Un Estado fallido, en venta y a precio de náusea
El uno, Otegi, se sienta sobre la memoria de cientos de inocentes; y el otro, si traga, se cisca sobre el honor de todos los ciudadanos de bien. En esto, presidente, tibiezas cero
S Ialguien tenía aún alguna duda sobre los apoyos que recibe y aúna el Gobierno para seguir succionando del poder, y la naturaleza de los mismos, ya se encargó ayer Arnaldo Otegi de disiparla. Hablaba, ante los suyos eso sí, justo en el día en el que se cumplen diez años desde que ETA anunciara el final de sus acciones terroristas. Un aniversario que el líder de la oposición, Pablo Casado, llevaba a la sesión de control al Gobierno en el Congreso, para echar en cara a Pedro Sánchez sus pactos con EH Bildu aprovechando esas palabras que habría pronunciado su líder. Una frase, salvaje e insultante. Según desvelaba ‘El Correo’, Otegi vinculó directamente su apoyo al Gobierno con la excarcelación de sus presos «Tenemos 200 presos. Y tienen que salir de la cárcel. Y si para eso hay que votar los Presupuestos, los votaremos sin ningún problema. Así de alto y claro os lo decimos». A Casado, como a millones de españoles más, le empezó a hervir la sangre al instante ¿Va a sacar de la cárcel a 200 terroristas para que le apoyen los Presupuestos, como ha dicho Otegi? Responda, sí o no», instó a Sánchez. «Rotundamente no», respondió el presidente.
Pues... eso espero. Aunque yo de este señor no me creo nada. Medias tintas con esto presidente, cero. Si es «rotundamente, no», es NO. Como dijo aquel, hay que decirlo alto y claro. Con el dolor de miles de ciudadanos de este país no se juega. Pero deben ser sus actos los que digan «no es no», no solo sus palabras, que todos recordamos muy bien que usted prometió en campaña electoral que nunca iba a pactar nada con EH Bildu y nos mintió. No todo vale para seguir apoltronado. Mercadear con la memoria de miles de inocentes y el dolor de sus familiares para apoyar sus cuentas, NO. Unos Presupuestos, por cierto, que, a corto, lo mismo nos valen para recuperar el nivel de actividad previo a la pandemia, pero ¡menuda herencia envenenada y repleta de deuda que vamos a dejar a nuestros hijos y nietos!
El caso es que tras la frasecita, uno se sienta sobre la memoria de miles de inocentes; y, el otro, como trague, se cisca –con perdón– sobre el honor de todos los ciudadanos de bien. ¿A cuál Sánchez hay que creer? Al Sánchez secretario general del PSOE que dice no terminarse de fiar de Otegi, o al Sánchez presidente del Gobierno que bendice a Otegi a cambio de su apoyo? Uno de los dos Sánchez seguro que no duerme tranquilo, y el otro Sánchez ronca a pierna suelta contando Pablos Iglesias y Otegis votando sus Presupuestos. Es lo que tiene tener un presidente que un día dice una cosa e inmediatamente después, la contraria. Difícil no estar de acuerdo con él en la mitad de las cosas que profiere. Todo son ventajas del Gobierno progresista.