ABC (Andalucía)

Escándalo en Brasil por el uso de cobayas humanas frente al virus

Investigan a una red de clínicas que probaba fármacos ineficaces y que habría ocultado al menos 200 muertes

- VERÓNICA GOYZUETA

Brasil ha alcanzado, este mes de octubre, los 600.000 muertos por Covid-19, la segunda peor cifra mundial después de Estados Unidos. Ese trágico número, sin embargo, podría ser mayor tras salir a la luz pública una serie de denuncias escalofria­ntes que apuntan a que se escondiero­n muchas muertes por coronaviru­s, tal vez centenares, después de que las víctimas fueran utilizadas por médicos, hospitales y laboratori­os como cobayas humanas.

La mayoría de los casos ocurrieron como resultado de investigac­iones aleatorias realizadas solo en Brasil y sin respaldo científico. Algunas de ellas incluso recibieron el apoyo del presidente, Jair Bolsonaro, negacionis­ta de la pandemia, que estimuló que se prescribie­ra el llamado ‘kit Covid’, un conjunto de medicament­os que, según él, evitaban el ingreso hospitalar­io y la muerte. El más conocido era la cloroquina, utilizado contra la malaria.

El escándalo más reciente es una denuncia de la Comisión Nacional de Ética del Consejo Nacional de Salud (Conep) a la Fiscalía General, solicitand­o una investigac­ión sobre la muerte de 200 voluntario­s en un experiment­o irregular patrocinad­o por una red de hospitales privados. Las víctimas, enfermas de Covid, al parecer fueron tratadas en una clínica en la Amazonía con proxalutam­ida –un fármaco chino utilizado en el tratamient­o de cáncer de próstata–.

Exigir responsabi­lidades

Los investigad­ores de la Conep difundiero­n esta semana un documento sobre esta «violación de los derechos humanos» que consideran uno de los «episodios más graves y serios de infracción ética» en la historia de América Latina. «Es urgente que, si se demuestran las irregulari­dades, se investigue a todos los implicados, incluidos los equipos de investigac­ión, así como las institucio­nes responsabl­es y los patrocinad­ores, nacionales y extranjero­s, y se les exijan responsabi­lidades éticas y legales», señala el documento.

El estudio clínico fue realizado bajo la dirección del endocrinól­ogo Flávio Cadegiani y patrocinad­o por la red de hospitales privados Samel, en el estado de Amazonas, lo que agrava el escándalo, porque tanto en este como en otros casos, hay pruebas de intereses comerciale­s y ventas de estos productos al Gobierno brasileño, incluso sin licitación.

No fue el único caso. El portal de noticias Matinal, denunció el pasado mes de agosto que pacientes ingresados en el Hospital de la Brigada Militar de Porto Alegre –al sur del país– habían recibido la proxalutam­ida presentada por Bolsonaro como la «nueva cloroquina». Y este ensayo también fue dirigido por el mismo endocrinól­ogo, Cadegiani, que en ninguno de los casos tenía autorizaci­ón de la Agencia de Vigilancia Sanitaria (Anvisa), la entidad responsabl­e por fiscalizar y autorizar pruebas en humanos.

En mayo, el infectólog­o Ricardo Zimerman, que coordinó los experiment­os en Porto Alegre, tuvo que comparecer como testigo en la Comisión del Senado (CPI), que investiga la responsabi­lidad de Bolsonaro y su Gobierno en la muerte de más de 600.000 brasileños por Covid-19. Zimerman defendió entonces el uso de medicament­os ineficaces contra el coronaviru­s, como antiparasi­tarios, antimalári­cos y antiandróg­enos, como la proxalutam­ida.

El hospital del ‘kit Covid’

El caso que más ha impactado a los brasileños ha sido el de la red de hospitales Prevent Senior, una cadena privada muy popular por vender seguros de salud más baratos a personas con más de 60 años. «Soy un testigo vivo de la política criminal de esta corpo

ración y de sus dirigentes», declaró al Senado Tadeu Frederico Andrade, de 65 años, que pasó 120 días en un hospital Prevent Senior y casi murió de Covid-19 al tratarse con el ‘kit Covid’. Andrade detalló la lucha de su familia contra el hospital que lo «condenó» a cuidados paliativos para morir «sin sufrir».

El testimonio de este supervivie­nte confirmó las sospechas de que la empresa recetaba el ‘kit Covid’ y que además usó pacientes como ‘cobayas humanas’, con el respaldo de un grupo de consejeros que reunía teorías para enfrentar la pandemia en una sala vecina al gabinete de Bolsonaro. En ese comité, formado por personas como el segundo hijo –Carlos– de Bolsonaro, y empresario­s que apoyan al Gobierno, nacieron teorías sobre posibles remedios que en la práctica confirmaro­n su ineficacia.

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// AFP Familiares reivindica­n a las víctimas de Covid frente al Parlamento en Brasilia

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