El cambio climático amenaza con revertir años de avances en salud pública
Un panel de expertos alerta de que los impactos sanitarios del clima se aceleran
Tras cuatro años sin lluvias, la fortuna tiene forma de insecto en el sur de Madagascar. Encontrar alguno supone poder llevar ese día algo a la mesa para decenas de miles de personas, ya que el país está al borde de hundirse en la primera hambruna del mundo provocada por el cambio climático, según Naciones Unidas. El aumento global de las temperaturas ya está afectando la salud de millones de personas. Cuando no es la sequía, son las olas de calor, las lluvias torrenciales o la expansión de enfermedades tropicales, como el zika o el dengue, en zonas donde nunca antes se habían registrado. Unos impactos que amenazan con revertir años de progreso en salud pública y desarrollo sostenible, según el informe ‘Lancet Countdown’ que se publica hoy. Y el camino que proyectan los planes de recuperación pos-Covid no va en la buena dirección, asegura.
La advertencia la hacen 120 académicos y expertos tras detectar que los indicadores que vinculan salud y cambio climático han vuelto a empeorar respecto a años anteriores. Nunca había habido tantos territorios sufriendo sequía extrema, por ejemplo. En 2020, hasta el 19% de la superficie terrestre se vio afectada por ella, un valor que no había superado el 13% entre 1950 y 1999. También el año pasado, los mayores de 65 años –un grupo especialmente vulnerable a las altas temperaturas– sumaron 3.100 millones de días de exposición a olas de calor, frente a una media de 2.900 millones de días a los que se exponían en las anteriores dos décadas. Por ello, los autores piden medidas urgentes y coordinadas a nivel mundial para reducir las emisiones de efecto invernadero y construir un futuro saludable.
«El cambio climático está aquí y ya lo estamos viendo dañar la salud de las personas en todo el mundo», asegura Anthony Costello, director ejecutivo de ‘Lancet Countdown’. La inseguridad alimentaria es otro de los factores que más preocupan, y que afectó a 2.000 millones de personas en 2019. En 2020, el rendimiento de los principales cultivos básicos del mundo ya se vio afectado por el calor con una reducción del 6% para el maíz; el 3% para el trigo de invierno; el 5,4% para la soja y el 1,8% para el arroz, en comparación con las cifras promedio.
Además, el informe muestra que muchos países están mal preparados para afrontar los impactos climáticos en la salud. En una encuesta de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de 2021, solo 45 de los 91 países encuestados (49%) decían tener un plan o estrategia nacional de salud y cambio climático. Solo 8 de esos 45 países asignaron recursos humanos y financieros en función de esos riesgos climáticos. Mientras, el clima está favoreciendo la transmisión de enfermedades infecciosas. El dengue, el chikungunya o el zika se encuentran con ambientes que son entre un 7% y un 13% más favorables en todo el mundo para su transmisión por mosquitos, frente al clima que había respecto a los años 50 de la pasada década.
«Nuestra salud está pagando el precio de la falta de acción sobre el cambio climático. El informe muestra hasta qué punto nuestra salud está en peligro», opina María Neira, directora de Salud Pública y Medio Ambiente de la OMS. Sin embargo, el mundo no está en camino de lograr una economía con bajas emisiones que mantenga el calentamiento global bajo control. Ya se prevé que la recuperación pospandemia conducirá a un aumento sin precedentes del 5% en las emisiones de en 2021.