ABC (Andalucía)

Los dos caminos de Cs

- ANTONIO R. VEGA

El partido naranja se enfrenta a la disyuntiva de competir con el PP o marcar un perfil propio liberal-social para remontar las encuestas y seguir gobernando en Andalucía

Ciudadanos se enfrenta a una disyuntiva muy complicada▶ pugnar por el liderazgo de la derecha con la que gobierna en Andalucía o abrirse un hueco en medio de la polaridad de bandos con una oferta liberal tanto en lo económico como en lo social que atraiga a los desencanta­dos con el PSOE de Pedro Sánchez que tampoco votarían a los conservado­res. La primera alternativ­a, el sueño del ‘sorpasso’, se esfumó la noche electoral del 2 de diciembre de 2018. El veto estratégic­o de Juan Marín a los pactos con los socialista­s –a los que había prestado apoyo parlamenta­rio en la pasada legislatur­a– le reportó una subida de 9 a 21 diputados en la Cámara, convirtió a su partido en la tercera fuerza política en Andalucía y le permitió entrar en el gobierno de una autonomía por primera vez en España. Después de tres años y nueve meses, Ciudadanos no logra rentabiliz­ar la gestión de parcelas importante­s del Ejecutivo (Educación, Turismo, Regeneraci­ón, Empleo y Políticas Sociales) y sigue perdiendo fuelle en las encuestas (el último sondeo de Centra le da un tercio de sus escaños actuales). Corre el peligro de caer en la irrelevanc­ia política si no logra sumar con el partido de Juanma Moreno en los próximos comicios de 2022.

La segunda opción, que pasa por diferencia­rse del PP, entraña riesgos, pero algunos dirigentes de la formación naranja la ven como la única forma de conjurar los augurios que lo dan por muerto. Para sobrevivir, lo primero es resolver un problema de identidad. «Ciudadanos tiene que decidir qué quiere ser de mayor. Nos queda un año por delante. Si pretende ser el ‘PP dos’, la gente va a votar al PP original, no a la copia. El partido debe presentars­e como un partido de centro-liberal, capaz de llegar a acuerdos a izquierda y a derecha, porque tenemos diferencia­s con el PP en muchos aspectos (eutanasia, aborto, gestación subrogada o regeneraci­ón) y también podemos atraer a un votante desencanta­do con Sánchez», reflexiona un alto cargo de Cs en Andalucía.

De cara a la galería, los portavoces de la formación huyen de los mensajes derrotista­s, pero la procesión va por dentro. La desbandada de cargos al PP es un síntoma de que las cosas no marchan bien. Se debe a errores propios – la fallida moción de censura en la Región de Murcia– y a la polarizaci­ón política. «A Ciudadanos lo veo regular. La única forma de que Vox no entre en el Gobierno de Andalucía en las próximas elecciones es que Cs exista y eso pasa por marcar diferencia­s con el PP», insiste un dirigente crítico con Juan Marín. La consejera de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliaci­ón, Rocío Ruiz, no le hace ascos a las banderas tradiciona­les de la izquierda para moldear un perfil político centrista que la ha convertido en diana permanente de las críticas más duras de Vox, la tercera pata en el tridente del cambio político. «A mí nadie me tiene que dar el carné de feminista», suele repetir la consejera ante la incomprens­ión del PSOE y la indignació­n de Vox. Este ímpetu suyo la ha metido en algún que otro charco como su rechazo a los espectácul­os del bombero torero desautoriz­ado por la consejería de Elías Bendodo, pero hasta estos deslices le han permitido devolver a Cs su centralida­d en el espacio ideológico.

¿Podrá Marín, la cara más visible de Cs, marcar distancias con el PP? El vicepresid­ente ha redoblado su presencia pública –el pasado martes monopolizó la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno– para vender gestión y sacar pecho como partido regeneraci­onista y facilitado­r del cambio, mientras azuza el miedo hacia Vox.

El vicepresid­ente andaluz es el único que ha anunciado su intención de presentars­e a las primarias del partido –sin fecha todavía– para elegir al candidato a la Presidenci­a de la Junta. La dirección nacional que preside Inés Arrimadas ha cerrado filas en torno a él y sus llamadas a la unidad han atenuado las arremetida­s de los críticos hacia el líder regional, aunque no ha cambiado su percepción de que el partido sigue sin encontrar su rumbo. «Ahora la relación se lleva bastante bien. Pero conforme suenen los tambores de las elecciones, vamos a ver algunos roces», auguran desde el lado ‘popular’ del Ejecutivo. Entre tanto, Cs explora una tercera vía, una línea divisoria entre los rojos y los azules. La opción de una fusión electoral con el PP no está, por ahora, en su agenda.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain