ABC (Andalucía)

Un oro nefasto

Zapatero de mejor barrenero de toda Sierra Morena sería un lujo de metáfora▶ la metáfora del 78, hija de un estilo artístico que Octavio Paz llamó «el barroco excrementa­l»

- IGNACIO RUIZ-QUINTANO

EL jefe de la inteligenc­ia chavista le cuenta a un juez español que Zapatero posee una mina de oro (¡como la viuda de ‘Deadwood’!) en Venezuela, y España sonríe. —No me da envidia el dinero porque de orgullo me llena/ ser el mejor barrenero de toda Sierra Morena –cantó Antonio Molina.

Zapatero de mejor barrenero de toda Sierra Morena sería un lujo de metáfora▶ la metáfora del 78, hija de un estilo artístico que Octavio Paz llamó «el barroco excrementa­l».

En el «estilo jesuítico» y la poesía hispánica del diecisiete ve Octavio Paz el reverso de la austeridad protestant­e y de su condenació­n y sublimació­n del excremento.

—España extrae el oro de las Indias, primero de los altares del «demonio» (los templos precolombi­nos) y después de las «entrañas» de la tierra. América es una suerte de letrina fabulosa.

Sólo que ahora la operación no consiste en la retención del oro, sino en su dispersión. Un soberbio desperdici­o excrementa­l de oro, sangre y pasión.

Según él, en el barroco español, el oro y su doble fisiológic­o, el excremento, significan lo contrario del lucro productivo▶ son la ganancia que se inmola y se incendia. Ritos de la perdición y el desperdici­o. Sacrificio y defecación. La dualidad sol y excremento se polariza en Góngora, el poeta solar, y en Quevedo, el poeta excrementa­l (ve en el culo la cara de los cíclopes), que dice▶ «Traigo todas las Indias en mi mano». Como el indiano pucelano.

—El avaro es culpable de una historia infernal porque juega con el oro que junta en su cueva como el niño con su excremento.

‘Un oro nefasto’, titula Octavio Paz, en homenaje al Mallarmé de «Un or néfaste incite pour son beau cadre une rixe…»

Tan nefasto que al astrólogo Botello no le aprovechó en la Noche Triste su astrología, que también allí murió con su caballo, nos cuenta Bernal, quien nunca tuvo codicia del oro▶ «Mas no dejé de apañar de una petaquilla que allí estaba cuatro chalchihui­tes, que son piedras muy preciadas entre los indios, que de presto me eché entre los pechos».

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain