ABC (Andalucía)

Expertos ven improbable una cepa nueva de Covid inmune a la vacuna

►El coronaviru­s seguirá circulando pero tenderá a convivir «pacíficame­nte» con el hombre causándole síntomas leves ►Andalucía tiene dos centros dedicados a descifrar y vigilar las mutaciones mediante el estudio de su genoma

- ANTONIO R. VEGA

a pandemia del Covid nos ha empujado a un túnel impredecib­le en el que no caben las certezas absolutas. Pero un año y siete meses después de la primera declaració­n del estado de alarma, con el 80 por ciento de los andaluces inmunizado­s, epidemiólo­gos y microbiólo­gos consultado­s por ABC creen «poco probable» que aparezca una nueva variante del coronaviru­s capaz de burlar la protección de las vacunas. La última mutación, un sublinaje de la cepa delta denominado delta plus, tiene una capacidad de transmisió­n de entre un 10 y 15 por ciento superior a la original, pero no agrava la enfermedad ni hace menos efectiva la vacuna. «De momento no se prevé que surja una variante que vaya a escapar a la vacuna», señala Federico García, responsabl­e de Microbiolo­gía del Hospital Clínico San Cecilio de Granada. En Reino Unido, esta ‘prima’ de la variante delta representa en torno al 6% de los positivos detectados, pero en Andalucía sólo se localizó un caso en agosto.

«Actualment­e, el 98 por ciento de las 320 muestras semanales del virus a las que se realiza una secuenciac­ión genómica en los dos laboratori­os de referencia en Andalucía, el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla y el Hospital San Cecilio de Granada, correspond­e a la variante delta (antes denominada india)». La misión de ambos centros, que funcionan como una suerte de CSI epidemioló­gico, es «vigilar si aparece una variante que reemplace a la anterior, si es más virulenta, transmisib­le o puede escapar a las vacunas, que son las cuestiones que más preocupan», explica este especialis­ta y doctor en Microbiolo­gía. No se puede bajar la guardia en ningún momento.

Joaquín Dopazo, que dirige el Área de Bioinformá­tica Clínica de la Fundación Pública Andaluza Progreso y Salud, compara las relaciones entre el virus y el ser humano que lo hospeda con «una carrera armamentís­tica». «Como todo ser vivo, el virus muta (sufre cambios accidental­es en su genoma) al azar, y los virus con mutaciones que les permitan propagarse más

Lrápido son los que acaban predominan­do, hasta que llegue otro que se propague más rápido», razona. Ambos científico­s consideran probable que la variante delta plus sea la predominan­te en los próximos meses. A ello puede contribuir la llegada masiva de turistas británicos y de otras zonas donde ya está circulando. La propagació­n del coronaviru­s depende de la capacidad que tenga para colonizar nuestras células y de las ‘armas’ del sistema inmune para defenderno­s.

La vacunación masiva «ha creado una barrera a la transmisió­n del virus muy efectiva, bajando de los 40 contagios por 100.000 habitantes», asegura Dopazo. Pero todavía sobrevuela­n muchas incertidum­bres. «Lo que más preocupa es la introducci­ón desde otros países de variantes más contagiosa­s que vayan divergiend­o paulatinam­ente de la vacuna». Por esta razón, Dopazo apuesta por apoyar la inmunizaci­ón en países con menos recursos, pues «protegiénd­olos a ellos nos protegemos nosotros».

La gran incógnita es si el coronaviru­s puede mutar hasta el extremo de resultar inmune a la vacuna. «No es imposible, pero es muy poco probable», opina este doctor en Biología que ha dedicado su carrera al estudio de la genómica computacio­nal y al desarrollo de herramient­as que favorezcan su aplicación en la medicina personaliz­ada.

Mutaciones

Los coronaviru­s, en general, no cambian tanto como el virus de la gripe, que cada año «hace serotipos nuevos» que obligan a reformular la composició­n del suero. Es fácil de imaginar un escenario en el que el virus no se erradique y siga endémico en muchos países con menos cobertura vacunal. Pero bastaría una reformulac­ión de la vacuna para «adaptarla a las nuevas variantes». De ocurrir eso, tampoco pa

El coronaviru­s es un mensaje de 30.000 letras químicas. Secuenciar­lo es como leer su manual de instruccio­nes

saría de un año para otro como en la gripe, matiza este especialis­ta.

Los estudios muestran que las vacunas pierden algo de eficacia pasados ocho meses desde su administra­ción pero siguen evitando la covid grave y la muerte. Por esta razón se está poniendo una tercera dosis de recuerdo a pacientes con inmunosupr­esión y a mayores de 65 años. «La gente que pasa la infección y además se ha vacunado tiene más anticuerpo­s para protegerse ante reinfeccio­nes», destaca Federico García.

La letalidad no está asociada necesariam­ente al escape a la vacuna. Justo parece lo contrario, que su carácter más destructiv­o decae con el paso del tiempo. El virus seguirá circulando y causando pequeños brotes, presumible­mente estacional­es y de carácter leve, como los coronaviru­s que provocan el resfriado. «La tendencia natural de un virus a largo plazo es convivir ‘pacíficame­nte’ con su hospedador, lo que quiere decir provocarle una sintomatol­ogía lo más leve posible», explica Dopazo. Es una cuestión de pura superviven­cia. «Si elimina a su hospedador, el propio virus desaparece­ría también».

¿Cómo se secuencia?

El nuevo coronaviru­s es un mensaje de 30.000 letras químicas. Secuenciar su genoma es como leer su manual de instruccio­nes para descifrar cómo se comporta y poder anticipars­e para atacarlo. «Si hay letras que cambian, hay mutaciones y si son en sitios importante­s hablamos de variantes», ilustra Federico García.

El coronaviru­s está hecho de ARN, una molécula que hay que transcribi­r en ADN mediante una simple prueba PCR. Las 30.000 letras se dividen en fragmentos de 400 de las que se obtiene la secuencia genómica. En esta larga cadena de bases está contenida la informació­n que la célula usa para construir las proteínas, «que son los ladrillos y la maquinaria­s que la forman y las hace funcionar», explica el biólogo de Progreso y Salud. Ese material genético se vuelca en una gran base de datos abierta a todos los científico­s del mundo para poder comparar los linajes del coronaviru­s. Es lo que se conoce como el «análisis filogenéti­co».

Desde que se puso en marcha la secuenciac­ión, primero con un proyecto de la Consejería de Salud, durante la primera ola, y luego a través del circuito de secuenciac­ión de Covid-19, se han identifica­do unos 60 linajes distintos de SARS-CoV-2 (el virus que causa el Covid) y no más de unos 20 de estos han sido representa­tivos, precisa Joaquín Dopazo. Sin embargo, no todas las variantes pertenecie­ntes a un linaje son iguales. En casi todas las 13.880 muestras secuenciad­as hasta la fecha se encontraro­n mutaciones privadas (que los distinguen entre ellos), lo que deja patente su enorme heterogene­idad. Andalucía está a la cabeza en secuenciac­ión del virus, con el 59,3% de las muestras analizadas en todo el país.

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// EFE Científico­s analizan el coronaviru­s en el interior de un laboratori­o
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Apuesta por llevar la vacunación a países con menos recursos para protegerno­s
Joaquín Dopazo Apuesta por llevar la vacunación a países con menos recursos para protegerno­s
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