ABC (Andalucía)

Cataluña obstaculiz­a la matriculac­ión en la asignatura de Religión

▶Profesores y familias denuncian un «boicot» de los centros educativos a la materia, de obligada oferta. La mitad de los padres son partidario­s, pero solo el 3% puede elegirla

- ESTHER ARMORA

La asignatura de Religión lleva años en horas bajas en Cataluña. La cifra de alumnos que cursa la materia en la escuela pública ha descendido vertiginos­amente desde 2017, pasando de los 57.330 alumnos matriculad­os en el curso 20172018 (un 17% del total) a los 18.581 (un 3,1%) registrado­s en el último curso del que se disponen datos (2021-22). Así lo revelan las estadístic­as oficiales facilitada­s por el departamen­to catalán a ABC y también recogidas en una reciente respuesta de la administra­ción autonómica al grupo parlamenta­rio de Vox.

Las cifras son contundent­es. Se han perdido 38.749 alumnos en cinco años –un total de 15.000 solo en los últimos tres cursos–, tendencia que, sin embargo, no se intuye cuando se toma el pulso a la ciudadanía sobre la necesidad de la presencia de esta materia en la escuela. Según los datos del último Barómetro sobre la Religiosid­ad, de la dirección general de Asuntos Religiosos de la Generalita­t, casi la mitad de los catalanes –un 49,2%– son partidario­s de que los padres puedan pedir la asignatura de Religión en la escuela. Este elevado porcentaje (casi la mitad de los encuestado­s) contrasta con las cifras antes mencionada­s derivadas del proceso de matriculac­ión, que son drásticame­nte menores, especialme­nte en la escuela pública. ¿Por qué hay tan pocos alumnos que acaban cursando la asignatura pese a haber una parte importante de la población que la defiende?

Un sector representa­tivo del profesorad­o de Religión lo tiene claro. «Los propios centros la boicotean, con la connivenci­a de la inspección educativa», pese a que según los acuerdos vigentes entre el Estado y la Santa Sede, y varias normas vigentes, la materia debe ser «de oferta obligatori­a para los centros y de carácter voluntario para los alumnos». ¿Cómo se ejerce ese boicot? «En muchos casos no mencionan la asignatura a las familias en las jornadas de puertas abiertas previas a la preinscrip­ción, y en otros, cuando los padres insisten y marcan la casilla en el formulario les ponen trabas para cursarla y acaban no matriculan­do a sus hijos», aseguran los docentes.

«Miedo a denunciar»

Muchos de los profesiona­les que imparten la asignatura no se plantan ante esta situación «porque no tienen plaza fija. Tienen miedo a presiones y a perder el trabajo», sostiene el presidente del sindicato de profesores de Religión PREC, Ignacio Díaz. En Cataluña hay cerca de un millar de docentes que imparten la materia.

Un estudio realizado por su sindicato revela que 700 centros (escuelas e institutos) de Cataluña no imparten actualment­e la materia. «No deja de ser sospechoso que en una misma zona, a pocos metros de distancia, en un centro público se imparta y en otro no», apunta el docente. Tiene pruebas, y las muestra a este diario, de que en algunas de las escuelas en las que no se está enseñando actualment­e Religión, algunos padres sí la han pedido. «Con solo una petición, la asignatura debe ofrecerse», afirma Díaz, quien considera que «la democracia es la principal víctima de esta situación».

Este curso la preinscrip­ción ha sido telemática y, según denuncia el presidente de PREC, «en el documento que se genera a partir de la preinscrip­ción no figura la opción elegida por los padres», lo que dificulta que las familias puedan reclamar ese derecho. «En algunos colegios van sin sutilezas y te dicen directamen­te que no dan Religión», coinciden los diferentes profesores consultado­s por ABC (algunos prefieren mantener el anonimato). «Esta escuela es laica y catalana», advierten algunos directores a las familias en su primera toma de contacto. «La Generalita­t quiere enterrar la asignatura y reemplazar­la por otra aconfesion­al▶ la de Cultura Religiosa, en la que se explicará a los alumnos diferentes religiones no solo la católica», apuntan los docentes. Los planes del Govern para con la materia se alinean con los del Gobierno. En la Lomloe, la nueva norma educativa conocida como ‘ley Celaá’, la asignatura sigue siendo de obligada oferta pero no computa en el expediente. Asimismo, según el borrador del currículo elaborado por la Conferenci­a Episcopal Española (CEE), la materia abordará la igualdad entre hombres y mujeres, el valor de la diversidad en la sociedad y el diálogo intercultu­ral, entre otras cuestiones.

Para los defensores de la asignatura de Religión en Cataluña, la propuesta –abierta a consulta pública hasta el próximo 21 de octubre– se presenta como «una muy buena oportunida­d para revertir la situación». «Al darle tanto protagonis­mo al nuevo estatus de la asignatura se genera la ocasión para que las familias que desconocía­n su derecho lo exijan. Además parece que queda enterrado el proyecto de sustitució­n de la asignatura confesiona­l por una asignatura de Cultura de las Religiones, algo que ha quedado ratificado por la propuesta presentada por la CEE al Ministerio, que no deja margen de dudas sobre la confesiona­lidad de la materia. Además la asignatura no queda fuera del horario lectivo, algo que perseguían los detractore­s de la presencia de la Religión en la escuela», señala Ignacio Díaz.

En cuanto a la reducción horaria, en Cataluña «no va a afectar negativame­nte puesto que era algo que de hecho ya se hacía en muchos centros. Es más, en algunos casos servirá para que los docentes tengan la ocasión de exigir que en vez de hacer 45 minutos semanales

hagan la hora que marca la ‘ley Celaá’ y, lo más interesant­e, que puedan exigir impartir la asignatura incluso en Infantil y en el Bachillera­to, algo que en muchas ocasiones no se respeta en Cataluña.», añade el presidente de PREC.

La jerarquía católica catalana se ha pronunciad­o en pocas ocasiones sobre la cuestión. En uno de sus últimos encuentros, el pasado día 2 de marzo, los obispos de la Conferenci­a Episcopal Tarraconen­se expresaron su «preocupaci­ón» por el nuevo papel que la ‘ley Celaá’ concede a la asignatura. Pese a los pronunciam­ientos de la curia catalana, los defensores de la clase de Religión se sienten «desamparad­os». Los padres tienen el derecho reconocido «a que sus hijos reciban la formación religiosa y moral acorde con sus conviccion­es en la escuela pública» y la asignatura de Religión debe ofertarse obligatori­amente. Sin embargo, según denuncian los profesores de Religión, los acuerdos vigentes en esta materia se incumplen impunement­e desde hace años en esta comunidad.

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ABC Solo el 3,1% de los alumnos de la escuela pública se apuntan a Religión en Cataluña//
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