Rodrygo se gana el puesto con músculo
El Madrid trabaja para fortalecerle con cuatro kilos más. Apunta al clásico
Desde niño tuvo gol y fue un malabarista del balón. El Santos le cazó a los diez años, primero para su equipo de fútbol sala, preludio de su ascenso al fútbol grande. Hace cuatro años, con 16, debutó con el equipo histórico de Pelé al más alto nivel y una temporada más tarde era fichado por el Real Madrid. Hoy, con 20, Rodrygo Goes se gana la titularidad en la delantera blanca con esa brillantez que enseña habitualmente en la Champions y aspira a formar parte del once inicial en el clásico del domingo. El brasileño se apunta la batalla del puesto del ‘7’. Ha aprendido a sumar las virtudes de ser extremo, tener gol y, sobre todo, defender bien como un cuarto centrocampista cuando el balón lo posee el rival.
Su tanto en Kiev fue una nueva demostración de la facilidad rematadora que siempre le definió. Regatea apoyado en su velocidad y dispara sin titubear. Su poco peso, 69 kilos, es un arma. Pintus le entrena especialmente para ganarle cuatro kilos más de músculo y ese aumento de potencia ya se nota.
Está más fornido, más cuadrado y no ha perdido rapidez, que es de lo que se trata.
«No tengo motivos para cambiar la alineación ante el Barcelona», adujo Ancelotti tras el 0-5 al Shakhtar. Valverde espera ser titular, tras descansar en Copa de Europa, y la disyuntiva es si lo hará en el puesto de Modric, como sucedió la temporada pasada (1-3), o como cuarto centrocampista. La dirección deportiva del club valora que el 4-3-3 que ensalza Ancelotti es el estilo ideal en la idiosincrasia del Real Madrid y analiza que el triunvirato formado por Rodrygo, Benzema y Vinicius debe ser la apuesta general en ataque.
Estar donde se remata
Lo que más gusta a Carlo Ancelotti es la capacidad de talento que tiene Rodrygo para aprovechar las oportunidades y dejar su sello precisamente en la competición más difícil, la Liga de Campeones. Siete goles ha anotado en Europa el chaval, dos en la actual edición, ante el Inter y el Shakhtar a domicilio, en 126 meros minutos de juego a escala internacional. Una diana cada 63 minutos para este chico nacido en un barrio muy pobre de Osaca, en los suburbios de Sao Paulo.
La conexión con su compatriota, compañero y amigo Vinicius es perfecta. Cuando el extremo izquierda entra por su flanco, Rodrygo galopa al centro del área para rematar sus pases, como ocurrió en Kiev. En San Siro fue Camavinga quien le sirvió desde ese lado para rubricar un tanto decisivo. Tiene la magia para saber estar donde debe en la hora de la verdad. El cuerpo técnico le pide paciencia. Solo tiene 20 años y tanto Asensio, como Hazard y Bale pelean por su posición. El galés comenzó como titular, pero Rodrygo ya le sustituía en los segundos tiempos. Hazard tampoco le aguantó dos asaltos. Asensio no es un extremo y Ancelotti le prueba como interior. El imberbe les ha ganado el combate a los tres. Es un jugador Guadiana, que mezcla titularidades con suplencias, pero el muchacho se está ganando paulatinamente la plaza en el 4-3-3 más brasileño de la historia madridista, junto a Militao, Marcelo, Casemiro y Vini Jr.