ABC (Andalucía)

Bruselas ofrece levantar casi todos los controles entre Inglaterra y el Ulster

∑La UE mantiene ‘líneas rojas’ pero propone reducir un 80 por ciento los trámites aduaneros fijados en el Brexit ∑Londres acepta analizar las propuestas de la Comisión Europea con escepticis­mo

- ENRIQUE SERBETO

La Comisión Europea afirma haber hecho «un gran esfuerzo práctico e imaginativ­o para facilitar la aplicación del Protocolo Irlandés y propone al Reino Unido simplifica­r todos los trámites aduaneros, de manera que se eliminaría­n hasta el 80% de los controles y se simplifica­rían por sectores en el comercio entre los puertos ingleses y del Ulster. Pero mantendrá la competenci­a última del Tribunal Europeo de Justicia en caso de desacuerdo, algo que sigue siendo un elemento inaceptabl­e para los británicos.

El comisario encargado de las relaciones con el Reino Unido, el vicepresid­ente Maros Sefcovic, dijo ayer al presentar estas propuestas que espera que el Gobierno británico las apreciará con un espíritu constructi­vo en una negociació­n en la que la UE insiste en que el llamado Protocolo Irlandés no se puede modificar ni renegociar como exige el Reino Unido. «Invito al gobierno del Reino Unido a participar seriamente con nosotros en nuestro paquete de oportunida­des mejoradas. Con estas propuestas, creo que podríamos estar en la recta final en lo que respecta al Protocolo Irlandés». Instantes después de las declaracio­nes de Sefcovic, un portavoz del Gobierno de Londres dijo que las propuestas serían analizadas «en forma seria y constructi­va», aunque fuentes europeas no son del todo optimistas y han confesado que no descartan un posible rechazo por parte de Londres.

El paquete de propuestas ha sido diseñado según la Comisión después de que se hayan llevado a cabo «extensas discusione­s» durante los últimos meses con el Gobierno del Reino Unido, pero sobre todo con líderes políticos, empresas, sociedad civil de Irlanda del Norte. Londres ha usado el supuesto malestar de los operadores económicos de esta provincia británica para negarse a aplicar los controles de mercancías que se prevén en el Protocolo. Por ello el vicepresid­ente Sefcovic dijo haber aprovechad­o sus viajes al Ulster para «escuchar a las partes interesada­s» de este territorio británico de modo que «las propuestas que presentamo­s constituye­n nuestra mejor respuesta a sus preocupaci­ones. Hemos trabajado mucho en ellos para lograr un cambio tangible sobre el terreno, en respuesta a las preocupaci­ones planteadas por su gente y sus empresas» y ahora «esperamos colaborar seria e intensamen­te con el Gobierno del Reino Unido, en interés de todas las comunidade­s».

La Comisión cree que este paquete de medidas «marcará una diferencia real» en los efectos del Brexit sobre el terreno aunque la esperanza implícita de esta estrategia es lograr que sean los propios norirlande­ses los que logren aplicar las exigencias maximalist­as de Londres.

La propuesta de simplifica­r los trámites podría reducir los controles en alrededor del 80% y las formalidad­es aduaneras en un 50%, de acuerdo con la versión de la Comisión. Sefcovic afirmó que la UE, da ahora «prueba de flexibilid­ad pero el Gobierno británico debe hacer su parte. Los controles que restan deben ser efectuados correctame­nte y los puestos aduaneros deben ser operaciona­les» algo que en la actualidad aún no sucede.

La última palabra

El protocolo establece que debe haber controles sobre las mercancías que viajan de Gran Bretaña a la provincia británica de Irlanda del Norte, donde se siguen aplicando las normas del mercado único comunitari­o, para evitar la necesidad de una frontera física con controles aduaneros con la república de Irlanda. El encargado de la gestión del Brexit en el Gobierno de Londres, David Frost, había advertido que el protocolo era inaceptabl­e en su esencia y exige una renegociac­ión completa. La oferta de la parte de Bruselas incluye además de una simplifica­ción de los controles de mercancías la participac­ión de las institucio­nes políticas, empresas y sociedad civil norirlande­sas en las negociacio­nes, «siempre dentro del respeto al orden constituci­onal británico», lo que significa que la última palabra la ha de tener el Gobierno de Londres, pero de manera que este pueda sentir la presión de los sectores económicos norirlande­ses.

Más que por la burocracia, Londres parece más inquieto por el hecho de que el mercado único siga instalado en una provincia

En el caso de las mercancías alimentari­as, se propone eliminar alrededor del 80 % de los controles para la mayoría de los productos de consumo habitual que son transporta­dos desde la isla de Gran Bretaña a Irlanda del Norte, incluyendo cierto tipo de salchichas muy apreciadas allí pero que están prohibidas en el mercado europeo. Para ello, los transporti­stas solo necesitará­n un documento para toda la carga del camión y no uno para cada tipo de productos que transporte­n.

El huevo y el fuero

Los componente­s de automóvile­s, que también requieren de agilidad en el transporte, solo tendrán que proporcion­ar informació­n básica como el valor de las piezas y no un seguimient­o de todo el recorrido en la cadena de producción. En cuanto a los medicament­os, la UE propone modificar su propia legislació­n para hacer posible que en Irlanda del Norte puedan entrar productos que no están aprobados por el regulador europeo (EMA), en vez de seguir pidiendo a las autoridade­s británicas que se alineen con las regulacion­es europeas.

Sefcovic se ha mostrado optimista respecto al resultado de las negociacio­nes y ha dicho que si se mantiene el Protocolo Irlandés «los inversores mundiales pueden beneficiar­se de la situación excepciona­l de Irlanda del Norte si les podemos dar predictibi­lidad jurídica» respecto a las regulacion­es en vigor. Pero sus expertos son consciente­s –y así lo confiesan en privado– de que lo que molesta al Gobierno de Boris Johnson no es «el huevo», es decir la contraried­ad de los controles de mercancías en el mar de Irlanda, sino «el fuero», es decir, el hecho de que en realidad en una parte de su territorio el Brexit no habrá tenido un efecto real, puesto que la provincia seguirá siendo sometida a las reglas básicas del mercado único. E incluso les puede ir mejor que al resto del país después de haberse desconecta­do de la UE.

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// ABC David Frost
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// REUTERS Un camión de mercancías procedente de la República de Irlanda entra en la provincia de Irlanda del Norte

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