ABC (Andalucía)

El ladrón de las joyas de la Virgen vestía sotana

El pueblo de Sedella, en Málaga, denuncia a su anterior párroco tras descubrir la desaparici­ón de 13 piezas de oro de la Virgen de la Esperanza antes de la procesión

- J.J. MADUEÑO MÁLAGA

A pesar de que las joyas han aparecido, el pueblo ha decidido continuar la vía judicial contra su antiguo párroco

Cuando el nuevo párroco llegó a la iglesia de San Andrés de Sedella, un minúsculo pueblo de poco más de 600 habitantes en Málaga, había desapareci­do la caja fuerte que había a los pies de la Virgen de la Esperanza. En ese momento, el nuevo sacerdote llamó a su predecesor para preguntarl­e dónde estaba y éste, según la versión de los hechos ofrecida por el alcalde, Francisco Abolafio, dijo que la había tirado al punto limpio. El nuevo sacerdote no le dio importanci­a, hasta que los feligreses comenzaron a preparar la procesión de la patrona y vieron que faltaban las joyas con las que la engalanan cada año.

Era un escándalo. Los vecinos decían que le habían robado a la Virgen. Un tesoro más sentimenta­l que valioso económicam­ente, compuesto por 13 piezas de oro, entre pulseras, esclavas, un relicario y otros objetos. Era el 10 octubre. En el lugar de la caja fuerte no quedaba ni el agujero en la pared. Hasta eso había sido tapado, como si nunca hubiera habido nada allí. No estaban las joyas para la procesión del día 12, que se celebraba después de dos años de pandemia sin ver a la patrona en la calle. No quedaba nada. El tesoro que los devotos le han ido regalando con el paso de los años para que los ayudara en sus momentos más duros había desapareci­do.

El alcalde decidió reclamarla­s, después de conocer la dimensión de los ocurrido. Por eso, envió una carta al Obispado de Málaga contando lo que había sucedido con un ultimátum de 72 horas para que volvieran a aparecer las joyas y el dinero de los donativos que los devotos de la Esperanza hacían al ir a rezarle.

A los cuatro días de detectarse la desaparici­ón del pequeño tesoro, se organizó una asamblea vecinal para ver qué acciones se podían tomar para la recuperaci­ón del oro de la Virgen. Ahí se decidió que se iban a volver a poner en contacto con el Obispado de Málaga para éste reclamara las joyas al anterior párroco, ya que hasta entonces les había dicho que iba a investigar lo ocurrido.

En esa misiva dijeron que estaban dispuestos a contar lo sucedido en Sedella al nuncio del Vaticano en Madrid. Además, el alcalde, siguiendo lo aprobado por la asamblea de vecinos, decidió denunciar ante la Guardia Civil. Desde entonces, la Benemérita se puso manos a la obra para tratar de discernir qué podía haber pasado con los ornamentos de la Virgen.

Aparecen las joyas

Pero las joyas apareciero­n. Como respuesta a la segunda carta del Ayuntamien­to al Obispado, la Diócesis contestó en un correo electrónic­o al actual párroco de Sedella el pasado lunes contándole que las joyas habían aparecido y que serían devueltas a la Virgen de la Esperanza. Según la versión del alcalde, el párroco denunciado es quien las ha devuelto.

El municipio, no obstante, no ha retirado la denuncia. Abolafio volvió a convocar una asamblea vecinal para ver si la retiraban después de la devolución, pero la mayoría de los vecinos asistentes votaron continuar adelante por el valor sentimenta­l que tienen las piezas desapareci­das. El municipio va a ir por vía judicial contra el párroco, al que acusan de haberse llevado el tesoro que los vecinos han ido haciendo a su patrona.

De lo que no se sabe nada es del dinero, ni cuánto había ni dónde ha acabado. Según el regidor, el párroco denunciado por el pueblo por el robo les habría asegurado que había unos 600 euros en la caja fuerte desapareci­da, pero que los usó para instalar la reja del campanario y que no se los llevó.

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