«Ahora que me va tan bien, es bueno recordar todo lo que he pasado»
∑Después de conquistar Indian Wells, ya está a las puertas del top 10. «Soy muy feliz», insiste mientras habla, sin esconderse, de la depresión que sufrió
Paula Badosa atiende a ABC el lunes de buena mañana, ya con el cambio de día hecho en España, pero para ella sigue siendo domingo, el domingo más feliz de su vida. Está en Los Ángeles (nueve horas menos) y ahí anda con la maleta a cuestas después de abrazar en Indian Wells un trofeo de los gordos, pues siempre se ha considerado el quinto grande y la española así lo define, palpable su inmensa felicidad a través del teléfono. Ha sido una semana de locos en el desierto californiano y Badosa, a los 23 años, se siente en paz, disparada la autoestima después de confesar abiertamente que pasó una depresión. «Soy muy feliz», sentencia con naturalidad ahora que sale el sol. El abrazo que le dio a Jorge García, su entrenador desde que en verano se separó de Javier Martí, y a su novio, el modelo cubano Juan Betancourt, justo después de vencer a Victoria Azarenka resume su estado de plenitud.
—¿Ya se lo cree?
—Sí, sí. Es una sensación un poco rara. Estoy muy contenta, pero han pasado muy pocas horas y tengo que asimilarlo.
—¿Qué hizo después de cumplir con lo típico de prensa, sesión de fotos y otros compromisos?
—Mira, al final la vida del tenista es así, para lo bueno y para lo malo. Y después del torneo lo que he hecho ha sido hacer las maletas e irme a Los Ángeles, que vuelo desde aquí. Cenar y poco más, así es nuestra vida. Por suerte, ahora me voy a casa, estaré en Madrid y podré descansar un par de días. Tampoco mucho más, la vida sigue, pero esos dos días sí que me los voy a regalar.
—¿Se concedió algún capricho en la cena?
—Sí, sí, alguno...
—¿Es confesable?
—Unas patatas fritas...
—Habla de la vida del tenista, da la sensación de que no tienen tiempo ni de disfrutar de un título tan grande.
—Es así. Pero es lo que te digo, para lo bueno y para lo malo. Cuando pierdes en primera o en segunda ronda, a la semana siguiente tienes la oportunidad de hacerlo bien, eso es lo bueno. Lo malo es que cuando ganas no te da tiempo para recapacitar, para disfrutarlo, para celebrar... No te da para asumirlo, pero al menos esta vez tengo una semana, ya es suficiente.
—Indian Wells ya es una cosa seria.
—Sí, sí. Es algo increíble, por lo que he luchado y soñado siempre... Cuesta mucho lograr algo así, es lo más difícil del mundo. He jugado contra las mejores del mundo, contra campeonas de Grand Slam, y para ganar un torneo así tienes que superar a jugadoras muy, muy, muy buenas. Tienes que pasar momentos muy duros en la pista, sufrir mucho, y jugar al mejor nivel. Si no, imposible.
—Siempre habla de sufrir, lo enfatiza. ¿Cuándo asumió que estaba dispuesta a sufrir a este nivel?
—Es un deporte muy exigente. En el tenis se sufre mucho. Tiene recompensas muy grandes, pero la mayoría del tiempo estás sufriendo. Ya en la pista, fuera... Cada semana, pierdes. ¿Cuántos torneos puedes ganar en un buen año? ¿Dos? ¿Tres? Casi todas las semanas estás perdiendo.
Es un deporte duro, se sufre. Pienso que también te da muchas cosas y, si sabes encontrar la balanza y sabes disfrutar del camino y aprender de las derrotas, es muy bonito.
—¿A usted le ha costado mucho encontrar ese camino?
—Sí. Necesitas tiempo para entender de qué va el tenis, no es flor de un día. De joven lo ves todo muy diferente, eres mucho más extremista. Las derrotas siempre van a doler, pero duelen de una manera distinta. Con el tiempo relativizas mucho más.
—¿Se llega a odiar el tenis?
—Bueno, es lo que te decía. Es muy duro. Los tenistas siempre hablamos del amor-odio, puede ser increíble y días después puedes llegar a odiarlo. Es muy intenso, compites diez años de tu vida, viajas todo el año, juegas todas las semanas... Las emociones también son muy intensas.
—Dándole la vuelta, ¿ha aprendido a entenderlo y a quererlo?
—Sí, exacto. He entendido cómo sobrellevar todo. De joven, todo lo llevas a la emoción, al extremo. Con el tiempo aprendes a que las derrotas sean menos duras, el sufrimiento te lo tomas de otra manera... Ahora intento disfrutar del día a día, del camino, de los entrenamientos... Así se es más feliz y se le saca más rendimiento.
—¿Hasta que punto necesita sentirse bien fuera de la pista para rendir dentro?
—Es clave, pero no solo en el tenis o en mi caso. La estabilidad personal es vital para todo. Cuando estás bien, las cosas fluyen. El tenis es como la vida, es lo mismo.
—Ha cambiado de entrenador recientemente después de tener buenos resultados con Javier Martí. ¿En qué punto está? ¿Cómo programa lo que viene?
—Está todo igual. Simplemente he cambiado de entrenador, el resto se mantiene. No soy una persona a la que le gusten demasiado los cambios,
"Depresión «Quiero mandar el mensaje de que se puede llegar a lo más alto o triunfar pasando por momentos así»
Repercusión mediática «De joven me hizo mucho daño. Por eso no leo mucho lo que se dice de mí»
simplemente los hago cuando son necesarios. Sigo con todo el equipo que ya tenía, cambié de entrenador y ya, y con el que estoy lo conozco desde hace muchos años. Estoy muy a gusto, muy contenta. Estamos sacando mucho rendimiento, qué te voy a decir. Pero voy a seguir así, es como estoy bien.
—Usted fue quien habló abiertamente de la depresión. ¿Le incomoda que se le recuerde ese episodio de su carrera?
—En absoluto, todo lo contrario. De hecho, creo que es importante hablarlo. Yo he sacado el tema estos días porque en momentos así, que me está yendo todo muy bien, quiero recordar, tengo memoria y sé por todo lo que he pasado. Quiero enviar un mensaje a la gente que quizá está pasando por eso, por una depresión, que se puede llegar a lo más alto o triunfar pasando por momentos así.
—¿Le ha servido la depresión para tomarse y ver las cosas de otro modo?
—Sí. Está claro que... Cuando hablo de sufrir en pista, de pasarlo mal... He sufrido durante muchos años, en mi vida he pasado por muchas cosas. Sufrir en la pista ha pasado a ser algo que, siendo muy duro, no tiene nada que ver con lo que he pasado fuera, eso me ha curtido mucho.
—Ya empieza a ser un gesto muy suyo el llevarse el dedo a la frente mirando a su palco cuando gana algo.
—Llevo un tiempo haciéndolo y en mi caso es muy importante la cabeza, por eso lo hago.
—Está a las puertas del top 10 y lucha por entrar en la Copa de Maestras, que quizá no era el objetivo real de esta temporada cuando empezó. ¿Qué espera de sí misma?
—Seguir igual, no espero nada extraordinario. Soy feliz, quiero seguir por esta línea, estoy haciendo lo que más me gusta. Ahora he ganado un WTA 1.000, disfruto del tenis, de competir ante las mejores, tengo un buen equipo, tengo un buen entorno... Quiero seguir igual, las cosas llegan por sí solas.
—¿Lee la prensa?
—Intento no leerla mucho. De joven, eso me hizo daño, intento tenerlo apartado. Sé que va un poco en vuestra contra, pero no leo mucho lo que se dice de mí.
—Ha sido portada hoy en algún diario deportivo y se le ha dedicado un
Vida de tenista «Cuando ganas no te da tiempo para disfrutarlo, para celebrar. Pero si pierdes, a la semana tienes otra oportunidad» Contraste «Los tenistas siempre hablamos del amor-odio, puede ser increíble y días después puedes llegar a odiarlo»
espacio generoso en casi todos, por si quiere saberlo.
—Pues mira, qué bueno. Seguro que mi abuela compra todos los diarios, así que esperaré para leerlos...
—¿Qué va hacer esta semana, entonces?
—Descansar un par de días, desconectar un poco de todo esto, asimilarlo y de vuelta a trabajar.
—¿Es activa? ¿Qué hace en su tiempo libre?
—Soy muy activa, mucho. Me encanta hacer mil cosas. Cuando estoy con mi gente muchas veces me dicen que pare un poco, que descanse, pero ya llevo una vida tan intensa que me he acostumbrado a esa intensidad. Mi descanso es hacer muchas cosas. Aprovecho para hacer lo que me apetece, ir de compras, al cine, donde sea... Estar con los míos, sin parar.
—Usted es de la Costa Brava, de Begur, pero ahora vive en Madrid.
—Sí, exacto, mi equipo está en Madrid. Estoy muy bien ahí, me gusta mucho, me encanta.