Expertos ven improbable una cepa nueva de Covid inmune a la vacuna
►El coronavirus seguirá circulando pero tenderá a convivir «pacíficamente» con el hombre causándole síntomas leves ►Andalucía tiene dos centros dedicados a descifrar y vigilar las mutaciones mediante el estudio de su genoma
a pandemia del Covid nos ha empujado a un túnel impredecible en el que no caben las certezas absolutas. Pero un año y siete meses después de la primera declaración del estado de alarma, con el 80 por ciento de los andaluces inmunizados, epidemiólogos y microbiólogos consultados por ABC creen «poco probable» que aparezca una nueva variante del coronavirus capaz de burlar la protección de las vacunas. La última mutación, un sublinaje de la cepa delta denominado delta plus, tiene una capacidad de transmisión de entre un 10 y 15 por ciento superior a la original, pero no agrava la enfermedad ni hace menos efectiva la vacuna. «De momento no se prevé que surja una variante que vaya a escapar a la vacuna», señala Federico García, responsable de Microbiología del Hospital Clínico San Cecilio de Granada. En Reino Unido, esta ‘prima’ de la variante delta representa en torno al 6% de los positivos detectados, pero en Andalucía sólo se localizó un caso en agosto.
«Actualmente, el 98 por ciento de las 320 muestras semanales del virus a las que se realiza una secuenciación genómica en los dos laboratorios de referencia en Andalucía, el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla y el Hospital San Cecilio de Granada, corresponde a la variante delta (antes denominada india)». La misión de ambos centros, que funcionan como una suerte de CSI epidemiológico, es «vigilar si aparece una variante que reemplace a la anterior, si es más virulenta, transmisible o puede escapar a las vacunas, que son las cuestiones que más preocupan», explica este especialista y doctor en Microbiología. No se puede bajar la guardia en ningún momento.
Joaquín Dopazo, que dirige el Área de Bioinformática Clínica de la Fundación Pública Andaluza Progreso y Salud, compara las relaciones entre el virus y el ser humano que lo hospeda con «una carrera armamentística». «Como todo ser vivo, el virus muta (sufre cambios accidentales en su genoma) al azar, y los virus con mutaciones que les permitan propagarse más
Lrápido son los que acaban predominando, hasta que llegue otro que se propague más rápido», razona. Ambos científicos consideran probable que la variante delta plus sea la predominante en los próximos meses. A ello puede contribuir la llegada masiva de turistas británicos y de otras zonas donde ya está circulando. La propagación del coronavirus depende de la capacidad que tenga para colonizar nuestras células y de las ‘armas’ del sistema inmune para defendernos.
La vacunación masiva «ha creado una barrera a la transmisión del virus muy efectiva, bajando de los 40 contagios por 100.000 habitantes», asegura Dopazo. Pero todavía sobrevuelan muchas incertidumbres. «Lo que más preocupa es la introducción desde otros países de variantes más contagiosas que vayan divergiendo paulatinamente de la vacuna». Por esta razón, Dopazo apuesta por apoyar la inmunización en países con menos recursos, pues «protegiéndolos a ellos nos protegemos nosotros».
La gran incógnita es si el coronavirus puede mutar hasta el extremo de resultar inmune a la vacuna. «No es imposible, pero es muy poco probable», opina este doctor en Biología que ha dedicado su carrera al estudio de la genómica computacional y al desarrollo de herramientas que favorezcan su aplicación en la medicina personalizada.
Mutaciones
Los coronavirus, en general, no cambian tanto como el virus de la gripe, que cada año «hace serotipos nuevos» que obligan a reformular la composición del suero. Es fácil de imaginar un escenario en el que el virus no se erradique y siga endémico en muchos países con menos cobertura vacunal. Pero bastaría una reformulación de la vacuna para «adaptarla a las nuevas variantes». De ocurrir eso, tampoco pa
El coronavirus es un mensaje de 30.000 letras químicas. Secuenciarlo es como leer su manual de instrucciones
saría de un año para otro como en la gripe, matiza este especialista.
Los estudios muestran que las vacunas pierden algo de eficacia pasados ocho meses desde su administración pero siguen evitando la covid grave y la muerte. Por esta razón se está poniendo una tercera dosis de recuerdo a pacientes con inmunosupresión y a mayores de 65 años. «La gente que pasa la infección y además se ha vacunado tiene más anticuerpos para protegerse ante reinfecciones», destaca Federico García.
La letalidad no está asociada necesariamente al escape a la vacuna. Justo parece lo contrario, que su carácter más destructivo decae con el paso del tiempo. El virus seguirá circulando y causando pequeños brotes, presumiblemente estacionales y de carácter leve, como los coronavirus que provocan el resfriado. «La tendencia natural de un virus a largo plazo es convivir ‘pacíficamente’ con su hospedador, lo que quiere decir provocarle una sintomatología lo más leve posible», explica Dopazo. Es una cuestión de pura supervivencia. «Si elimina a su hospedador, el propio virus desaparecería también».
¿Cómo se secuencia?
El nuevo coronavirus es un mensaje de 30.000 letras químicas. Secuenciar su genoma es como leer su manual de instrucciones para descifrar cómo se comporta y poder anticiparse para atacarlo. «Si hay letras que cambian, hay mutaciones y si son en sitios importantes hablamos de variantes», ilustra Federico García.
El coronavirus está hecho de ARN, una molécula que hay que transcribir en ADN mediante una simple prueba PCR. Las 30.000 letras se dividen en fragmentos de 400 de las que se obtiene la secuencia genómica. En esta larga cadena de bases está contenida la información que la célula usa para construir las proteínas, «que son los ladrillos y la maquinarias que la forman y las hace funcionar», explica el biólogo de Progreso y Salud. Ese material genético se vuelca en una gran base de datos abierta a todos los científicos del mundo para poder comparar los linajes del coronavirus. Es lo que se conoce como el «análisis filogenético».
Desde que se puso en marcha la secuenciación, primero con un proyecto de la Consejería de Salud, durante la primera ola, y luego a través del circuito de secuenciación de Covid-19, se han identificado unos 60 linajes distintos de SARS-CoV-2 (el virus que causa el Covid) y no más de unos 20 de estos han sido representativos, precisa Joaquín Dopazo. Sin embargo, no todas las variantes pertenecientes a un linaje son iguales. En casi todas las 13.880 muestras secuenciadas hasta la fecha se encontraron mutaciones privadas (que los distinguen entre ellos), lo que deja patente su enorme heterogeneidad. Andalucía está a la cabeza en secuenciación del virus, con el 59,3% de las muestras analizadas en todo el país.