Los costes de la energía convierten la cesta de la compra en un lujo
► A la subida de las legumbres y los huevos se suma el de algunos pescados
Más pesadillas para el bolsillo de los consumidores. A la escalada de la luz y del combustible, se suman los problemas del transporte marítimo y, ahora, su traslado a los precios de venta directa. Hace unos días, ya lo avisó el presidente de la patronal Aecoc Ignacio González: «Las empresas están absorbiendo una parte de esas subidas y la conclusión es que los meses que vienen la inflación va a ser parecida o peor. Estamos condenados a la subida de precios». Y desde la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB) su director general Mauricio García de Quevedo alertan de «una seria amenaza» a la industria alimentaria española y que «compromete la competitividad de empresas y empleos».
Desde la OCU lo tienen muy claro: «Si sigue el desorbitado crecimiento de la energía, sobre todo la electricidad, los consumidores se verán obligados a pagar más para llenar el carro de la compra». El IPC adelantado de octubre, publicado ayer, por el que este indicador alcanzó el 5,5% hasta su mayor nivel desde septiembre de 1992 desató la alarma. Tampoco ayuda que, con datos de septiembre, algunos productos básicos acumulen este año relevantes alzas como los huevos (4,1%), las legumbres y hortalizas (1,2%), los aceites y grasas (21,9%) y la carne de ave (2,6%). Un proceso irreversible que se agrava por momentos. Por ejemplo, la Federación Nacional de Asociaciones de Empresarios Detallistas de Pescados y Productos Congelados (Fedepesca) advierte de que algunas especies registran subidas de precios de entre el 30% y el 50% en el lado mayorista. En concreto, la directora de esta organización María Luisa Álvarez, menciona el ejemplo de alzas en gran número de especies como el carabinero que ya se paga en el mercado mayorista a 95 euros/kg. «Vamos a tener que trasladar todas estas subidas, no podemos vender con pérdidas, y los detallistas tienen un margen muy pequeño», avisa Álvarez . Un sentimiento similar tienen en la producción, especialmente en el ámbito cooperativo: el presidente de Cooperativas Agroalimentarias de España, Rafael Villafranca, reconocía esta semana que «no hay más remedio que una subida de precios» ante un incremento en el valor de los fletes de más del 30% y el alza de input como los fertilizantes y los fitosanitarios. En una línea similar, el presidente del Grupo Dcoop –una de las mayores cooperativas agroalimentarias de España– admite que «la alimentación va a subir de forma muy importante», y avisa de que el consumo caerá.
Juguetes, textil...
Sin embargo, el presidente de la mayoritaria Asaja, Pedro Barato, pone el dedo sobre la llaga: «No podemos repercutir los precios», y advierte de que la escalada de los costes de producción puede conducir «a que muchos sectores sean inviables como la ganadería y, finalmente, al cierre de explotaciones». En este sentido, Barato exige al Gobierno «ayudas fiscales y de supervivencia». Según estima Asaja, los fertilizantes se encarecieron en el último año entre el 239% y 307% por un 48% de fitosanitarios como el glifosato y un 73% del gasóleo agrícola. Mientras, desde la Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución (Anged), piden no aumentar la presión fiscal y reconocen que «las empresas están soportando graves tensiones inflacionistas».
Si bien comienza a notarse el traslado de precios al consumidor en la cesta de la compra, se prevé que las subidas alcancen otros sectores. Entre los más afectados, el textil: el presidente de la patronal Acotex, Eduardo Zamácola, relata a ABC que el sector pasa por una situación complicadísima. «Se nos ha multiplicado por dos o por tres el coste que teníamos antes», puntualiza. A lo que se suma la caída de las ventas, unas materias primas más caras y el nuevo salario mínimo. Sobre si este incremento de los costes se trasladará a los precios de venta, Zamácola asegura que no se hará a corto plazo, pero sí admite que la repercusión de cara al consumidor sí se notará en el largo plazo.
Sobre los juguetes, un producto estrella de las inminentes navidades, el presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes (AEFJ), José Antonio Pastor, cree que la recuperación se aleja y, sobre las posibles subidas, cree que «dependerá de cada una de las empresas, así como de su capacidad de absorción o de cómo repercuten los costes. Luego están las tiendas que dependerán de las promociones».
Tampoco exuda optimismo el pequeño comercio, que por boca de la Confederación Española de Comercio (CEC), cree que la «incipiente recuperación del sector puede estar amenazada por el «encarecimiento generalizado» de la cesta de la compra. En concreto, según datos internos, la factura eléctrica para un local comercial de tamaño medio suele situarse entre 400 y 550 euros mensuales. Ahora pagan hasta 200 euros más al mes.