ABC (Andalucía)

La alegría del gol, terapia contra la lava

Pese a las dificultad­es, el Atlético Paso, el equipo de la zona cero del volcán, sigue compitiend­o con el objetivo de desconecta­r por unas horas del drama que vive La Palma e intentar levantar el ánimo de los vecinos con sus triunfos

- JORGE ABIZANDA

Jorge Muñoz

Entrenador del Atlético Paso «Competir nos ayuda a volver a la realidad de antes, a salir unas horas del drama que vivimos»

William Nazco

Presidente «Lo que más nos preocupa es que muchas familias de nuestros niños han perdido todo, esto es un desastre»

Apenas tres kilómetros separan Cumbre Vieja del Municipal en el que la afición vibraba con el Atlético Paso antes de que la lava cambiara la vida de una isla en la que no existe ahora un rincón donde no se respire preocupaci­ón. También sufrimient­o. Por el miedo al presente y, sobretodo, por el temor al futuro. Las alineacion­es ya no se recitan por la megafonía, pero las puertas permanecen abiertas las 24 horas del día porque este modesto estadio es utilizado como centro logístico para la distribuci­ón de alimentos y punto de atención a los damnificad­os por el volcán. Aquí yo hay entrenamie­ntos, ya no se celebran goles, pero los miembros de la plantilla, técnicos y directivos del club verdinegro siguen acudiendo cada jornada para echar una mano en todo lo que se necesite. Desde descargar un camión repleto de botellas de agua a algo mucho más mundano como fundirse en un abrazo reparador con un desconocid­o que busca consuelo. «A nivel físico, de lo que vemos, la imagen de la destrucció­n de viviendas por la lava impacta mucho, pero resulta más doloroso el impacto emocional de estar con gente que rompe a llorar ante ti y no conseguir consolarla. Lo que más me duele es sentir esa impotencia de no poder consolar a la gente como se merece. Vivimos en una permanente tristeza», se sincera con este periódico William Nazco, el presidente del Atlético Paso. Un verdadero equipo dentro y fuera del terreno que, a pesar de las dificultad­es y el llanto desolador causado por la lava, hace el esfuerzo de seguir compitiend­o lejos de su casa para que el fútbol sea verdaderam­ente el deporte del pueblo y sirva como bálsamo, aunque sea liviano, para los vecinos de un municipio que siempre ha estado unido muy a su club.

«Desde que estalló esta crisis, entrenamos al otro lado de la isla, en Breña Alta, sus autoridade­s se han portado de maravilla», agradece Jorge Muñoz, un entrenador que ha saboreado la élite trabajando al lado de Juanma Lillo y que ha tenido a sus órdenes a estrellas como David Villa y Andrés Iniesta. Hace dos años llegó a La Palma y ahora, como sus jugadores, vive una pesadilla, aunque se resiste a quebrar el ánimo. El fútbol se ha convertido en un refugio emocional no solo para él, también para su plantilla. «En estas circunstan­cias, todo ser humano necesita dos horas al día para hacer lo que normalment­e hacía antes de comenzar la catástrofe. Si uno era carpintero, le viene fenomenal a su cabeza y a su alma poder tratar la madera esas dos horas; como al escultor poder trabajar la piedra. Con los futbolista­s sucede igual. Poder entrenar dos horas diarias y seguir compitiend­o es lo que más nos ayuda. El fútbol es en este caso nuestro psicólogo particular. Poder correr, golpear el balón, en definitiva volver a la rutina a la que estábamos acostumbra­dos, nos supone una gran ayuda psicológic­a porque en ese tiempo volvemos a la realidad de antes y salimos temporalme­nte del drama que vivimos ahora».

El Atlético Paso, equipo de la Tercera división RFEF, se entrena lejos de casa y se ve obligado a jugar sus partidos en estadios cedidos por otros clubes palmeros. En algunos, como el de La Laguna, eso ya resulta imposible porque ha sido devorado por la lava. La desgracia une y hace aflorar la solidarida­d. En el derbi ante la SD Tenisca del pasado fin de semana, los pasenses ejercieron como locales en el campo de Las Nieves, la casa de su rival, un detalle que agradecen Nazco y Muñoz porque competir en las actuales circunstan­cias no resulta sencillo. «Mis jugadores son los únicos que duermen al lado de un volcán. La contaminac­ión sonora es bestial y los chicos tienen el sistema nervioso constantem­ente en tensión. A ese partido ante el Tenisca acudimos, literalmen­te, sin dormir porque ese día fue el de mayor crisis en cuanto a explosivid­ad del volcán», recuerda el preparador en conversaci­ón telefónica con este periódico.

El Paso es la zona cero del volcán y la mayoría de los jugadores residen en este valle, por lo que la plantilla, según su presidente, se encuentra muy afectada anímicamen­te, pero también

físicament­e por la falta de sueño y de descanso. El estrés es agotador▶ «Afecta muchísimo estar todo el día en la calle compartien­do momentos con gente que lo ha perdido todo», reconoce Nazco. «Ahora somos un pueblo que lucha contra la ansiedad, contra el miedo, es muy duro», añade Muñoz.

Poder centrarse en el fútbol en estas circunstan­cias es muy complicado porque El Paso es pequeño y todos conocen a alguien al que la lava ha arrebatado años de trabajo, sacrificio­s e ilusiones llevándose por delante sus casas o negocios. El desplazami­ento del miércoles a Lanzarote resultó un calvario para uno de los jugadores juveniles que viajó con el pánico a lo que se encontrarí­a a la vuelta porque se marchó con la casa de sus padres rodeada por la lava.

«Aunque me la pides, lo siento, no nos hacemos fotos con el volcán, nos está destrozand­o la vida», se disculpa un miembro del club con este periódico. Las heridas que van dejando las coladas son muchas y dolorosas. La casa de la hija del delegado ya no existe; la vivienda de la hermana del entrenador y de otro de sus familiares han desapareci­do del mapa; la del preparador físico resiste amenazada por la lava. No hay familia en la isla que no haya recibido la puñalada del volcán. Pero este equipo quiere seguir peleando por su pueblo como mejor sabe, marcando goles para dar pequeñas alegrías a sus aficionado­s y vecinos.

Los chicos de la escuela

La situación es nueva y asusta. Fundado el 17 de junio de 1952 y camino de su 70 aniversari­o, el Atlético Paso pudo superar con ayuda de la afición otras crisis que se llevaron por delante a clubes canarios y del resto de España. El equipo mantiene el nombre con el que nació sin que en la hemeroteca aparezcan episodios de disolucion­es y refundacio­nes posteriore­s. Ahora toca apretar los dientes ante el negro horizonte que dibuja el volcán, pero hay miedo al mañana. «Esto nos ha roto el presupuest­o del club en cuanto a aportación de socios, de taquillas, de espónsor, de publicidad­es que son empresas del valle. La entidad va a arrastrar un déficit horrible en los próximos meses. Estamos estudiando el impacto que nos va a suponer, cómo remodelar el presupuest­o y cómo vamos a plantearno­s el resto de la temporada, es todo una incógnita», reconoce el presidente con la voz apagada, sin perder en ningún momento la amabilidad. Sus palabras se entrecorta­n al hablar del temor por los chicos de la escuela del Atlético Paso, más de 150 chavales. «Estamos muy preocupado­s porque muchas familias de nuestros niños lo han perdido todo, esto es un drama».

En medio de un valle entre montañas y amenazados por un volcán ya maldito para todos los palmeros, los habitantes de El Paso luchan por salir adelante y un grupo de directivos, técnicos y jugadores por mantener vivo el equipo de fútbol por el que los vecinos sienten un especial orgulloso desde hace ya casi ocho décadas. Su presidente y su entrenador se despiden con un llamamient­o que quieren trasladar a través de ABC▶ «La Palma necesita ayuda, no se olviden de la isla cuando acabe este infierno porque necesitará mucha ayuda, mucha. Y no es cuestión de ayudar ahora, necesitará ayuda durante mucho tiempo».

 ?? ??
 ?? // ÓSCAR SIMÓN ?? El alcalde, en una visita al campo del Atlético Paso
// ÓSCAR SIMÓN El alcalde, en una visita al campo del Atlético Paso

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain