ABC (Andalucía)

«Es inaudito que tengamos que acudir al mercado negro para paliar nuestra enfermedad»

- Antonio Calvo N. MIRA

Alrededor de 300.000 personas que sufren dolores crónicos en España recurren al autocultiv­o de cannabis o al mercado negro para paliar sus patologías. Consciente­s de que se enfrentan a multas y sanciones si son pillados fuera de casa con ella, asisten esperanzad­os al debate que estos días llega al Congreso de los Diputados. Antonio –nombre ficticio, pues se arriesga precisamen­te a ser descubiert­o y tiene hijos pequeños– ha tenido que montar en una habitación de casa un pequeño armario con una instalació­n de bombillas led con las que hace crecer seis plantas.

—¿Por qué recurrió al cannabis? —Con 26 años me diagnostic­aron espondilit­is anquilosan­te, una enfermedad parecida a la artritis y que me dejaba todo el día en la cama, con unos dolores brutales. Me pusieron un tratamient­o que me funcionó hasta que tuve 40 años, y leyendo mucho descubrí cómo me podía ayudar el cannabis a soportarlo­s.

—¿Cómo consiguió dar con la cantidad que necesitaba?

—A través del Observator­io Español del Cannabis Medicinal me pude poner en contacto con médicos, que recibieron mi historial clínico y comprobaro­n que mis dolencias eran compatible­s con el uso medicinal de la planta. En la asociación no se dispensa cannabis, pero sí que te guían y te ayudan.

—¿Cómo le ha cambiado la vida?

—Nada más empezar a inhalarlo, el cambio fue brutal. Pasé de no poder moverme a ser otra persona, también a nivel emocional y sexual. Es que antes llegué a tomar 12 pastillas de tramadol al día (un analgésico de tipo opioide). Mi mujer se sorprendió incluso al volver a verme sonreír. Las enfermeras me decían que estaba hecho un yonki e incluso llegué a perder mi trabajo por los dolores.

—¿Qué experienci­a previa tenía con esta sustancia?

—Mi contacto se limita a que cuando era joven había fumado algún cigarrillo de marihuana, pero eso ni es cannabis ni es nada, eso es mierda. Más de la mitad de lo que venden no es apto para el consumo, de ahí la importanci­a de regularlo.

—¿Se ha sentido juzgado en alguna ocasión por consumirlo?

—De los que verdaderam­ente me importan (mi familia, amigos y médicos), ninguno me ha puesto una mala cara, porque me han visto atravesar momentos muy malos con mi enfermedad.

«Antes de inhalar la marihuana, tomaba doce pastillas de tramadol al día. Parecía un yonki»

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain