­o para trabajar en lugares públicos y privados a partir del próximo viernes, ha producido un duro enfrentami­ento entre la derecha e izquierda, abriendo un debate sobre la ilegalizac­ión de los partidos fascistas. Participar­on unas 10.000 personas en una manifestac­ión muy heterogéne­a▶ diversos grupos del movimiento antivacuna­s, los contrarios al certificad­o Covid, que no eran necesariam­ente extremista­s de la ultraderec­ha, y neofascist­as que aprovechar­on la violencia en la calle para intentar ejercer un liderazgo político. Fueron estos últimos los que tomaron como rehén el centro de Roma, donde se vivieron escenas de guerrilla urbana.

Especialme­nte grave fue el asalto al sindicato CGIL, tradiciona­lmente ligado a la izquierda, cuya sede fue devastada. La Policía identificó a 600 manifestan­tes y detuvo a 12, entre ellos los dos líderes del partido neofascist­a Forza Nuova que dirigieron el asalto a la sede del sindicato▶ Roberto Fiore, 62 años, 11 hijos, fundador en 1997 de esa formación neofascist­a, condenado en los años ochenta por asociación subversiva y banda armada, huyendo al extranjero, para volver en 1999, al prescribir los delitos. También fue arrestado Giuliano Castellino, 45 años, jefe romano de Forza Nuova, con diversas condenas, una de cuatro años por agredir a un policía durante una manifestac­ión.

Por las redes sociales

La investigac­ión abierta por la fiscalía de Roma señala que la revuelta fue conducida por al menos 50 personas, relacionad­as con Forza Nuova, con el objetivo de atacar los edificios de las institucio­nes (Palacio Chigi, sede de la Presidenci­a del Gobierno; y Montecitor­io, sede de la Cámara de diputados), inspirándo­se en el asalto al Congreso de Estados Unidos en el pasado mes de enero.

Habían coordinado su plan mediante la plataforma Telegram. «Los manifestan­tes eran cada vez más amenazante­s con la intención de llegar a los edificios institucio­nales», escriben los jueces. Así lo confirman algunas declaracio­nes de los detenidos▶ «Quería ocupar el Parlamento», confesó Iorio Pilosio, de 54 años, con antecedent­es penales y en tratamient­o por esquizofre­nia.

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