El Banco de España, último inquilino en la Milla de Oro del arte
► Felipe VI inaugura un espacio permanente donde la institución mostrará al público su colección artística
El retrato de José de Toro-Zambrano, primer director del Banco de San Carlos, pintado por Goya, costó 2.328 reales de vellón. Esa cantidad aparece consignada en un libro de contabilidad a nombre de Ceán Bermúdez para que se ejecutase el pago de dicho cuadro al pintor aragonés, que aún no había sido nombrado pintor de Corte, aunque ya apuntaba maneras del genial maestro en el que pronto se convertiría. Es el primer retrato que Goya pintaría para el Banco de San Carlos. Esos 2.328 reales de vellón dan título a una muestra con la que se inaugura un nuevo y flamante espacio expositivo en el corazón de la Milla de Oro del arte en Madrid, que suma quilates al eje paseo del Prado-Recoletos, declarado recientemente patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
En una esquina de la plaza de Cibeles, flanqueado por el paseo del Prado y la calle de Alcalá, se alza uno de los edificios más señeros de Madrid▶ el Banco de España. Estaba previsto que en octubre de 2019 abriese sus puertas este espacio con vocación de permanencia. Se trata del antiguo vestíbulo del edificio en el chaflán de Cibeles (uno de los rincones más fotografiados de Madrid), que ha sido remozado como sala de exposiciones. Se recupera así una de las entradas históricas del edificio.
Más de 5.300 obras
Se irá mostrando al público, a través de exposiciones temporales de largo plazo, su espléndida colección, formada por más de 5.300 obras (pinturas, esculturas, dibujos, fotografías, estampas y piezas de artes decorativas), divididas en dos conjuntos: la parte histórica (20%) y la contemporánea (80%). Un tesoro que en los casi 240 años de historia de la institución tan solo han podido disfrutar los trabajadores del banco y quienes asistían a las visitas guiadas. Se han celebrado algunas exposiciones temporales, como la de 1982, con motivo del bicentenario de la institución; la de 2009 que conmemoraba los diez años del euro en España o la que en 2014 viajó al Museo Mohamed VI de Rabat. Pero estos fondos siguen siendo desconocidos para el gran público, que tenía muy complicado acceder a ellos.
Con Pablo Hernández de Cos como gobernador del Banco de España y Yolanda Romero como conservadora de su colección, la institución ha querido difundir su acervo cultural y artístico y compartirlo con toda la sociedad. No en vano, es una colección pública. «No es una colección enciclopédica –advierte Yolanda Romero–, sino una colección de artistas (Goya, Maella, Madrazo), a los que el banco apoyó en sus carreras con encargos. Se ha ido coleccionando arte contemporáneo, involucrando a los artistas más importantes de cada momento histórico». Es una colección viva, que sigue creciendo.
Primero se publicó, en plena pandemia, el catálogo razonado, en tres tomos, de la colección de pintura, dibujo y escultura del Banco de España, con
1.200 obras. Más adelante se acometerán los de grabado y artes decorativas. También se puso en marcha un portal web patrimonial. Y hoy abre al público esta sala de exposiciones, que ayer fue inaugurada por el Rey. Será de acceso gratuito, aunque de momento hay que reservar ‘online’ las entradas. El aforo: 80 personas. Es un espacio pequeño, de apenas 350 metros cuadrados, repartidos entre una sala central y dos triangulares anexas.
Ideal ilustrado
La muestra inaugural, comisariada por Manuela Mena y Yolanda Romero y que permanecerá abierta hasta el 26 de febrero de 2022, prima las singularidades de las colecciones del Banco de España. Se exhiben 28 pinturas, una escultura, un dibujo, 7 piezas de artes decorativas y 96 documentos procedentes del Archivo Histórico y Biblioteca del Banco de España. Arranca el recorrido con un primer apartado dedicado a los orígenes de la institución y a su singular labor de mecenazgo y fomento de las artes, un ideal ilustrado. Se remontan al Banco de San Carlos (fundado en 1782), cuyos responsables encargaron a los artistas más pujantes de la época retratos de Reyes, jefes de Estado, ministros de Hacienda, directores y gobernadores de la institución, que decoraban distintas estancias de su sede. Es una de las mejores galerías de retratos oficiales de España. Con los años se fueron sumando los fondos procedentes del Banco de San Fernando y el Banco de Isabel II, de cuya fusión nacería en 1856 el actual Banco de España.
En esa galería de retratos destacan diez firmados por Goya, ocho de la Colección del Banco de España. De estos últimos, seis fueron encargados por el banco: los retratos de Carlos III (protector y primer accionista), Francisco de Cabarrús (principal promotor del proyecto de crear un banco nacional, que llevó a cabo un grupo de ilustrados), José de Toro-Zambrano, el marqués de Tolosa, el conde de Altamira y Francisco Javier de Larumbe y Rodríguez. Después se adquirieron dos más. En 1986, el excepcional retrato del conde de Floridablanca (Goya se autorretrató a su lado) y en 1993 el de Miguel de Múzquiz, conde de Gausa. Fue ministro de Hacienda de Carlos III. Todas las obras expuestas son del Banco de España, salvo tres préstamos del Prado, Calcografía Nacional y una colección particular.
Manuela Mena, durante años responsable de la colección de Goya que atesora el Prado, subraya el valor de los encargos al pintor en estos primeros años de su carrera: «Son cuadros muy tempranos. Se ve en ellos una evolución inmensa. En sus retratos, Goya entra dentro del personaje, sabe elevar a la persona. Es un gran retratista, un maestro de la sencillez, de la concreción». Recuerda que fue elegido académico de Bellas Artes de San Fernando por aclamación. No hubo votación. Llegó a ser profesor de anatomía en la Academia: «Su perfección anatómica es absoluta». Y, de repente, deja caer: «Te estremeces cuando ves atribuciones a Goya en grandes ferias de arte. He perdido la esperanza de ver algún día su catálogo razonado». Pero tira la piedra y esconde la mano. No dice ni en qué ferias ni en qué galerías ha visto esos supuestos falsos Goyas.
Un oratorio en el trabajo
La exposición cuenta con un apartado dedicado al oratorio que el banco abrió en su sede primigenia, en la calle de la Luna. Explica Yolanda Romero que este oratorio se creó para mantener «la productividad de los empleados y que estos pudieran cumplir con las obligaciones religiosas sin tener que abandonar el edificio donde trabajaban». Cuelgan obras procedentes de dicho oratorio, como ‘La Virgen del lirio’, de Cornelis van Cleve, o ‘San Carlos Borromeo suministrando el viático a los moribundos en la peste de Milán’, de Maella.
La segunda parte de la exposición se centra en las obras que se van incorporando del Banco de San Fernando y el Banco de Isabel II. En el centro de la sala, la mesa de memoriales que presidía el Consejo de Ministros de Fernando VII. Tiene cajones▶ uno por cada Ministerio. En una de las paredes, un retrato áulico del monarca pintado por Vicente López. Aunque el encargo procedió del Banco de San Carlos, fue pagado ya por el Banco de San Fernando, pese a que la Junta lo consideró un dispendio por su elevado precio. Cerca de él, el ‘Retrato del duque de Osuna’, firmado por Federico de Madrazo y considerado el mejor retrato masculino del Romanticismo español. En la pared de enfrente, dos retratos de Isabel II▶ uno, de niña, pintado por Esquivel, y otro de madurez, obra de Benito Soriano. Entre los objetos decorativos se muestran tres bellos relojes. Las élites ilustradas eran muy aficionadas a las máquinas de medir el tiempo. Cabarrús fue un gran coleccionista de relojes.
Ya está cerrada la programación hasta 2024. La siguiente exposición se centrará en la colección de arte contemporáneo y la naturaleza muerta. Habrá otras dedicadas a Eduardo Adaro, arquitecto de la sede principal del Banco de España, y a las artes decorativas de los años 30. En principio, se prevé que las salas permanezcan abiertas en torno a seis meses al año.