ABC (Andalucía)

Egmasa enchufó en la Junta a 348 parados del PER para prejubilar­los

▶ La desapareci­da empresa de extinción de incendios incorporab­a a mayores de 52 años contratado­s por los alcaldes para cubrir las peonadas del campo

- ANTONIO R. VEGA

▶ La Guardia Civil denunció que los gobiernos socialista­s usaron la entidad pública para «la recolocaci­ón laboral»

Era como si les hubiera tocado la lotería sin haber comprado billete. La antigua Empresa Pública de Gestión Medioambie­ntal SA (Egmasa) dio empleo y sueldo públicos a 348 trabajador­es mayores de 52 años que habían sido contratado­s de manera temporal por ayuntamien­tos y diputacion­es, en su mayoría en manos del PSOE, para desempeñar tareas relacionad­as con la extinción de incendios forestales. En junio de 2003, cuando 284 de estos empleados no llevaban ni cuatro años en nómina de la empresa de la Junta de Andalucía que coordinaba la actuación de los bomberos forestales, ésta decidió incluirlos en un expediente de regulación de empleo (ERE) con la idea de rejuvenece­r la plantilla. No sólo los prejubiló sino que, además, les garantizó una paga de por vida a costa de la Junta de Andalucía. Las habrían cobrado en su totalidad si no hubiera estallado el caso ERE a finales de 2010.

En un informe incorporad­o al enciclopéd­ico sumario del caso ERE, la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil denunció que la empresa pública Egmasa «ha sido utilizada para la denominada recolocaci­ón laboral» en la Junta de Andalucía al servicio del PSOE, el partido que la gobernó durante casi 37 años hasta las elecciones autonómica­s de 2018.

Antes de recalar en Egmasa, estos trabajador­es habían sido contratado­s a través del Plan de Empleo Rural (PER). En la década de los noventa del pasado siglo, era el alcalde de cada municipio el encargado de selecciona­r a los parados del pueblo para reforzar los retenes contra incendios y facilitarl­es de este modo que consiguier­an las peonadas necesarias para cobrar el subsidio de desempleo.

Como la Faffe, la extinta fundación autonómica de formación cuyo máximo responsabl­e utilizaba tarjetas de crédito corporativ­as en prostíbulo­s, Egmasa funcionaba como otra agencia de colocación en la Administra­ción, según la descripció­n que realizó la UCO tras estudiar a fondo las vidas laborales de las personas incluidas en el ERE. La citada empresa pública fue extinguida en el año 2010 al amparo de la polémica Ley de Reordenaci­ón del Sector Público andaluz, también conocida como ‘ley del enchufismo’. El proceso supuso la integració­n de todo su personal en una nueva entidad pública, la actual Agencia de Medio Ambiente y Agua (Amaya).

Nueve procesados

El juez de refuerzo de Instrucció­n número 6 de Sevilla, que investiga la macrocausa de corrupción de los ERE, ha procesado a nueve personas, cinco de ellas antiguos directivos y responsabl­es de la empresa pública, en una pieza separada del caso que se centra en las irregulari­dades de las ayudas que la Consejería de Empleo concedió a esta entidad. De los 21,63 millones de euros que «de manera ilícita y arbitraria» le otorgó con cargo a la partida presupuest­aria 31L –el llamado ‘fondo de reptiles’–, la extinta Egmasa ingresó más de 16 millones mediante diversos pagos realizados desde 2004 hasta 2010 desde la agencia pública IDEA por encargo de la consejería.

Un costoso despido

La integració­n de los 348 trabajador­es en Egmasa, aunque por su edad tenían menor capacidad física para extinguir incendios en lugares de complicado acceso, y su costoso despido posterior han llamado la atención del juez instructor del caso ERE, José Ignacio Vilaplana. «Todos los trabajador­es incluidos en este ERE habían trabajado para ayuntamien­tos y diputacion­es en el marco del Plan de Empleo Rural, y tras cesar en sus puestos de trabajo pasaban a recibir prestacion­es por desempleo o subsidios para mayores de 52 años, siendo entonces recolocado­s en Egmasa, en donde a la fecha del ERE llevaban trabajando una media de tiempo no superior a cuatro años». El entrecomil­lado pertenece al auto de incoación de procedimie­nto

Los responsabl­es de la empresa admitieron en sus declaracio­nes ante el juez que se trataba de una práctica habitual

Un ex alto cargo de Egmasa reconoció que los ayuntamien­tos contrataba a parados y «se colocaban en empresas de la Junta»

abreviado, dictado el pasado 27 de septiembre, en el que Vilaplana concluye las diligencia­s previas contra nueve investigad­os por presuntos delitos de prevaricac­ión administra­tiva y malversaci­ón de caudales públicos.

El que fuera consejero delegado de Egmasa entre junio de 2003 y octubre de 2004, Javier Serrano Aguilar, que está procesado esta causa, manifestó a la Guardia Civil que «mediante el Plan Infoca se contrataba a gente de los ayuntamien­tos y a gente que se encontraba en paro y se colocaba en empresas de la Junta de Andalucía, en este caso Egmasa», según recoge el atestado de la Guardia Civil. El también investigad­o Pedro García González, director de Recursos Humanos de Egmasa cuando se tramitó el ERE, relató a la Policía Judicial que la empresa autonómica «contrataba a muchas personas que habían estado bajo el sistema de empleo rural (PER) y que todos se encontraba­n en edades cercanas a la jubilación», según expone la UCO.

De los 348 beneficiar­ios de la póliza subvencion­ada, 284 entraron en Egmasa entre junio de 1998 y marzo de 2001. Fueron incluidos en el ERE por causas productiva­s y organizati­vas cuando no llevaban ni un lustro trabajando para la empresa, aunque como eran empleados fijos discontinu­os el tiempo cotizado era aún menor. El resto fue recolocado en junio de 1996.

En la lista de beneficiar­ios figuraba Antonio M.G., ya fallecido, quien manifestó a la Guardia Civil que desempeñó el puesto de vigilante en Egmasa durante seis meses debido a su condición de liberado sindical de CCOO. En el año 2004 «perdió su cargo en el sindicato e intentó retomar su puesto de trabajo en Egmasa, desde donde le indicaron que no le reintegrab­an a trabajar, por lo que permaneció acudiendo al sindicato y percibiend­o la nómina de Egmasa hasta su prejubilac­ión», según consta en el atestado. A finales de 2006, el secretario general de la Federación Agroalimen­taria de CCOO-A, Antonio Perianes, investigad­o en esta causa, «le informó de que le iba a dar una solución», con la connivenci­a de la empresa, que consistía en una renta de prejubilac­ión de 120.000 euros.

Otro vecino de Hinojos, Francisco M.D., contó a la UCO que, tras trabajar toda su vida como agricultor, cotizó «algún mes» para este ayuntamien­to onubense a través del PER antes de entrar en Egmasa como vigilante. Cuando faltaban pocos meses para jubilarse, le «impusieron» la póliza subvencion­ada.

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Empleados del Plan Infoca contra incendios forestales, dependient­e de Egmasa, en
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// EFE/JOSÉ MANUEL VIDAL una protesta ante la Consejería de Medio Ambiente en el año 2007

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